tag:blogger.com,1999:blog-83503009861298238162024-03-13T13:57:04.789-07:00Cristianos y liberalesJavierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.comBlogger31125tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-8752362169970542282011-06-24T11:07:00.000-07:002011-06-24T11:11:44.850-07:00La eterna condenación (I): la fábula del Purgatorio<strong><span style="font-size:130%;">Estas dos entradas tratan sobre algo que podría llamarse, de alguna forma, como la parte “que no gusta de la Biblia”, incluso a muchos cristianos, no digamos ya quienes se acerquen en alguna ocasión, por el motivo que sea, a las Escrituras y no lo sean. Pero es algo absolutamente necesario pues toda la Biblia es la regla de fe y no solo lo que algunos consideren lo “bonito”, como es la salvación y la buena nueva del Evangelio de Jesucristo.<br /><br />Hay algo que es fundamental tener claro: Dios no “disfruta” enviando a nadie al infierno tras su muerte. Desde luego, pensar esto es una terrible calumnia contra Dios. Puedes tener por cierto que tienes un serio problema con Dios si crees esto.<br /><br />¿Dios no es amor acaso? Sí, más todavía, es el amor mismo, es un Ser amoroso, bondadoso y misericordioso, pero, sobre todo esto, es un Dios santo y justo. Es la santidad misma. Cualquier mancha, por pequeña que sea, te convierte en incompatible con un Ser que es la santidad misma.<br /><br />Pero, ¿merece una pequeña “mancha en el expediente” o un “pecadillo de nada” algo tan terrible como la condenación eterna en el infierno? Sí, pues Dios es tan santo, que Él no puede tolerar el pecado, es un Dios cuya ira arde contra el impío y aquellos que lo desobedecen. Dios aborrece profundamente el pecado.<br /><br />El problema fundamental es ponernos en el mismo plano que Dios y desconocer la naturaleza del pecado. Nosotros somos seres finitos, tenemos un principio y un final en nuestra vida en este mundo y nos regimos por el tiempo, por el antes y el después. Dios es eterno y está fuera de este concepto que es el tiempo. Pecamos de obra o de pensamiento y al poco tiempo nos hemos olvidado de ello. Pero, para Dios, nuestro pecado está permanentemente ante Él. Siendo para Dios eterno nuestro pecado, el castigo que merece es igualmente eterno. Castigo que sigue mereciendo nuestro pecado aún cuando tengamos puesta nuestra fe en el Señor Jesucristo y en Su salvación. La diferencia es que el pago por nuestro pecado lo ha proveído Dios mismo en Cristo, Su Hijo, cuya muerte es tan eterna como nuestro pecado, puesto que Cristo es tan eterno como el Padre. La muerte de Cristo limpia todos los pecados de los creyentes de todos los tiempos.<br /><br />Y solo los de los creyentes. Esto no es injusto, pues por nuestras propias obras, si de ello dependiera, lo que nos ganaríamos es la condenación eterna. No es injusto que Dios salve a unos y condene a otros, pues todos mereceríamos el infierno, todos somos culpables. Tú eres culpable, yo soy culpable, tus padres son culpables, tu novia o esposa lo es, tu vecino de al lado lo es, etc. Puedes protestar contra Dios, porque creas que te debe algo, pero la boca te la van a cerrar cuando comparezcas ante el Tribunal de Cristo. No es injusto que dé Su gracia a algunos y a otros no, pues es totalmente inmerecida para todos, NO NOS DEBE ABSOLUTAMENTE NADA A NINGUNO. Pero nuestro Dios es tan misericordioso que, sin debernos nada, sin embargo, nos da la vida, imputando el pago por nuestros pecados a Jesucristo Su Hijo.<br /><br />Ahora bien. Aquellos que nunca han oído el Evangelio, que no conocen a Cristo, ni creen en él, no pueden ser salvos, aunque sean diligentes para ajustar su vida a la luz natural, y a las leyes de la religión que profesen, puesto que nada que hagamos nos justifica ni hay salvación en ningún otro sino solamente en Cristo.<br /><br />Esta es la verdad pues es la Biblia. Lo que la Biblia no nos dice, en ni una sola de sus páginas, es que exista un lugar tras la muerte en que tengamos que purificar los pecados que no han sido “limpiados” en vida. No hay en la Biblia ningún “Purgatorio” de ningún tipo. La palabra no aparece y la existencia de este lugar la ha deducido la Iglesia Católica Romana, que lo tiene como uno de sus dogmas de fe, de un versículo del segundo libro de Macabeos, libro apócrifo y escritura no inspirada por Dios, y de algunos otros versículos sacados fuera de su contexto.<br /><br />ALGO MUY CLARO. Ser muy duro con creencias de este tipo no es ser “anti-católico”. Evidentemente, que no hay que ser anti-católico, no hay absolutamente nada contra los fieles católicos, aunque estemos hablando de una iglesia tan hereje. No hay que ser anti-nada, sino pro-verdad. Lo que ocurre es que aquí en España la mayoría de creyentes son católicos y a ellos se les predica. Si estuviéramos rodeados de judíos, se predicaría a los judíos y si fueran musulmanes a los musulmanes. Muchos cristianos predican en tierras musulmanas, aún a riesgo de sus propias vidas, y muchos la pierden, e, incluso, las primeras persecuciones a la Iglesia vinieron de parte de judíos en el siglo I. El mismo apóstol Pablo fue un atroz perseguidor de la Iglesia antes de su conversión.<br /><br />Hay que ser pro-verdad e intransigente con la mentira. Y una gran mentira son estas doctrinas difundidas durante siglos por la Iglesia Católica y, de hecho, sin estas creencias impuestas como dogma sobre sus fieles, Roma no sería Roma. Lo que hace que esta iglesia sea irreformable, justamente es que a estas alturas no puede desdecirse de esas creencias sobre las que ha basado su poder durante siglos.<br /><br />Un poder mundano y temporal, nada espiritual. Por eso Roma no puede defender bajo ningún concepto la suficiencia de la muerte de Cristo para la salvación, si ella es la que se quiere encargar de la “administración” de esa salvación. Ya hemos visto que la muerte de Cristo es eterna, por ello, la salvación de los elegidos por Dios también es eterna. A aquellos que Dios ha predestinado para vida desde antes que fuesen puestos los fundamentos del mundo, conforme a su eterno e inmutable propósito y al consejo y beneplácito secreto de su propia voluntad, los ha escogido en Cristo para la gloria eterna. ¿No lo creen?:<br /><br />Efesios 1: 4, 9, 11: “4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor; [...] 9 Descubriéndonos el misterio de su voluntad, según su beneplácito, que se había propuesto en sí mismo, [...] En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad”.<br /><br />Romanos 8:29,30: “29 Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos; 30 Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á éstos también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó”.<br /><br />2 Timoteo 1:9: “Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme á nuestras obras, mas según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”.<br /><br />1 Tesalonicenses 5:9: “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salud por nuestro Señor Jesucristo”.<br /><br />La Iglesia de Roma, impregnada por el semipelagianismo, predica que la salvación se puede hasta perder, y que, como mal menor, pueden quedar pecados que pagar y expiar mediante una “purificación” tras la muerte, en ese lugar llamado “Purgatorio”. Sin embargo, Jesús dijo que “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero” (Juan 6:39). ¿A quién creemos? ¿Al Señor Jesucristo o al señor de la bata blanca que se hace llamar “Papa de Roma”?<br /><br />La creencia en el Purgatorio, al igual que la Misa y la Eucaristía, el rezo por los muertos o las indulgencias, esta basada en la idea de que el sacrificio de Cristo no fue único, perfecto y suficiente, pese a lo que dice Hebreos 7:27, sobre el oficio de sacerdote de Jesucristo: “que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo”.<br /><br />El Purgatorio, según esta doctrina diabólica, sería un lugar de preparación para poder acceder al Cielo, pues la muerte de Cristo no sería suficiente para ser declarados justos, perdonados, redimidos, reconciliados con Dios y santificados. El dogma del Purgatorio limita el sacrificio de Cristo a la expiación del pecado original, o los pecados cometidos antes de la salvación.<br /><br />¿Diabólica he dicho? Por supuesto, es un ataque a Jesucristo mismo. Es considerar inmundo a Cristo y equivale a despreciar y rechazar Su salvación. A todos los efectos, creer en el Purgatorio es lo mismo que el rechazo a Cristo, pues uno y otro desprecian la suficiencia de Su muerte y tienen por inmunda Su sangre.<br /><br />Si “no es suficiente” Jesucristo, entonces, necesitamos… a la Iglesia de Roma para que sea la que administre la salvación. Aunque en realidad, y muy tristemente, lo que sea es un camino en línea recta al infierno. Rechazar a Cristo conlleva la muerte eterna y el Purgatorio y la creencia en esta fábula es un rechazo a Él. Pero, como la Iglesia romana lo que busca es poder temporal, su reino SÍ es de este mundo, vende que la salvación es temporal, no eterna en Cristo, un proceso en el tiempo que, bajo la tutela romanista, por supuesto, concluye en el Purgatorio (en realidad, si la Biblia es verdad, y LO ES, concluye en el infierno), previo pago de suculentos óbolos. Por supuestisimo, el no aceptar la doctrina del Purgatorio trae la excomunión automática de la Iglesia Católica Romana (Concilio de Trento – Canon 30: “Si alguien dijera que después de la recepción de la gracia de justificación la culpa remitida y la deuda de la pena eterna es borrada de cada pecador arrepentido, que no queda ninguna deuda temporal a ser descargada en este mundo o en el Purgatorio antes que las puertas del cielo puedan abrirse, sea anatema”).<br /><br />¿Cuánto tiempo es necesario pasar en el Purgatorio para salvarse? Pues, ¡sorpresa!, porque ni la propia Iglesia de Roma lo sabe, ni el mismísimo Papa, ni siquiera puede definir cuánto tiempo debe pasar allí el difunto por cada pecado, ni cuánto tiempo de sufrimiento en este fabulesco sitio reduce cada ritual o acto de penitencia. Y esta es la iglesia que exige a sus fieles que ponga en sus manos su salvación. Como no se sabe cuánto tiempo de estancia del difunto en el Purgatorio se reduce por cada ritual romano, “por si acaso” lo que hay que hacer es la mayor cantidad posible. Misas y más misas. Más ingresos “extras” para Roma.<br /><br />¿Es creíble esta doctrina?<br /><br />Una cosa la podemos tener por cierta: o miente la Iglesia Católica Romana o miente la Biblia, tanto como decir que Dios es “un mentiroso”. Si creemos a la Iglesia romana, llamaremos “embustero” a Dios. No creer a Dios implica la muerte eterna, la condenación. El Purgatorio es la joya de la corona de una teología de la muerte.</span></strong><br /><span style="font-size:130%;">. </span>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-69899020194734370162011-06-23T08:45:00.000-07:002011-06-23T08:46:45.060-07:00¿Qué es un gobierno cristiano?<strong><span style="font-size:130%;">Aunque es muy habitual calificar a los países de nuestro entorno europeo como “países cristianos”, esto ni muchísimo menos es así y lo cierto es que, por ejemplo, en el imaginario popular, España suele ser calificada de “país cristiano” solo por que hay un gran fervor por las romerías o por cantar saetas a imágenes de madera en las procesiones, craso error pensar en ello, por supuesto.<br /><br />En puridad, lo que sería una “nación cristiana” no lo tenemos en ninguna parte del mundo: no hay nada como la Ginebra de los tiempos de Calvino, las colonias bíblicas de la costa Este norteamericana o el Israel bíblico, la república israelita.<br /><br />Este artículo sobre lo que sería un “gobierno cristiano”, por tanto, es algo teórico. Debería obrar Dios un avivamiento de la fe, aunque, de momento, parezca que esa no es Su voluntad (para España, casi seguro, se puede decir que no), para hablar en la práctica, puesto que, y eso es algo previo, para que el Gobierno, habiendo sido colocado en el poder por el pueblo, reconozca y se sujete voluntariamente a la Autoridad de Dios, es preciso que sea la propia nación la que antes se haya sujetado a esa Autoridad. No se puede esperar que el Gobierno sea piadoso si la propia sociedad no lo es.<br /><br />El soberano, gobernante o dirigente ha sido instituido por Dios, existe un pacto entre ambos (hoy día, ningún gobernante lo respeta, es más, lo viola constantemente, sigo aclarando). Dios establece los gobiernos y la obligación de los súbditos de estar sujetos a ellos (Romanos 13), así como otorga al individuo el dominio, la propiedad privada sobre las cosas, que se puede obtener a través de la remuneración por el trabajo, la donación o la herencia, así como el señorío sobre los animales (Génesis 1:28), de modo que estos también pueden ser propiedades (los animales domésticos, las cabezas de ganado, etc.).<br /><br />Pero, junto con esta obligación que Dios impone a los individuos de respetar y estar sujetos a las autoridades civiles, éstas, a su vez, no pueden violar la vida o la propiedad o impedir a sus súbditos la manifestación de su fe, salvo en determinados casos, como la investigación o el castigo de los crímenes o el cobro de tributos, aparte de otros casos. Pensemos en el caso de un asesino condenado a muerte: no se podría decir que le va ser “violado su derecho a la vida” por el gobernante. Idem si embargan a alguien por no pagar los impuestos o si le imponen una multa, no puede decir “es que están violando mi propiedad privada”. Por la prohibición de “violar la vida”, esto no se reduce a no quitar la vida únicamente, sino a una “inmunidad de la persona”, por supuesto.<br /><br />Aquí, los conocidos como “derechos sociales” se salen de esta idea de lo que el Gobierno debe procurar a los súbditos, pues dependen de que el gobernante tome la propiedad de otro y te la entregue a ti. Un “estado del bienestar” no sería cristiano, pues las necesidades de otros deben cubrirse bíblicamente, pero, como una vez más tengo que reiterar, lo cierto es que hoy día ni vivimos en una sociedad cristiana ni que ejercite la piedad con aquellos que sufran alguna desventura sin su culpa y tengan necesidades, con lo que, a falta de fe y virtud, es normal, y nos queda para rato, que el Estado se dedique a invadir y suplantar esto.<br /><br />Algo que siempre he defendido es un Estado y un Gobierno aconfesional en aquellos países con múltiples credos entre sus poblaciones. Aquí de lo que hablo es de un país cuyos habitantes hayan aceptado la Ley de Dios y elijan un Gobierno, que a su vez, igualmente se someta a la misma. Seguramente, siempre existiría un remanente de gente con otras creencias y sería un hecho a tener en cuenta. En la Biblia se habla de no “inquietar” al extranjero que more dentro de las fronteras de la nación israelita, algo que tendríamos que contextualizar en el Antiguo Testamento, no, exactamente, como alguien de otra nacionalidad sino ajeno a la fe, pues, en aquellos tiempos, los extranjeros a Israel por lo que se caracterizaban, justamente, era por estar fuera de ese pacto con Dios.<br /><br />Para bien o para mal, acepten o no este pacto (y rendirán cuentas en esta vida o en la siguiente, caso de que no lo respeten), Dios, como Supremo Señor y Rey de todo el mundo, ha instituido a los magistrados civiles para estar sujetos a Él, gobernando al pueblo para la gloria de Dios y el bien público, y con este fin les ha armado con el poder de la espada, para la defensa y aliento de los que son buenos, para el castigo de los malhechores. No hay autoridad sino de parte de Dios y por Él ha sido establecida (Romanos 13:1-4, lo conocemos de sobra, 1 Pedro 2:13-14: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien” o Proverbios 8:15-16: “Por mí reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia. Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra”). Todos los cristianos pueden aceptar y desempeñar el cargo de magistrado cuando sean llamados o elegidos para ello, con la obligación de mantener la piedad, la justicia y la paz y de gobernar conforme a las leyes de Dios (Salmos 2:10-12: “Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían” o 2 Samuel 23:3 “El Dios de Israel ha dicho, me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios”). Más aún, en una nación cristiana, un país cuyos habitantes hayan aceptado la voluntad de Dios, es más lícito para un cristiano que para cualquier otro desempeñar un cargo como gobernante, puesto que no hay que olvidar que la primera y mayor obligación de todo hombre es aceptar esta voluntad (y la mayor transgresión es la del primer Mandamiento), a fin de que estar capacitado para obrar en todo para la gloria de Dios y lo que al bien de los demás conviene.<br /><br />El gobierno civil, por tanto, es una institución divina, de donde deriva nuestro deber de obediencia, pues es algo que debemos a Dios mismo. Dios es el Creador y Poseedor de todos los hombres (es quien mantiene nuestro hálito vital, como se dice en el libro de Job) y los ha creado con responsabilidad moral e inteligencia y con una conciencia de que Él es el Señor, como un ser social, organizado en familias, comunidades y naciones que requieren un gobierno civil. Por supuesto, Dios no prescribe a los hombres una forma concreta de gobierno, sino que deja a cada nación la libertad de ordenarse a sí misma y escoger la forma de gobierno que mejor les convenga, de acuerdo con sus circunstancias históricas, culturales, etc.<br /><br />Ahora bien, este gobierno, del tipo que sea, así como es acreedor de la obediencia de sus súbditos, a su vez es deudor de la misma hacia Jesucristo, como Rey de reyes y Señor de señores y como Mediador entre los hombres y el Padre (Mateo 28:18: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”, Filipenses 2:9-11: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”, Efesios 1:17-21: “para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero”).<br /><br />Jesucristo, como Creador del universo y Supremo Gobernador del mundo es, a su vez, Gobernador de todas las naciones y a Su voluntad deben conformarse todas las leyes y a Él deben reconocer y servir todos los gobernantes de la tierra (ni que decir tiene que hoy ninguno hace esto, como he venido diciendo).<br /><br />Evidentemente, la Iglesia debe estar separada del Gobierno, y eso es algo en lo que entraré enseguida, no debe ser el gobernante quien dirija el culto a Dios. Servir a Dios, su obligación, como la de cada individuo, cada familia o cada comunidad, es algo muy distinto. La gloria de Dios es el fin principal de un gobierno cristiano y ello debe hacerlo procurando el bien de la sociedad, la educación, la moral, la prosperidad económica, proteger de la vida y la propiedad de sus súbditos, conservar el orden, dictar leyes piadosas en todas las cuestiones sobre las cuales la Biblia indica cuál es la voluntad de Dios, como el día de reposo, juramentos, matrimonio, divorcio, pena de muerte, etc.<br /><br />Un gobierno cristiano puede y, es más, debe ir a la guerra cuando haya un motivo lícito, como es proteger la vida de sus súbditos. Para que la guerra sea justa debe haber un enemigo que intente causar un grave mal a la nación y que la guerra sea la única forma de combatirlo. En el Antiguo Testamento, no era raro que Dios ordenara a los israelitas ir a la guerra contra otras naciones (1 Samuel 15:3 o Josué 4:13). Si leemos Éxodo 17:16: “y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación”. A veces, la guerra es una mal necesario y los cristianos no deben desear la guerra, pero tampoco deben oponerse al gobierno que Dios colocó en autoridad sobre ellos, como he venido diciendo. La guerra es una realidad pues este mundo está dominado por el pecado y la guerra es la consecuencia más cruenta y violenta de estos pecados. Romanos 3: 10-11 dice que: “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios”. Si tuviéramos la capacidad de obedecer a Dios por nosotros mismos, no existirían las guerras. Como no existirían los asesinatos u otros crímenes o pecados. La ley de Dios es santa y buena, pero estamos incapacitados para cumplirla por nosotros mismos, de ahí que el caminar por este mundo esté rodeado de circunstancias como pueda ser tener que ir en alguna ocasión a la guerra. Eclesiastés 3:8 nos dice que durante esta vida hay “tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz”. En una nación cristiana, sus ciudadanos, en tiempo de guerra, lo más importante que deben hacer es orar a Dios porque conduzca y provea de sabiduría a sus gobernantes, por la seguridad de sus tropas y por el fin rápido de la contienda con el menor número de muertes posible.<br /><br />Bien, ¿cuál NO es la función de un gobierno cristiano?<br /><br />La predicación y la administración de los sacramentos o el arrogarse el poder sobre las llaves del Reino de los Cielos. Veamos qué nos dice la Biblia sobre esto:<br /><br />II Crónicas 26:18: “Y se pusieron contra el rey Uzías, y le dijeron: No te corresponde a ti, oh Uzías, el quemar incienso a Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que son consagrados para quemarlo. Sal del santuario, porque has prevaricado, y no te será para gloria delante de Jehová Dios”.<br /><br />2 Corintios 26:18: “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”.<br /><br />Juan 18:36: “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”.<br /><br />Lo cual no quiere decir que los gobernantes cristianos no deban proteger a la Iglesia de Jesucristo, sin dar preferencia a ninguna denominación, procurando que sus miembros gocen de plena libertad. Deben garantizar la libertad de cada uno para dar culto y servir a Dios (Isaías 49:23: “Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí”). Jesucristo ha designado un gobierno regular y una disciplina para Su Iglesia, con lo que ninguna ley debe interferir con ella, estorbar o limitar los ejercicios debidos entre los miembros voluntarios de alguna denominación de cristianos conforme a su propia confesión y creencia (Salmos 105:15: “No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” ).<br /><br />Cada uno de los ciudadanos súbditos de un gobierno cristiano tiene un derecho ilimitado a adorar a Dios según dicte su conciencia, aunque debe obedecer a las autoridades civiles o eclesiásticas, cada una en su ámbito, sin que ninguna pueda entrometerse en las funciones y competencias de la otra (los ministros eclesiásticos no pueden imponer ninguna pena civil, aunque mantengan la disciplina dentro de sus congregaciones).<br /><br />Por todo lo dicho, ni que decir tiene que la rebelión sería un pecado grave pues es una desobediencia a Dios mismo, que es quien ha delegado en el gobierno civil, aunque éste también tenga las obligaciones que se han dicho para con Dios. En estos casos, el fin de un cristiano es procurar el cambio de gobierno de una forma pacífica y la fuerza solo es justificable cuando éste se halla hecho manifiestamente corrupto y desobediente a la voluntad de Dios, oprimiendo a sus ciudadanos.<br /><br />Si los gobernantes mandan algo contrario a lo que expresamente y con precisión Dios ha prescrito en Su palabra es el único caso en no debemos hacer ningún caso de ella, sea quien fuere el que lo mande, puesto que a quien estaremos obedeciendo es a Dios, quien tiene bajo Su potestad al soberano.<br /><br />La Biblia nos da ejemplos como la condena al pueblo de Israel por obedecer las impías leyes de su rey, en Oseas 5:11, cuando Jeroboam mandó hacer becerros de oro, dejando el templo de Dios, y todos sus vasallos, por complacerle, se entregaron a la idolatría más infame y repugnante a los ojos de Dios (1 Reyes 12:30). El profeta Oseas les reprochó severamente el pecado cometido al haber obedecido al rey. La potestad terrenal del gobernante está sometida en todo momento al superior Poder de Dios.<br /><br />Recordemos lo que dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 7:23: “Comprados fuisteis por precio; no os hagáis esclavos de los hombres”. Hemos sido comprados por Jesucristo para nuestra redención a tan alto precio que no podemos hacernos esclavos ni sujetarnos a los malos deseos de los hombres. Debemos respeto y obediencia a nuestros padres, superiores jerárquicos o gobernantes, pero no somos siervos de ellos, sino de Cristo (Gálatas 1:10).<br /><br />Por supuesto, cualquier intento de reproducir en la tierra lo que es la voluntad de Dios no será más que una mera sombra de ésta. Por nuestra propia naturaleza corruptible, todas las cosas las hacemos como Dios nos da a entender y en ningún momento Él es responsable de los errores que cometamos llevándolas a cabo, por equivocación involuntaria o vicio, con lo que mantener o no un gobierno cristiano, un gobierno que ejecute la voluntad de Dios, es responsabilidad exclusiva de los ciudadanos de la nación.<br /><br />La salvación no la ganamos por nuestras obras o por guardar la ley, pues la salvación es don de Dios y es dada por Su gracia. Pero la Ley de Dios, resumida en los Diez Mandamientos, produce beneficiosos frutos para las naciones que la obedecen (y nefastos para las que la violan constantemente). Sin embargo, solo mediante la expiación de Jesucristo y el Espíritu Santo morando y operando en nosotros podemos hacer la voluntad de Dios y caminar en Su verdad, aun cuando sea de una forma todavía con imperfecciones y con la posibilidad de sufrir caídas. La Ley no nos justifica, solo la gracia de Dios, pero sí nos santifica.<br /><br />Igual que ocurre con los individuos, ocurre con las naciones y con quienes las gobiernan. Solo la voluntad de Dios de justificar a una nación y a sus gobernantes puede operar en ellos esta manera de proceder, es la única forma de que nazca una nación cristiana con un gobierno cristiano. No existe imposición alguna pues es la salvación de Jesucristo la que mueve a los ciudadanos a darse a ellos mismos esta forma de gobierno.</span></strong><br /><span style="font-size:130%;">. </span>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-48587150772466618182011-02-03T08:20:00.000-08:002011-02-03T08:29:46.997-08:00Los puritanos y el Nuevo Mundo (2ª parte).<br /><span style="font-size:130%;"><strong>Bien, terminé la entrega anterior hablando del desarrollo de la idea de libertad en las colonias de Nueva Inglaterra a partir de la fe bíblica de sus habitantes.</strong><br /><br /><strong>¿Cómo fue esto? Muy sencillo, cuanto más pegados a la Biblia, más libertad. ¿Por qué las naciones mayoritariamente protestantes son más libres? ¿Por qué nunca ha habido una dictadura protestante? ¿Por qué nunca ha habido un protestante fascista o que haya impuesto el totalitarismo comunista? ¿Por qué, estando los judíos más cerca de lo bíblico, al menos del Antiguo Testamento, que algunas "denominaciones cristianas", Israel es una democracia, con todas las imperfecciones que se quiera?</strong><br /><br /><strong>Otros países, Corea del Sur, Japón, Taiwan, India etc. han ido desarrollando también un sistema de democracia liberal. Sin embargo, siempre imitando, precisamente, el modelo del Occidente cristiano, aunque no sean naciones cristianas.</strong><br /><br /><strong>Sin embargo, cuanto más nos alejamos de esto, más socialismo y más restricciones a la libertad. La cuestión no es "cristianizar" ni "moralizar" en ese sentido a través de las leyes. Hace algún tiempo alguien dijo: "¡JAVIER HA DEFENDIDO BARBARIDADES COMO EL DERECHO BÍBLICO!". ¡Hombre! ¡Tampoco es eso! Esto es la eterna confusión entre “moralización” mediante la ley y que la ley se base en alguna moral. Una ley no está para hacer que nadie desarrolle criterios morales, no está para “imponer”, dejémoslo en imponer, una moral sino para regular comportamientos y fijar cuáles son lícitos e ilícitos. Pero que, sea cuál sea, se basa en criterios morales es indudable. Por ejemplo, en España y algunos otros países europeos yo no puedo poseer libremente un arma de fuego. A mí en particular me puede parecer mal pero así es y a otros les parecerá algo fabuloso y pensarán que es aberrante poseer un arma y que, si no fuera necesaria licencia para ello, las calles se convertirían en algo parecido a una réplica de los duelos del salvaje Oeste. ¿Esto no se basa en ninguna moral? O la pena de muerte, ¿por qué se considera por algunos “inhumana” la pena capital y no el aborto libre?</strong><br /><br /><strong>En nuestros países vemos algo así. El cristianismo retrocede, el humanismo secular avanza y estos últimos pretenden hacernos más virtuosos mediante sus leyes. En España, sin ir más lejos, nos van a hacer dejar de fumar así, a base de leyes prohibicionistas. No solo han prohibido fumar en bares, restaurantes y otros sitios públicos cerrados (y algunos abiertos, como los parques infantiles) sino que incluso la Ministra de Sanidad ha pretendido animar a que sea la gente la que denuncie a los locales que incumplan la prohibición. La ley hay que cumplirla, está claro, pero pretender recurrir a “chivatos” entre los ciudadanos es realmente infumable, nunca mejor dicho. Dejar de fumar es una buena y sabia decisión pero obligar a los sitios privados abiertos al público a que no permitan fumar a sus clientes porque, supuestamente, molesta a los no fumadores, es un ataque a la propiedad privada y a la libre admisión. El concepto de "molestia" es algo totalmente impreciso y arbitrario: más me molesta a mí la cara de una tipa que no pintaría nada en otro sitio que no fuera la cola del INEM, mucho menos de ministra, y, sin embargo, no pido que la prohíban. Eso sí, esto no es una ley "nazi" o "soviética". Ha salido de un Parlamento constituido democraticamente. A quien no le guste ya sabe el camino democrático y, aparte, no hay un "derecho a fumar". Las cosas hay que verlas caso a caso. No es lo mismo prohibir por ley fumar en una guardería o en un colegio o en un hospital, aunque fueran privados, que en un bar de copas, en este último caso es cuando es absurda la prohibición. Lo que no se puede ir es con el simplismo del “¡¡mi cuerpo, mi cuerpo, hago lo que me da la gana con él!! ¡¡ESTAO MALO!!” (¿acaso es lícito que yo me auto-ampute un brazo?). La ley es un ataque a la propiedad privada y por ahí hay, en el campo de las ideas, que combatirla, pero esta tampoco es siempre un absoluto.</strong><br /><br /><strong>Bueno. Ayer, otro bodrio que se avecina: la presentación en sociedad de una futura "Ley de Igualdad de Trato", cuyo objetivo es <em>"crear una sociedad que no humille a nadie"</em>. Parece que aquello de la inversión de la carga de la prueba fue una leyenda urbana, pese al sensacionalismo amarillista de la prensa y la blogosfera. Muchos se han alarmado con esto, pero España, gracias a Dios, es un país de leyes y una ley que obligase al presunto “discriminador” a demostrar su inocencia no pasaría ningún control. No sé si será el fin de la discriminación privada, pero la dificultará. Cualquiera se puede convertir en sospechoso de ser un discriminador, puesto que s<strong>ituaciones habituales en las que suelen darse casos de presunta discriminación son los procesos de contratación laboral, la concesión de créditos bancarios, la firma de contratos de arrendamiento, </strong>y así una larga lista<strong>.</strong> Nuevamente, a crear "derechos" especiales para ciertos colectivos específicos<strong>. Los lobbys zerolicos, cómo no, encantados con la iniciativa.</strong></strong><br /><br /><strong>Pero OJO: no nos equivoquemos. No es el Gobierno español intrínsecamente mucho más "malvado" o "liberticida" que el de otros países. En Europa hay legislaciones muy parecidas en este sentido. Es cierto que estamos en medio de una oleada intervencionista, pero no es exclusivo de aquí: lo que estamos haciendo es "ponernos al día". En los EEUU, sobre todo en las dos costas, la Este y la Oeste hay una infección total de socialismo, prohibiciones a granel y corrección política a raudales, aunque en Massachusetts, ironías del destino, empezase la debacle del Mesías moreno Obama, como allí comenzó también la sublevación de los colonias contra el rey inglés Jorge III (dicen que el que tuvo retuvo). Justamente, cuando EEUU es menos cristiano, es, a la vez, menos liberal. Prácticamente, la reserva de estos valores de libertad está quedando en el sur, aunque, no obstante, siga siendo aún un país más libre que Europa.</strong> <strong>Estos señoritos ingenieros sociales dan a sus productos una apariencia de “neutralidad”, cuando lo que hacen es crear sus propias leyes, crean sus propios sistemas de valores y educativos y los adoran. El hombre lo que es adorar, siempre adorará a algo: unos a Dios, otros a Alá, otros a las copas, otros a la coca, otros a las putas, etc. Otros al feminismo, otros al multiculturalismo, otros a la igualdad de resultados. Si no tienen a Dios para que les acerque a la virtud, necesitaran al Estado para que éste se encargue de hacerlo.</strong><br /><br /><strong>Sin embargo, ¿cómo "redimir" a través de algo creado por el propio hombre? La Biblia enseña que, siendo el hombre, como hemos visto, un ser naturalmente defectuoso es incapaz de redimirse por sus propias obras: solo Cristo salva y es por la Gracia de Dios, a través de la fe en su Salvador. La salvación individual justifica al hombre y lo hace capaz de conocer la verdad y las buenas obras, pero no lo aparta por completo del pecado, con lo que ha de permanecer vigilante y seguir la guía del Espíritu Santo para actuar con la mejor rectitud posible, dentro de las limitaciones que tiene al estar dañado por el pecado. Está muy claro que esta visión del ser humano y sus obras, y menos de las del gobernante que detente el poder no es demasiado optimista. Pero la alternativa es pensar que el hombre, todo lo contrario, es bueno por naturaleza y son la sociedad u otros factores los que le apartan del buen camino y le hacen corromperse. Según esta visión, sería a la sociedad a la que habría que reformar y moldear.</strong><br /><br /><strong>La Biblia muestra una clara enseñanza de mostrarse vigilante ante los gobernantes. Los hay verdaderamente deplorables y hasta buenos reyes como David o Salomón cometieron numerosos errores en sus mandatos. De los mandatarios de los reinos de Israel y Judá, cuyas historias se cuentan en los dos libros de Reyes y los dos de Crónicas, y todas sus iniquidades, corrupciones y degeneraciones, mejor ni hablar, siendo el único destacable Josías, quien restauró el respeto a la Ley Mosaica entre sus súbditos y borró la idolatría de su reino. O del tiránico faraón egipcio de los tiempos de Moisés, o de Nabucodonosor, el rey de Babilonia, etc...</strong><br /><br /><strong><strong>Justamente, la forma bíblica de gobierno sería aquel en el cual el poder está dividido y descentralizado. Sin Ley no hay libertad y Dios entregó sus leyes a los israelitas en manos de su legislador, Moisés. En el Pentateuco, los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, se recogen estas leyes. En el libro de Éxodo se cuenta como, a la hora de aplicar estas leyes a su pueblo, Moisés se ve desbordado por sí solo, ante lo cual designa en cada tribu unos funcionarios, de entre los hombres más sabios, con poderes limitados, llamados jueces: <em>"</em><em>Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar. Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño"</em></strong> <strong>(Éxodo 18:21-26). Ese es el modelo bíblico de Gobierno: una descentralización efectiva de numerosas competencias en las entidades administrativas menores, con el Gobierno de la nación</strong> <strong>conservando la competencia en las materias de mayor interés y trascendencia para el país. Ejecutivo, legislativo y judicial federal, por un lado, y estatales, por otro. La competencia de estos jueces, de hecho, no iba más allá de su tribu, del territorio en que se había asentado cada una de ellas, una vez hecha la repartición de la tierra de Canaán. Los impuestos, igualmente, eran moderados, no sobrepasaban el 10% de la renta de cada persona, el diezmo. </strong></strong><strong>Eso sí, cuando los israelitas pidieron un Gran Gobierno, un rey, como los demás pueblos, Dios, por boca del profeta Samuel, </strong><strong>les advirtió muy grave y severamente de las adversidades y penurias que el Rey les impondría: les oprimiría, les esquilmaría y esclavizaría, a ellos y a sus hijos e hijas (I Samuel, 8). De hecho, así fue.</strong><br /><br /><strong>Esta idea de gobierno es, justamente, la que habían puesto en marcha los puritanos en las colonias norteamericanas. Hacia la década de los 70 del siglo XVIII habían surgido ya pequeños centros urbanos, como Filadelfia, Nueva York, Boston o Charleston. La tierra era abundante y la mano de obra escasa y cada hombre libre podía alcanzar allí la prosperidad y la libertad económica. No existía allí, a diferencia de Europa, una aristocracia feudal, como no existiría en los futuros EEUU. Las trece colonias establecidas en la costa Este se regían por el gobierno representativo: el rey de Inglaterra </strong><strong>nombraba a muchos de los gobernadores coloniales, pero todos ellos debían gobernar conjuntamente con una asamblea elegida, la metrópoli, por tanto, no ejercía un control directo sobre sus colonias. El voto estaba restringido a los propietarios varones blancos, pero la mayoría de los hombres blancos tenían propiedades suficientes para tener derecho al voto.</strong><br /><br /><strong>¿Cómo empezó el camino al conflicto que enfrentó a las colonias americanas con Inglaterra?</strong><br /><br /><strong>Entre 1756 y 1763, Inglaterra se vio envuelta con Francia, que controlaba todo el territorio del Este de Canadá y la vertiente del río Misisipi, en la Guerra de los Siete Años. Casi se puede decir que el conflicto fue una especie de "guerra mundial", pues implicó a </strong><strong>Inglaterra, Prusia y Portugal, por un lado, y a Francia, España, Austria, Rusia y Suecia, por otro, como bandos enfrentados, con frentes en varios continentes: Europa, Norteamérica, el Caribe, el Río de la Plata y la India, y que empezó por la ambición austriaca de recuperar Silesia, en manos prusianas, lo que puso en marcha todo el mecanismo de alianzas militares europeas (algo no muy distinto a la I Guerra Mundial).</strong><strong> </strong><strong>En Norteamérica, fue conocida como "Guerra Franco-india" y se originó por la rivalidad entre ambas potencias, Francia e Inglaterra, por el control de las zonas peleteras al Oeste de los Apalaches y los derechos de pesca en Terranova. Los franceses pretendían construir una línea de fuertes armados desde Canadá hasta Nueva Orleans, con el fin de evitar la expansión inglesa al Este y, de hecho, en los primeros años de la guerra consiguieron varias victorias, hasta que el Primer Ministro inglés William Pitt colocó al general James Wolfe al mando de las tropas en América y comenzó a enviar más soldados y dinero. Wolfe asedió Louisburg, en 1758, conquistó Quebec, en 1759, y, pese a que </strong><strong>falleció al poco de acabar la batalla por la toma de la ciudad, debido a una herida de bala que había recibido durante el combate, esta victoria facilitó la capitulación de Montreal, al año siguiente, y el que los ingleses expulsaran de Canadá a los franceses. En 1763, se firmó la Paz de París, que dio a Inglaterra derechos sobre Canadá y el Este del río Misisipi.</strong><br /><br /><strong>Sin embargo, los problemas comenzaron de inmediato con las colonias de la costa Este norteamericana. Inglaterra quería evitar conflictos entre los colonos y los indios, por un lado, por lo que prohibió a los primeros, mediante la Proclamación Real de 1763, extender sus propiedades al Oeste de los Apalaches, y, por otro, pretendía que sufragaran los gastos de defensa que, según el gobierno inglés, había invertido la metrópoli en proteger las colonias, aumentando los impuestos sobre el azúcar, el café, el papel, el vídrio, la pintura, los productos textiles y los bienes importados, obligándoles por ley a acoger y alimentar a las tropas inglesas y a adherir </strong><strong>estampillas fiscales especiales a todos los periódicos, folletos, documentos legales y licencias. Poco a poco, desde Londres comenzaba a limitarse la libertad de la que habían gozado hasta entonces en tierras americanas. </strong><br /><br /><strong>Los ánimos empezaban a caldearse, pues los colonos habían desarrollado, durante siglo y medio, una desconfianza ya casi innata hacia el Gran Gobierno y temían que las medidas fiscales obstaculizasen el comercio, limitando la libertad económica, y que las tropas estacionadas allí pudieran, en cualquier momento, aplastar sus libertades individuales. Los antepasados de la mayoría de ellos, no olvidemos, habían huido de la persecución política, por motivos religiosos, en Inglaterra. </strong><strong>Los representantes de nueve de las trece colonias se reunieron, en 1765, en el conocido como "Congreso sobre la Ley de Timbres", en protesta contra dicho impuesto. Como resultado, los comerciantes se negaron a vender productos ingleses y la mayoría de colonos a comprar dichas estampillas. En Inglaterra, el Parlamento revocó la Ley de Timbres pero creó nuevos impuestos, sobre el té, fundamentalmente, enviando funcionarios aduaneros a Boston para asegurar el cobro de estos aranceles. Aunque el Primer Ministro, Lord North, eliminó todos los impuestos que se habían establecido en años anteriores, salvo el del té, en 1773, un grupo de colonos disfrazados de indígenas abordaron varios mercantes ingleses, arrojando 340 cajones de té al mar. Fue la conocida como "Fiesta del Té", o <em>"Tea Party"</em> (no confundir con los <em>"Tea Parties"</em> actuales, cuidado).</strong><br /><br /><strong>Como respuesta, el Parlamento inglés promulgó las <em>"Intolerable Acts" </em>(como así se conocieron en las colonias; mientras que los ingleses</strong><strong> las llamaban <em>"Coercive Acts"</em>, Leyes Coactivas, o <em>"Punitive Acts"</em>, Leyes Punitivas</strong><strong>), por las que restringía severamente la independencia del gobierno de la colonia de Massachusetts, suspendiéndose las elecciones legislativas, y se decretaba que los cargos del mismo serían nombrados directamente desde Inglaterra. Esto por medio del Acta de Gobierno de Massachusetts. Aparte, </strong><strong>el Acta de Administración de Justicia autorizaba al Gobernador de la colonia de Massachusetts a transferir cualquier juicio a Inglaterra, el Acta del Puerto de Boston lo cerró hasta que la colonia pagase los daños ocasionados por el <em>"Tea Party"</em>, mientras que el Acta de Acuartelamiento obligaba a los particulares a hospedar a tropas inglesas en sus casas <strong>(recordemos la III Enmienda de la Constitución de los EEUU: <em>"</em><em>En tiempo de paz a ningún militar se le alojará en casa alguna sin el consentimiento del propietario; ni en tiempo de guerra, como no sea en la forma que prescriba la ley"</em>).</strong></strong><br /><br /><strong>El rey Jorge III estaba atacando directamente la autonomía del gobierno de la colonia con medidas represivas. Esta, por cierto, fue la gran y fundamental diferencia con la Revolución Francesa: eran dos gobiernos constituidos y el de la metrópoli estaba restringiendo violentamente la libertad y el autogobierno del de la colonia, allí no hubo una sedición de una turba descontrolada, como en Francia en 1789. Esto llevó a la convocatoria del "Primer Congreso Continental" y a la "Declaración de Derechos y Quejas", en la que se rechazaban las "Leyes Intolerables" y se llamaba a los colonos boicotear el comercio inglés, no adquiriendo sus productos ni exportando hacia la metrópoli. Los propios colonos, a la vez, comenzaron a organizar milicias y a almacenar armas y municiones.</strong><br /><br /><strong>El 19 de abril de 1775, con la batalla de Lexington, comenzaba la Guerra de Independencia de Estados Unidos.</strong><br /><br /><strong>Así se llegó, contado esto de una forma muy somera y resumida, a la guerra por parte de unos colonos de espiritualidad puritana que tenían fundamentada en su fe sus deseos de libertad.</strong><br /><br /><strong>La guerra, la independencia y la constitución de la república norteamericana son hechos a contar más adelante.</strong><br /><br /><strong>He aquí algunas imágenes en este emotivo video, imprescindibles para todos los liberales. Fíjense en el minuto 2:57, la travesía por George Washington del río Delaware, el 25 de diciembre de 1776:</strong><br /><strong></strong><br /></span><br /><iframe title="YouTube video player" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/Wjfrexe61XI?rel=0" frameborder="0" width="640"></iframe>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-48776593645995471412011-01-21T05:06:00.000-08:002011-01-21T05:09:45.446-08:00Los puritanos y el Nuevo Mundo (1ª parte).<br /><span style="font-size:130%;"><strong>Volviendo a la Inglaterra del siglo XVII y sus disputas religiosas, recordando los conflictos del puritanismo con la oficialista Iglesia de Inglaterra, los primeros encontrarían en la costa oriental de Norteamérica, como dijo el poeta estadounidense Robert Frost, ya en el siglo XX, la promesa de una nuevo comienzo para la humanidad, que terminaría engendrando, no exactamente una nación, sino una gran experimento y una modelo valioso para otros países.</strong><br /><br /><strong>Ya en 1607, un grupo de colonos ingleses se había establecido en Jamestown (la actual Virginia), en virtud de una cédula otorgada por el rey Jorge I de Inglaterra, edificando una colonia que comenzó a prosperar poco a poco con el cultivo del tabaco, mercancía que empezaron a enviar a la metrópoli en 1614. En Nueva Inglaterra, los puritanos comenzaron también a establecer varias colonias. Pensaban que la Iglesia de Inglaterra había adoptado demasiadas prácticas más propias del catolicismo romano </strong><strong>y llegaron a las tierras americanas huyendo de la persecución en tierras inglesas y con la intención de fundar una colonia basada en sus propios ideales confesionales. Así, en 1620, un grupo de puritanos, conocidos como los peregrinos, cruzaron el Atlántico en un barco llamado <em>"Mayflower"</em> y se establecieron en Plymouth, en el actual estado de Massachusetts. Allí fundaron una "nueva Jerusalén", la ciudad en la colina, que pensaban podía ser una "nueva luz" para el resto de los hombres.</strong><br /><br /><strong>En 1630, otro grupo llegó a Salem, fundando Boston, bajo la gobernación de John Endicott y así nuevas colonias, de forma que, en 1640, alrededor de 20.000 ingleses habían emigrado ya a América.</strong><br /><br /></span><a href="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2011/01/pilgrimsmayflowerharbor.jpg"><span style="font-size:130%;"><img class="aligncenter size-medium wp-image-1898" title="pilgrimsMayflowerHarbor" height="174" alt="" src="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2011/01/pilgrimsmayflowerharbor.jpg?w=300" width="300" /></span></a><span style="font-size:130%;"><br /><br /><strong>Los primeros puritanos asentados en Massachussets buscaban, fundamentalmente, la libertad religiosa que no tenían en Inglaterra. Sí que es cierto que la libertad que buscaban era para organizar su sociedad de conformidad a lo establecido en la Biblia. Los gobiernos debían regirse por la ley de Dios. Así</strong>, <strong>castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del reposo del Séptimo Día, y los herejes, y los salarios de los ministros de la iglesia se pagaban de los impuestos recaudados, no obstante, ellos se habían dado a sí mismos este orden para organizar su sociedad. No hubo ningún tipo de imposición.</strong><br /><br /><strong>El puritanismo en América llevaba consigo la idea de John Knox de que, si las circunstancias eran apropiadas, los cristianos tenían tanto el derecho como la obligación de sublevarse contra un rey tirano, rompiendo con la doctrina del “Derecho Divino de los Reyes”, que consideraba un pecado y un crimen contra Dios la rebelión contra el monarca. Knox tenía una visión de la resistencia al gobernante tiránico basada en que ésta era una resistencia al pecado: una nación tenía una obligación de vivir de acuerdo a la ley de Dios y no podía tolerar el mal en el ámbito civil. Esta misma idea guió a los puritanos de Cromwell en su revolución frente al poder de Carlos I, a mediados del siglo XVII, y a los colonos americanos en su lucha por la independencia, hasta el punto de que, en Inglaterra, esta guerra fue conocida como <em>“La sublevación presbiteriana”</em>.</strong><br /><br /><strong><strong>No en vano, la doctrina calvinista, centrada en la predicación (frente al antiguo rol de la iglesia, limitado a la liturgia y los sacramentos), a través del congregacionalismo presbiteriano tuvo una presencia primordial en las colonias norteamericanas. Durante esa época, los pastores calvinistas predicaron, se calcula, aproximadamente ocho millones de sermones, cada uno, más o menos, de una hora y media de duración. Una persona, a lo largo de su vida, podía haber asistido perfectamente a unos 7.000 sermones. </strong></strong><br /><br /><strong><strong>Dos de cada tres habitantes de la Nueva Inglaterra eran calvinistas. No es de extrañar que <strong>la Declaración de Mecklenburg de 1775, la antesala de la Constitución de los EEUU, fuese aprobada por una serie de diputados todos ellos presbiterianos, y muchos de ellos incluso presbíteros de sus iglesias. Tampoco es raro que plasmaran en estos documentos el principio de separación de poderes por el que ellos mismos se regían en sus iglesias. Una de sus ideas fundamentales era que el ser humano, aunque pueda hacer buenos actos, tiene, debido a su naturaleza caída, una natural y constante inclinación al pecado. Siempre está expuesto a corromperse debido a que, en origen, es un ser pecaminoso. A través de su examen de la Biblia, desarrollaron la idea de que había que desconcentrar el poder, dividirlo para evitar concentrar mucho en pocas manos y poder someterlo a controles. Mucho poder en pocas o en una sola mano engendraba despotismo y corrupción, por lo tendente al pecado que es el hombre.</strong></strong></strong><br /><br /><strong>La Biblia muestra una concepción muy realista del hombre: a diferencia de Dios, el hombre es un ser finito, creado por Él, pero dañado por el pecado, en su naturaleza. El hombre comete numerosos fallos y es capaz de actuar de la forma más vil, sobre todo cuando actúa en masa. Es decir, aunque haga buenas cosas, en ocasiones, por naturaleza no es bueno y es capaz, en no pocas veces, de dejarse llevar por sus peores pasiones, mentir, herir, violar, robar, matar, invadir, sitiar, ocasionar el hambre, masacrar, abusar del poder corruptamente en beneficio propio, etc…, pues innatamente no está inclinado a la verdad y al bien. Calvino consideraba el gobierno civil un mal necesario <em>“para reprimir las manifestaciones más groseras del pecado”</em>, pero sin olvidar que el poder no hace sabio ni moralmente íntegro a quien lo ejerce.</strong><br /><br /><strong>De ahí la reacción cuando, a finales del siglo XVIII, desde Inglaterra se comenzó a recortar sus libertades: los puritanos habían unido la idea de la resistencia a la tiranía que ya traían de las tierras inglesas, muchos de ellos huyendo de la persecución, con la experiencia puritana de </strong><strong>amor por la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Para ellos, el rey inglés Jorge III era como el Anticristo del Apocalipsis que pretendía destruir la “nueva Jerusalén” que habían edificado en las tierras del Nuevo Mundo y por ello le resistirían, incluso hasta la muerte. Como dijo el Gobernador de Virginia, Patrick Henry, "<em>Give me liberty or give me death</em>" ("<em>dadme la libertad o dadme la muerte</em>").</strong><br /><br /><strong>¿Cómo llegaron a desarrollar estas ideas a partir de la Biblia y cómo llegaron a la guerra con la metrópoli?</strong><br /><br /><strong>En la segunda entrega lo veremos.</strong></span><br />.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-74414089284146469022011-01-18T03:30:00.000-08:002011-01-18T03:34:25.809-08:00Anglicanos y puritanos.<br /><strong><span style="font-size:130%;">En la primera entrada vimos la sucesión de acontecimientos en la Inglaterra del siglo XVII hasta llegar a la Revolución Gloriosa de 1688. Sabemos el cómo pero para conocer el porqué debemos retrotraernos más de un siglo hacia atrás en el tiempo, hasta la primera mitad del siglo XVI.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Inglaterra había estado unida a la Iglesia de Roma durante casi mil años, antes de la ruptura en 1534, durante el reinado de Enrique VIII. La separación teológica ya venía gestándose desde bastantes años atrás por medio de movimientos como el de los Lolardos, también conocido como Wyclifismo (una suerte de cristianismo “pre-reformado”), entre finales del siglo XIV y principios del XV, pero la reforma inglesa ganó verdadero apoyo político cuando, en 1533, Enrique VIII quiso anular su matrimonio con Catalina de Aragón, con la pretensión de casarse con Ana Bolena.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Bajo presión del sobrino de Catalina, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos V (y I de España), el Papa Clemente VII, inicialmente favorable a la solicitud, la rechazó, por lo que el rey Enrique, aunque teológicamente era un católico romano devoto, decidió convertirse en Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra para asegurar la anulación de su matrimonio. Esto no hay que olvidarlo, Enrique VIII había llegado a ser proclamado “Defensor fidei” por el Papa en agradecimiento por sus ataques al luteranismo, y, de hecho, persiguió ferozmente a los protestantes, ayudado con gran entusiasmo por el ferviente papista Sir Tomás Moro.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Tomás Moro, por cierto, uno de los antecesores del pensamiento totalitario, en su obra “Utopia”, donde describe una isla en la que se organiza una sociedad ideal, quien, en 1535 fue enjuiciado por orden del propio Enrique VIII, por no prestar el juramento antipapista frente al surgimiento de la Iglesia Anglicana ni aceptar el Acta de Supremacía, siendo decapitado el 6 de julio de ese mismo año. En 1935 fue canonizado por la Iglesia Católica, quien lo considera un santo y mártir.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />En julio de 1534, el Papa excomulgó tanto a Enrique como a Ana Bolena. Pero el monarca ya no estaba dispuesto a detenerse: mediante tres actas votadas por el Parlamento, consumó el cisma con Roma y en el verano de 1535, aparte del propio Tomás Moro, decapitó al cardenal John Fisher, el principal opositor a su segundo matrimonio y mártir también para la Iglesia Católica.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Sin embargo, a Enrique VIII ni se le pasaba por la cabeza hacerse protestante. En 1536, mediante los Diez Artículos de Fe se decretaba la adhesión de la Iglesia de Inglaterra a las ceremonias católicas, el culto a las imágenes, la invocación a los santos, las oraciones por los difuntos y la doctrina de la transubstanciación. No solo eso: ordenó redactar una profesión de fe en la que se afirmaban claramente los siete sacramentos católicos. La negación de la transubstanciación se castigaba con la hoguera, el matrimonio estaba prohibido a los sacerdotes, se mantenía la confesión auricular, la Virgen y los santos seguían siendo objeto de devoción y el libre examen de las Escrituras no estaba permitida. Mientras había una situación de tolerancia hacia los católicos ingleses, en base a la idéntica doctrina, los protestantes eran encarcelados, torturados y ejecutados, debiendo huir al continente muchos de ellos. </span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">La muerte de Enrique VIII, el 28 de enero de 1547, fue precisamente la que proporcionó a los protestantes la oportunidad de iniciar la Reforma en Inglaterra, junto con la subida al trono de su hijo Eduardo VI, el rey niño. Eduardo fue un niño extremadamente enfermizo (se cree que sufría de una forma congénita de sífilis o de tuberculosis), hasta tal punto de que su fragilidad hizo que Enrique VIII volviera a casarse hasta tres veces más para tener un heredero sano, sin conseguirlo, y de que reinase bajo la protección de Edward Seymour, duque de Somerset, y de John Dudley, conde de Warwick, sucesivamente. Estas dos personas fueron claves: Seymour era partidario de un luteranismo moderado pero Dudley era de tendencia decididamente calvinista. Con este último empezó el declive del catolicismo romano en Inglaterra. La legislación de Enrique VIII sobre herejes fue abolida, con lo que la mayoría de protestantes exiliados pudieron regresar y, asimismo, la Biblia fue traducida al inglés, con anotaciones protestantes, especialmente presbiterianas. La lectura privada de las Escrituras hizo llegar a los ingleses la verdad bíblica. En 1552, se procedió a la aprobación de una confesión de fe de contenido protestante.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Sin embargo, en julio de 1553, la tuberculosis venció a Eduardo, a la sola edad de 15 años. Le sucedió su hermana María, coronada como María I de Inglaterra, el 28 de junio de 1554, en la Abadía de Westminster, quien se ganaría en poco tiempo el apelativo de “María la Sanguinaria”. Su reinado de solo cuatro años fue una auténtica pesadilla para los cristianos ingleses, enviando a la hoguera a 284 protestantes mientras los exiliados se elevaban a centenares. Restableció la unión con el papado y persuadió al Parlamento para rechazar las leyes aprobadas por Enrique VIII, aunque para conseguir un acuerdo tuvo que hacer una importante concesión: decenas de miles de acres de tierras monacales confiscadas por su padre no fueron devueltas al clero católico. Las leyes contra los herejes a la doctrina católica romanista fueron restauradas: John Dudley fue encerrado en la Torre de Londres y, posteriormente, ejecutado. La misma macabra suerte corrieron el arzobispo de Canterbury Thomas Cranmer, Nicholas Ridley, obispo de Londres, y el reformista Hugh Latimer.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Gracias a Dios, el 17 de noviembre de 1558, exhaló su último aliento, siendo sucedida por su hermanastra, Isabel, partidaria de continuar con la Reforma en Inglaterra. Isabel I de Inglaterra no es un personaje muy popular, que digamos, aquí en España. Tras rechazar al monarca católico español, Felipe II, como esposo, al contrario de lo que había hecho su sanguinaria hermanastra, inicialmente, tuvo que unir fuerzas con él ante la amenaza francesa. Sin embargo, después de la muerte del monarca galo Francisco II, la situación cambió: Isabel apoyó a los rebeldes protestantes holandeses, fustigó a la marina mercante española mediante su flota de corsarios, comandada por John Hawkins y Francis Drake, quien atacó Cádiz, en 1587, y La Coruña, en 1589, intervino en la guerra civil francesa a favor del también protestante Enrique IV de Francia, resistió, con la colaboración de los elementos, el embate de la Armada Invencible, volvió a saquear Cádiz con sus corsarios en 1597 e intentó, sin éxito, atacar las colonias españolas en América. Igualmente, fracasó en la organización de la conocida como “Invencible inglesa”, que tenía como objetivo saquear las costas españolas, provocar una rebelión en Portugal contra Felipe II y ocupar una de las islas Azores a fin de instalar allí una base permanente inglesa para los ataques a la flota mercante española (el destino que corrió esta armada, aún mayor en número de barcos que la precedente española, pese a ser menos legendaria, fue un desastre bastante similar).</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Pero, en cuanto a la cuestión que nos ocupa, durante su reinado, la Reforma se consolidó definitivamente en Inglaterra. Al inicio de su reinado, se encontró un país aún mayoritariamente católico, hasta tal punto que no halló ningún Obispo importante que oficiara su coronación y, teniendo que recurrir al obispo de Carlisle. En 1559 apoyó a John Knox, considerado fundador del presbiterianismo, frente a la dominación francesa en Escocia. Ese mismo año, como suprema gobernadora de la Iglesia de Inglaterra, proclamó el Acta de Uniformidad, que obligaba a usar una versión revisada del Devocionario protestante de Eduardo VI en los oficios y a ir a la iglesia todos los domingos, y el Acta de Supremacía, que forzaba a los empleados de la corona a reconocer mediante juramento la subordinación de la iglesia inglesa a la monarquía. La mayoría de los obispos católicos instaurados por María se negaron a aceptar estos cambios, y fueron depuestos y sustituidos por personas favorables a las tesis de la reina. Tras el establecimiento, en 1562, de los Treinta y nueve Artículos de la Religión Anglicana y la bula papal de excomunión de Isabel I, en 1570, quedaba instaurada una Iglesia de Inglaterra claramente protestante, pero que se consideraba así misma como “moderada”, en el sentido de que afirmaba mantener la herencia católica y apostólica.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Sin embargo, un sector importante dentro de la Iglesia de Inglaterra sentía que la ruptura definitiva con la Iglesia Católica Romana no se había terminado de producir, ya que buena parte de la liturgia seguía siendo muy similar, aparte de que el anglicanismo estaba demasiado próximo al poder real inglés, obediente a sus decisiones y, por tanto, arbitrario según las coyunturas del momento, en lugar de mantenerse inmutable en la verdad bíblica. Fue surgiendo así, ya durante el reinado de Isabel I, el conocido como puritanismo. Muy alejado del sentido peyorativo actual del término, su primera acepción fue “aquellos que luchan por lograr un culto purificado de toda contaminación de papismo”. Influenciados por las enseñanzas bíblicas de Juan Calvino creían en la soberanía absoluta de Dios sobre todas las cosas de este mundo, en la pecaminosidad de todo el género humano, que el individuo solo podía encontrar la salvación en la gracia de Dios, en que cada persona, a la que Dios hubiera mostrado misericordia y perdón a sus pecados, debía comprender su incapacidad para alcanzar la salvación por si misma y confiar en que el perdón que está en Cristo le había sido dado, por lo que, por gratitud, debía seguir una vida humilde y obediente. Ello junto a una defensa del libre examen individual de las Escrituras y un énfasis en la educación, la ilustración y la cultura para este sacerdocio universal de todos los creyentes cristianos.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Ese libre examen del texto bíblico había llevado al surgimiento de una fe racional, alejada de los dogmas impuestos más allá del contenido de la Palabra de Dios manifestado en la Biblia, y basada en el libre pensamiento. Superada la teología rígida imperante hasta entonces, al examinar cada hombre las Escrituras en busca de la verdad revelada, se abrieron numerosos campos de debate y razonamiento que se trasladaron a otros ámbitos distintos del religioso. El pensamiento se desligaba de la imposición de instancias humanas al afirmarse que, en la lectura de la Biblia, la única guía para el hombre sería el Espíritu Santo y que el hombre únicamente sería responsable ante Dios de la interpretación que realizara. La salvación dependía enteramente de Dios, puesto que el hombre está inhabilitado para obtenerla, pero ya no estaríamos hablando de “méritos ante otros hombres”, origen esta idea del principio de responsabilidad individual, puesto que se rechazaban los conceptos inmutables impuestos al ser humano por autoridades ajenas a su propia conciencia.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Aquellos hombres, que quizás pudiéramos llamarlos o considerarlos “proto-liberales”, sí tenían ya claro que creían en el gobierno limitado, los derechos individuales del hombre y la propiedad privada, en base a la defensa que se hace de los mismos en la Biblia, tenían una base moral para defenderlos. Creían que Dios, como Creador del hombre, tenía mejores ideas que los propios humanos sobre sus asuntos terrenales, entre ellos los relativos al gobierno civil. La Biblia nos enseña que, tras la la primera transgresión, el hombre se encuentra incurso en el pecado original, desde nuestros primeros padres nos ha sido transmitido. El ser humano, aunque pueda hacer buenos actos, tiene, a causa de esto, una natural inclinación al pecado. Siempre está expuesto a corromperse debido a que, en origen, es un ser pecaminoso. La naturaleza caída y pecaminosa del hombre aconsejaba un gobierno limitado y una separación de poderes, con una justicia independiente que garantizase el imperio de la ley, un parlamento elegido por el pueblo y un ejecutivo que pudiera ser controlado por los representantes populares.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Esto nos lleva directamente a la entrega anterior. Los puritanos ingleses que tomaron las armas, a mediados del siglo XVII, frente a Carlos I, comandados por Cromwell y el bando parlamentario, defendían tres derechos muy concretos: libertad de culto, libertad de expresión y propiedad privada. Entendían que un gobierno que no respetara estos derechos sería despótico y su victoria sobre el bando monárquico, junto con la posterior Revolución Gloriosa de 1688, fue clave para consolidar un sistema representativo en Inglaterra. Otros, anteriormente, emigraron a las Provincias Unidas (las actuales Holanda y Bélgica), donde los calvinistas establecieron un sistema de libertad económica y confesional, o al Nuevo Mundo, a las colonias de la costa este de América del Norte (los famosos peregrinos del “Mayflower”, entre ellos, quienes llegaron allí, al actual estado norteamericano de Massachussets, el 16 de septiembre de 1620, con la idea de crear una colonia bíblica que purificara a la religión anglicana de los males que la aquejaban), Nueva Inglaterra.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />La muerte de Cromwell y el fin de la breve experiencia republicana inglesa trajo nuevos problemas relacionados con la tolerancia religiosa: ¿qué debía hacer el gobernante con quienes se negaban a atender los oficios religiosos de la Iglesia Anglicana?¿Podía juzgar sobre creencias privadas? Hasta 1688, este tema estuvo en el aire. Aunque Carlos II había prometido respetar la libertad de culto al ser restaurado en el trono en 1660, la presión de su entorno hizo que esa promesa se quebrantase al poco tiempo. A partir de 1662, manifestar públicamente rechazo a la religión anglicana podía suponer multas, confiscaciones de bienes e, incluso, la cárcel. En 1670, la Iglesia Anglicana lanzó una feroz represión contra los disidentes religiosos, desatando una verdadera caza de brujas que culminó con una quema y censura de libros, cientos de prisioneros y muchos rebeldes enjuiciados, torturados y asesinados. Al contrario del pensamiento de los puritanos, para la monarquía era intolerable pensar que los individuos pudieran ser vistos a los ojos de Dios como libres y responsables y, por lo tanto, que podían actuar según su libre albedrío. En esos años, John Locke, empezó a desarrollar su teoría de que los gobernantes no tienen potestad para interferir en las decisiones individuales de las personas a la hora de elegir sus caminos hacia la salvación eterna, algo solo concerniente a iglesias separadas del Estado, y que no vio la luz del sol hasta después del fin del absolutismo monárquico en Inglaterra, aunque eso lo veremos en la siguiente entrega.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">En resumen, la Reforma en Inglaterra tuvo el efecto positivo, primero de la ruptura con Roma y, tras la muerte de Enrique VIII, de la llegada al pueblo inglés de la verdad bíblica. No tanto en el establecimiento de una verdadera libertad religiosa, al no ser tan distinta la reacción de la Iglesia de Inglaterra a la de Roma frente a las disidencias, la anglicana terminaba siendo tan mundana como la romana. Sin embargo, la lectura de la Biblia y la influencia del calvinismo inició una corriente de pensamiento, la de los puritanos, de una importancia fundamental en el alcance de las libertades que disfruta hoy día el mundo occidental y que se dan por hecho sin tomar ni la más mínima molestia en indagar sobre cuál es su base, cuál es su raíz.</span></strong><br />.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-7875532285627136192011-01-15T15:26:00.000-08:002011-07-12T08:51:58.296-07:00La Revolución Inglesa del siglo XVII (II)<span style="font-size:130%;">.</span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Carlos II aceptó la potestad parlamentaria para la elaboración de leyes y la aprobación de impuestos. Los problemas comenzaron de nuevo con la subida al trono de Jacobo II, católico y con tendencias fuertemente absolutistas. Éste intentó reimplantar de nuevo la monarquía absoluta, disolviendo el Parlamento en 1687 y creando un ejército personal con numerosos católicos romanos en los mandos de mayor importancia, pero se encontró con la oposición frontal de los nobles, quienes no eran católicos. Se forjó un nuevo acuerdo entre nobleza y burguesía con el fin de destronar al rey. En realidad, no solo influyeron en esto las ideas absolutistas de Jacobo sino también su política religiosa y su intento de instaurar una dinastía católica en Inglaterra. </strong><br /><br /><strong>En 1688, ambos grupos ofrecieron la corona de Inglaterra al príncipe holandés Guillermo de Orange con dos condiciones: debía mantener el protestantismo y dejar gobernar al Parlamento. El 30 de junio de ese año, un grupo de nobles protestantes, conocido como los </strong><em><strong>"Siete Inmortales"</strong></em><strong>, le solicitaron venir a Inglaterra con un ejército. Para septiembre estaba claro que Guillermo intentaría invadir el país y aun así, Jacobo cometió el error de rechazar la ayuda de Luis XIV, el rey de Francia y el monarca católico más poderoso de Europa, ante el temor de que los ingleses se opondrían a la intervención francesa. Cuando Guillermo de Orange llegó a Inglaterra el 5 de noviembre de 1688, todos los oficiales protestantes del rey desertaron. Jacobo, abandonado por todos los grupos sociales (incluida su propia hija, Ana), abdicó del trono.</strong><br /><strong>La Gloriosa Revolución, que abolió definitivamente la monarquía absoluta e inició en Inglaterra la época de la monarquía parlamentaría, con la participación de los súbditos en el gobierno del Estado a través del Parlamento, había triunfado sin violencia y sin derramamiento de sangre, sin guillotinamientos a mansalva y sin genocidios de </strong><em><strong>"enemigos del Estado"</strong></em><strong>, como el de La Vendée, a diferencia de la Revolución Francesa de 1789.</strong><br /><br /><strong>Guillermo y su esposa María fueron coronados juntos en la Abadía de Westminster el 11 de abril de 1689 por el obispo de Londres, Enrique Compton. Normalmente, las coronaciones de los monarcas ingleses eran realizadas por el arzobispo de Canterbury, pero el arzobispo de entonces, Guillermo Sancroft, se negó a reconocer la deposición de Jacobo II. En el día de la coronación, la convención de los Estados de Escocia declaró que Jacobo no era más el rey de Escocia. Ofrecieron a Guillermo y María la corona escocesa, quienes la aceptaron el 11 de mayo, convirtiéndose el primero en Guillermo II de Escocia.</strong><br /></span><strong><br /><span style="font-size:130%;"><strong>En diciembre de ese año, uno de los documentos constitucionales más importantes de la historia inglesa, el Acta de Derechos ("</strong><em>Bill of Rights</em><strong>"), fue aprobada, estableciéndose una serie de obligaciones y deberes del Rey y el Parlamento: 1) El Rey no podría crear o eliminar leyes o impuestos sin la aprobación del Parlamento; 2) El Rey no podría cobrar dinero para su uso personal, sin la aprobación del Parlamento; 3) Sería ilegal reclutar y mantener un ejército en tiempos de paz, sin aprobación del Parlamento; 4) Las elecciones de los miembros del Parlamento deberían ser libres; 5) Las palabras del Parlamento no podrían obstaculizarse o negarse en ningún otro lugar; 6) El Parlamento debería obligatoriamente reunirse con frecuencia.</strong></span></strong><span style="font-size:130%;"><br /><br /><strong>El depuesto Jacobo, por supuesto, como buen déspota, no estaba en absoluto conforme con haber perdido la corona, intentando, a través de sus partidarios en la católica Irlanda, recuperar el trono inglés, con la ayuda de Francia.</strong><br /><br /><strong>Un primer levantamiento en apoyo de Jacobo se produjo en 1689, dirigido por John Graham de Claverhouse, conocido como </strong><em>"<strong>Bonnie Dundee"</strong></em><strong>, quien levantó un ejército de clanes de las Highlands. En Irlanda, los católicos locales dirigidos por Richard Talbot I, conde de Tyrconnel, tomó todos los lugares fortificados de la isla excepto Derry, en un intento de conservar el reino para Jacobo. Éste mismo desembarcó en Irlanda con 6.000 soldados franceses para tratar de recuperar el trono, en la que fue llamada en la Guerra Guillermita de Irlanda, y que duró desde 1689 hasta 1691. En solo un año, la Revolución Gloriosa se estaba viendo amenazada.</strong><br /><br /><strong>La derrota decisiva de los jacobitas tuvo lugar el 1 de julio de 1690, cerca de Drogheda, en la costa este de Irlanda, la que fue llamada Batalla del Boyne. En ella, los guillermitas derrotaron fácilmente a las tropas jacobitas, formadas principalmente por soldados recién reclutados y poco preparados.</strong><br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><br /><p></span></p><span style="font-size:130%;"></span><a href="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2010/09/battle_picture.jpg"><span style="font-size:130%;"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 389px; DISPLAY: block; HEIGHT: 289px; CURSOR: hand" border="0" alt="" src="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2010/09/battle_picture.jpg?w=300" /></span></a><span style="font-size:130%;"><br /><strong>Los jacobitas fueron desmoralizados por su derrota, por lo que muchos infantes irlandeses desertaron. Los guillermistas marcharon triunfalmente sobre Dublín dos días después de la batalla. El ejército jacobita abandonó la ciudad y se retiró a Limerick, donde fueron sitiados. Después de su derrota, Jacobo no se quedó en Dublín, sino que cabalgó con una pequeña escolta a Duncannon y regresó al exilio en Francia. Su apresurada huida enojó a sus partidarios irlandeses, que, no obstante, siguieron luchando hasta la firma del Tratado de Limerick, en 1691.</strong><br /><br /><strong>Para Jacobo fue el final de la esperanza de recuperar su trono, asegurándose el triunfo de la Revolución Gloriosa. En Escocia, los Highlanders abandonaron la Rebelión Jacobita, ante las noticias de la batalla.</strong><br /><br /><strong>Los logros de la Revolución Gloriosa se habían salvado.<br /><br />Por esta razón, por la importancia simbólica de esta batalla, la Orden de Orange (<em>"Orange Order"</em>), organización de fraternidad protestante fundada en 1785, el 12 de julio de cada año, celebra el Día de la marcha de los Orangistas, como consecuencia de haberse ajustado al Calendario Gregoriano:<br /><br /><br /><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/8I98SsQZEp4?fs=1&hl=es_ES&rel=0"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><br /><embed src="http://www.youtube.com/v/8I98SsQZEp4?fs=1&hl=es_ES&rel=0" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br /></strong></span><br /><p><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong></p><br /><p><span style="font-size:130%;"><strong>La Orden de Orange es la organización protestante más comprometida con la unión del territorio norirlandés a la corona británica y a la lealtad a ésta, siempre que defienda el protestantismo. Cada 12 de julio, los hermanos en la fe que la componen, en Irlanda del Norte y también en el resto del Reino Unido, convocan desfiles en conmemoración de la batalla del Boyne.<br /></strong>.</span></p>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-82860302753727828992011-01-14T12:26:00.000-08:002011-01-14T12:38:19.184-08:00La Revolución Inglesa del siglo XVII (1ª parte).<br /><span style="font-size:130%;"><strong>Esta historia comienza en la Inglaterra de principios del siglo XVII.</strong><br /><br /><strong>Allí, en aquella época, nos encontramos con una situación en la que los burgueses, dedicados al comercio y a la producción de mercaderías, y la <em>"gentry"</em>, nobles dedicados al comercio, cada vez prosperaban más rápidamente, mientras la nobleza más tradicional veía menguar su posición frente a estos debido a que su única fuente de riqueza la propiedad de tierras. La monarquía intentó revertir esta situación poniendo límites al desarrollo de las actividades económicas de los burgueses, creando nuevos impuestos y aumentando los ya existentes, así como desplegando un agresivo intervencionismo económico, participando directamente en algunas de las actividades industriales y comerciales, con el resultado que, no podía ser de otra forma, tenía que producirse: aumento de precios, desocupación y descontento general. El Parlamento inglés estaba en contra de las medidas fiscales impuestas por el monarca, al ser imposible controlar el destino del dinero recaudado, más aún, desde que la corona comenzó a exigirlos aunque no tuvieran la aprobación del Parlamento.</strong><br /><br /><strong>A partir de 1639, los acontecimientos comenzaron a precipitarse. Los burgueses se negaron a pagar impuestos y la Cámara de los Comunes se opuso a destinar fondos a un ejército personal del rey Carlos I destinado a sofocar la rebelión independentista de los escoceses, en 1640. Gran parte de la burguesía apoyó a la Cámara y en 1642 estalló la guerra civil. Los parlamentarios, dirigidos por Oliver Cromwell, quien organizó rápidamente un ejército revolucionario, el <em>"New Model Army"</em>, recibieron fundamentalmente apoyo de las regiones industriales y comerciantes del sur y el este del país y de los puritanos mientras que los realistas recibieron el de las agrícolas del norte y el oeste y el de la Iglesia Anglicana. </strong><br /><br /><strong>Cromwell, conocido como el <em>“Lord Protector”</em>, iba a ser la figura clave en el devenir de Inglaterra en los años siguientes. <em>"Confiad en Dios, muchachos, y mantened la pólvora seca"</em></strong><strong> y <em>"Por la libertad del Evangelio y por la ley de la tierra"</em> son dos de sus citas más conocidas. Educado en un hogar protestante, puritano y hondamente anticatólico, estaba convencido, cómo no, de que la salvación eterna era para todos los que se conformaban con las enseñanzas de la Biblia y de actuar por voluntad divina. Durante toda su vida se enfrentó tenazmente a la Iglesia Católica y a las reformas del rey inglés Carlos I en la Iglesia de Inglaterra, quien intentaba asimilarla en lo estructural y lo ceremonial a la católica.</strong><br /></span><br /><a href="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2010/09/cro.png"><img style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 284px; CURSOR: hand; HEIGHT: 352px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2010/09/cro.png?w=242" border="0" /></a><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Su revolución no buscaba implantar una utopía en la tierra ni hacer tabla rasa con todo y empezar a construir otra cosa, sino defender libertades preexistentes, que entendía de origen divino. Curiosamente, no era un democratista pero sí un partidario de la tolerancia religiosa, del parlamentarismo y de la propiedad privada, así como de la idea de la meritocracia, basada en la igualdad ante la ley, y de que, con talento, cualquiera, con independencia de su origen, podía llegar a lo más alto. Él mismo, en solo ocho años, pasó de no tener experiencia militar alguna a estar al mando del ejército del Parlamento, demostrando un gran genio como estratega durante la guerra civil. En el ejército parlamentario se hizo famoso por elegir a sus oficiales por el mérito y no por su origen nobiliario.</strong><br /><br /><strong>No hay duda alguna, en definitiva, de que el legado de Cromwell tiene muchas más luces que sombras, como el de los puritanos, en la defensa de la libertad. Como antes he comentado en alguna ocasión, inspirados en la idea teológica calvinista de que el ser humano tiende al mal, al estar inclinado por naturaleza al pecado, insistieron en la división de poderes para que unos pudieran controlar a otros y la acumulación no llevara a la tiranía. Juan Calvino había escrito en <em>"Institución de la Religión Cristiana"</em>, obra clave para entender el pensamiento reformado, que <em>"Porque las Escrituras nos enseñan que una república bien constituida es un singular beneficio de Dios, mientras que por otros lado, un Estado desordenado con gobernantes impíos y pervertidores de la ley es un signo de la ira de Dios en contra nuestra… Por lo tanto, aun cuando el mundo está inundado con un diluvio de impiedad e iniquidad, no nos maravillemos si vemos tanto pillaje y robos por parte de la gente en todas partes, y reyes y príncipes que piensan que ellos merecen todo lo que ellos desean, simplemente porque nadie se les opone"</em> y que <em>"Y por eso, el vicio y los defectos de los hombres son la razón de que la forma de gobierno más pasable y segura sea aquella en que gobiernan muchos, ayudándose los unos a los otros y avisándose de su deber; y si alguno se levanta más de lo conveniente, que los otros le sirvan de censores y amos"</em>. Bebiendo de esta idea, los puritanos apostaron por garantizar derechos no utópicos, sino realistas a favor de la libertad individual, como el de propiedad privada, el de controlar las subidas de impuestos o el de libertad de conciencia. Su herencia quedaría cristalizada más tarde en la constitución norteamericana y en su sistema de <em>"frenos y contrapesos"</em>. Pero de esto habrá tiempo de hablar más adelante.</strong><br /><br /><strong>Los parlamentarios resultaron vencedores, tras la derrota de las tropas realistas en Marston Moore (1644) y Naseby (1645), expulsando a la nobleza del Parlamento y proclamando la república en 1649, tras la decapitación de Carlos I. El poder absoluto de la monarquía había desaparecido. Es de reseñar, no obstante, que, al principio de la guerra civil, Cromwell quería solamente que Carlos I aceptara reinar junto con el parlamento, pese a que fue, finalmente, el principal artífice de su ejecución.</strong><br /><br /><strong>Sus campañas militares en los años siguientes dieron a Inglaterra el control de Escocia e Irlanda. Allí Cromwell no es recordado, precisamente, con demasiada simpatía. No obstante, como con cualquier hecho histórico hay que ver los hechos en su contexto y no desde un único prisma.</strong><br /><br /><strong>Con respecto a Escocia, Cromwell estuvo dispuesto a admitir su independencia hasta que, en 1650, se produjo un intento por parte de los escoceses de restauración monárquica en Inglaterra, coronando a Carlos II, hijo de Carlos I, e invadiendo las tierras inglesas. Ahí Cromwell se vio obligado a reaccionar, derrotando a los escoceses en las batallas de Dunbar y Worcester, conquistando Escocia.</strong><br /><br /><strong>En Irlanda, es cierto que hubo hechos injustificables, aunque la propaganda de los partidarios de la monarquía se encargó de inflar enormemente los mismos, pintando a Cromwell como un monstruo sanguinario, responsable de múltiples asesinatos de inocentes, aparte de que la intervención de sus tropas se produjo después del ataque por parte de los católicos a los protestantes irlandeses.</strong><br /><br /><strong>Como Lord Protector, hasta su muerte en 1658, llevó una política tolerante en lo religioso, a excepción de para los católicos, aunque, también es cierto, no comparable a la persecución a los protestantes que existía en la Europa católica. Permitió el regreso a Inglaterra de los judíos, 350 años después. Reorganizó la hacienda pública y fomentó la liberalización del comercio, a fin de asegurar la prosperidad de la burguesía mercantil. Su legado dejó una gran impronta en la Revolución Gloriosa de 1688, tras la cual, se eliminaron los privilegios reales, aristocráticos y de las corporaciones, los monopolios, las prohibiciones, los peajes y los controles de precios, que obstaculizaban la libertad de comercio y de industria, se crearon y fortalecieron instrumentos que servían para el desarrollo de las nuevas actividades económicas, se creó el Banco de Inglaterra y se generalizaron las sociedades anónimas, se difundió la tolerancia religiosa y se protegió el progreso de la ciencia.</strong><br /><br /><strong>Sin embargo, tras su muerte, la única experiencia republicana en la historia de Inglaterra, acabó con la restauración de la monarquía con la coronación de Carlos II, en 1660, por el Parlamento. El rey, como una de sus primeras medidas, ordenó la exhumación del cadáver de Cromwell para cortarle la cabeza y exponerla encima de un palo delante de la Abadía de Westminster. Hoy día, de hecho, se desconoce el lugar exacto en donde se encuentran los restos de Cromwell. Su estatua sobresale delante del Palacio de Westminster y, actualmente, figura como el décimo inglés más popular de todos los tiempos.</strong></span><br />.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-42045011065105449542011-01-03T06:15:00.000-08:002011-01-03T06:18:29.667-08:00Las consecuencias de ofender a Dios.<br /><strong><span style="font-size:130%;">Hoy domingo, un pasaje para reflexionar sobre un suceso de la historia, del cual se cumplió el 450 aniversario el pasado 22 de diciembre:</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Éxodo, Capítulo 11: <em>“1 Y Jehová dijo á Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón, y sobre Egipto; después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo. 2 Habla ahora al pueblo, y que cada uno demande á su vecino, y cada una á su vecina, vasos de plata y de oro. 3 Y Jehová dió gracia al pueblo en los ojos de los Egipcios. También Moisés era muy gran varón en la tierra de Egipto, á los ojos de los siervos de Faraón, y á los ojos del pueblo. 4 Y dijo Moisés: Jehová ha dicho así: A la media noche yo saldré por medio de Egipto, 5 Y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras la muela; y todo primogénito de las bestias. 6 Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca fué, ni jamás será. 7 Mas entre todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua: para que sepáis que hará diferencia Jehová entre los Egipcios y los Israelitas. 8 Y descenderán á mí todos estos tus siervos, é inclinados delante de mí dirán: Sal tú, y todo el pueblo que está bajo de ti; y después de esto yo saldré. Y salióse muy enojado de con Faraón. 9 Y Jehová dijo á Moisés: Faraón no os oirá, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto. 10 Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón: mas Jehová había endurecido el corazón de Faraón, y no envió á los hijos de Israel fuera de su país”</em>.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Estos versículos hay que ponerlos en relación con Éxodo 7:3-4: <em>“3 Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. 4 Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré á mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios”</em>.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Todos somos culpables pues todos hemos pecado. Nada bueno puede salir de nuestros corazones si Dios no lo coloca en ellos. El pecado es algo que ofende de sobremanera a Dios, Su ira se engrandece enormemente, tanto por el pecado original, como por aquellos que cometemos ahora y Su voluntad es castigarlos, por Su perfecta justicia, temporal o eternamente: <em>“Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la Ley, para hacerlas”</em> (Deuteronomio 27:26; Gálatas 3:10).</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Dios puede endurecer el corazón de alguien o sujetarle a la obediencia, sin embargo, no es Él el responsable de que esa persona actúe de forma malvada o impía pues el proceder de esa forma es lo que está dentro de la naturaleza caída del ser humano. Como el pecado no puede quedar sin castigo, no es injusto que castigue a aquellos cuyo corazón ha endurecido. El Faraón de Egipto no era alguien bueno o inocente, sino un tirano que se complacía en la opresión de los israelitas en la esclavitud. Estos llevaban cuatro siglos sirviendo a los egipcios e incluso un Faraón había ordenado que los recién nacidos varones de los israelitas fueran muertos. Su pueblo aprobaba la actuación de este tirano o, al menos, no se le oponía.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Antes de la última plaga, la muerte de los primogénitos egipcios, Dios había dado una y otra oportunidad al Faraón y a Egipto para arrepentirse y dejar marchar a Israel, sin embargo, éstos habían endurecido ellos mismos su corazón. Tras una sombra de arrepentimiento, durante la plaga del granizo, volvió a endurecer su corazón y perseverar en el pecado: <em>“Y viendo Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y agravó su corazón, él y sus siervos. Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir á los hijos de Israel; como Jehová lo había dicho por medio de Moisés”</em> (Éxodo 9:34-35).</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Dios endureció el corazón del Faraón y de Egipto, con lo que no permitieron salir a Israel, sin embargo, ellos mismos se habían atraído este juicio sobre ellos mismos al haber sometido a los israelitas a la esclavitud y haber matado a sus recién nacidos. Romanos 6:23 dice que la paga del pecado es la muerte, con lo que el castigo al Faraón y a Egipto por sus pecados con terribles plagas no fue injusto, sino misericordioso, pues un castigo enteramente justo hubiera sido que Dios hubiera destruido por completo a Egipto, lo que no hizo.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">La Biblia, tanto a nivel individual como colectivo, ofrece múltiples ejemplos de creyentes que son perseguidos y hasta muertos por defender su fe y su libertad ante los poderes terrenales. Persecuciones y oprobios los cuales nunca quedan sin castigo. Faraón era un tirano más de este mundo, de Egipto, pero su ejemplo es aplicable al Sanedrín de los tiempos de los Apóstoles, a la Roma de los Césares, a la “santa” inquisición, a la URSS, a los nazis, etc. Dios endurecerá sus corazones y ellos, temporalmente, creerán ser triunfantes, pero su triunfo es tan efímero como es el estar en este mundo, pues el juicio y el castigo siempre llega, en esta vida o en la eternidad.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Allá por mediados del siglo XVI, las dos comunidades más fructíferas de creyentes dentro de España se encontraban en Valladolid y Sevilla. Realmente, se puede hablar de otra “memoria histórica”, pero sin victimismos de ningún tipo, una historia no demasiado conocida y sobre la cual hay una ignorancia casi generalizada en España: la obra de los reformadores españoles del siglo XVI. En Sevilla, prácticamente nadie sabe, aunque solo fuera por una cuestión de cultura general, que la Biblia Reina-Valera, la leída por todo el protestantismo de habla hispana fue traducida a nuestro idioma en el monasterio de San Isidoro del Campo, a pocos kilómetros de la capital andaluza. La congregación protestante de Sevilla agrupaba a unas 1000 personas, cifra nada desdeñable para aquellas fechas.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Sin embargo, entre 1559 y 1560 muchos de los miembros de estas congregaciones perecieron en los terribles Autos de Fe que se organizaron en Valladolid, dos en 1559, concretamente, el 21 de mayo y el 8 de octubre, y en Sevilla, uno el 24 de septiembre de 1559 y otro el 22 de diciembre de 1560. </span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">En este último, pereció quemado vivo en el siniestro quemadero de Sevilla, situado bastante cerca de la Universidad y del terreno que actualmente ocupa el Casino de la Exposición, uno de los más valientes mártires, Julián Hernández, más conocido con el sobrenombre de “Julianillo” por su pequeña estatura. Su “delito”: haber introducido en España ejemplares de una nueva traducción del Nuevo Testamento al castellano. Al ser quemado en la hoguera, él mismo cogió la leña y se le echó por encima. En ese mismo lugar murió también una mujer llamada Leonor Núñez junto con sus tres hijas, Elvira, Teresa y Lucía. Asimismo perecieron Francisca de Chaves, monja de Santa Isabel, Ana de Rivera, Juan Sastre, Francisca Ruiz y María Gómez. Incluso se desenterraron los huesos del recientemente fallecido y gran predicador de la catedral de Sevilla, Constantino Ponce de la Fuente. Estos fueron quemados junto con una imagen suya. Constantino había fallecido en la cárcel de Triana el 9 de febrero de 1560. Había sido conducido por la Inquisición a esa prisión porque se le tenía como hereje. En realidad, el gran predicador había abrazado la fe protestante y bíblica. También se quemó una efigie del doctor Egidio, también fallecido, y de Juan Pérez de Pineda, traductor del Nuevo Testamento al español, curiosamente, el Nuevo Testamento que “Julianillo” había llevado de contrabando a España.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Estos hombres y mujeres fueron ajusticiados por preferir obedecer a Dios antes que a los hombres. Los reformadores españoles, desde muy temprano, ejercieron en nuestro país, pasara lo que pasara, el derecho al libre examen de la Biblia, la libertad de conciencia y de fe. Desgraciadamente para nuestro país, fueron borrados y su recuerdo sepultado por la Inquisición. Nuestra historia a partir de entonces estuvo llena de momentos de verdadera oscuridad, autoritarismo, pobreza e ignorancia.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Dios endureció el corazón de aquellos inquisidores y de algunos de nuestros compatriotas de aquellos tiempos, como al Faraón y a Egipto, pero no les dejó sin castigo. El juicio de Dios a la ciudad de Sevilla no llegó casi hasta un siglo después. </span></strong><a href="http://fama2.us.es/flgh/media/digital/epidemia_sevilla.pdf"><strong><span style="font-size:130%;">La peste que azotó a la ciudad en 1649 fue la mayor epidemia jamás recordada. Se estima que la cifra de muertos rondó los 60.000, aproximadamente, el 46% de la población</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;">. Según el historiador de aquellos tiempos Diego Ortiz de Zúñiga, fue el <em>“más trágico suceso que ha tenido Sevilla y en que más experimentó cercana la muy miserable fatalidad de ser destruida”</em>, ya que, <em>“quedó Sevilla con gran menoscabo de vecindad, si no sola, muy desacompañada, vacías gran multitud de casas, en que se fueron siguiendo ruinas en los años siguientes;… todas las contribuciones públicas en gran baja;… los gremios de tratos y fábricas quedaron sin artífices ni oficiales, los campos sin cultivadores… y otra larga serie de males, reliquias de tan portentosa calamidad”</em> [...] <em>“Entraron en el Hospital de la Sangre veinte seis mil y setecientos enfermos, dellos murieron veinte y dos mil y novecientos y los convalecientes no llegaron a quatro mil. De los Ministros que servían faltaron mas de ochocientos. De los Médicos que entraron a curar en el discurso del contagio, de seis solo quedo uno. De los Cirujanos, de diez y nueve que entraron quedaron vivos tres. De cincuenta y seis Sangradores quedaron veinte y dos“</em>.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Sevilla, que, hasta aquel entonces, había sido la capital europea del comercio marítimo y una de las ciudades más ricas y prósperas, se convirtió en unas pocas semanas de 1649 en una ciudad lúgubre y fantasmagórica, nunca volvió a ser lo que había sido. Dios juzgó a nuestros conciudadanos, quienes le habían ofendido tan gravemente.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Hoy día, disfrutamos en el mundo occidental de una libertad confesional con la que ni siquiera pudieron soñar estos mártires de la fe.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Dios puede parecer dejar actuar libre e impunemente al malvado pero sus juicios son inexorables.</span></strong><br />.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-86842081959002782072010-12-18T05:06:00.000-08:002010-12-18T05:08:14.575-08:00Que lo ejecuten en el nombre de Dios<span style="font-size:130%;"><strong>Un verdadero privilegio el que tienen en Estados Unidos, el de poder ver las fotos de asesinos, violadores y otros criminales, a diferencia de en España. Ya se sabe, por el famoso “derecho a la intimidad” de esta gentuza, el criminal suele ser A.R.P., R.D.L. o T.V.M., no es lo normal que veamos sus nombres y mucho menos sus caras.</strong><br /><br /><strong>La de este engendro sí la vemos:</strong><br /><br /></span><strong><a href="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2010/12/amd_date_rodney-alcala.jpg"><img class="aligncenter size-full wp-image-1655" title="amd_date_rodney-alcala" alt="" src="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2010/12/amd_date_rodney-alcala.jpg" width="240" height="292" /></a></strong><br /><br /><strong><a href="http://www.timesonline.co.uk/tol/news/world/us_and_americas/article7083519.ece"><span style="font-size:130%;">Se trata de Rodney Alcalá, condenado en febrero, en Santa Ana (California), a morir por medio de la inyección letal</span></a></strong><span style="font-size:130%;"><strong>, considerado el mayor asesino en serie de Estados Unidos,</strong><strong> un ex fotógrafo independiente y miserable criminal, como autor de la muerte de una niña de 12 años de Huntington Beach y la de cuatro mujeres del Condado de Los Ángeles en la década de los 70s. Un ser depravado, del que se dice tiene un coeficiente intelectual similar al de Einstein, y que también había sido condenado por el asesinato de Robin Samsoe, quien fue secuestrada por este engendro mientras iba en bicicleta a una clase de ballet, el 20 de junio de 1979, el de Jill Barcomb, de 18 años, y asesinada en 1997, el de Georgia Wixted, de 27 años, en 1978, el de Charlotte Lamb, de 32 años, en 1978, y el de Jull Parenteau, cuyo asesinato ocurrió en 1979. No obstante, se especula con que podría ser el autor de unas cien muertes más, <a href="http://www.telecinco.es/informativos/internacional/noticia/100017536/Fotografo+ganador+de+un+concurso+de+television+y+asesino+en+serie">el número de fotos que se han encontrado en su poder y que se han difundido con la esperanza de resolver otros tantos casos de desapariciones de mujeres</a>. </strong><br /><br /><strong>Actualmente, Alcalá se encuentra en el corredor de la muerte de la prisión estatal de San Quintin (California). Que se cumpla la sentencia a lo menos tardar y ocupe lo antes posible el lugar que tiene reservado en el infierno, bajo el pie de Satanás. No hay derecho a mantener de por vida, a cuenta del contribuyente, a esta escoria, encerrada en una prisión.</strong><br /><br /><strong>No es para menos, los liberales que consideren la pena de muerte un instrumento eficaz para proteger a los ciudadanos del crimen podrán estar de enhorabuena el día que se ejecute la sentencia. Sí que es cierto que, con respecto a España, parto </strong><strong>de lo problemático de la aplicación de la pena de muerte en nuestro país. La administración de justicia está monopolizada por el Estado y en España ésta brilla por su ineficiencia. Algo como una hipotética implantación de la pena capital exigiría una reforma a fondo de la legislación procesal penal (aún estamos con una ley del siglo XIX), hasta el punto de que pudiera ser necesaria hasta la promulgación de una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, y del sistema judicial en su conjunto. Ahora mismo, por otro lado, jurídicamente no es posible sin una reforma de la Constitución a través de los mecanismos que la misma establece (conste que, a pesar de sus deficiencias, es un texto que a los españoles nos ha proporcionado una cierta estabilidad en las últimas décadas, al igual que ocurre con la monarquía) así como por esta institución igualmente socialista y alejada de lo cristiano que es la Unión Europea.</strong><br /><br /><strong>Pero Estados Unidos es un caso completamente distinto. Las Américas son más salvajes, más indómitas que la vieja Europa. Posiblemente, sin la libertad de portar armas de fuego, como medio de autodefensa, y sin la pena de muerte, como medio disuasorio, las tasas de criminalidad en Estados Unidos serían aún mayores. En España, con unas penas más blandas, la criminalidad es sensiblemente inferior. Cada país tiene unas necesidades y una realidad distintas. En España la cuestión sería despenalizar numerosas minucias que entran dentro del Código Penal, pasarlas a la jurisdicción civil, eliminar algunos tipos delictivos más bien liberticidas y endurecer las penas en los delitos graves de verdad, incluso si hay que llegar a la cadena perpetua.</strong><br /><br /><strong>Pero la cuestión principal es que la ley penal no está para "reformar" a nadie y menos si ese alguien no se quiere reformar. Es un poso de una mentalidad totalitaria y liberticida pensar que las leyes pueden tener ese efecto. La ley penal está para castigar al criminal, obligarle a reparar el daño causado y apartar de la sociedad a un elemento peligroso para que no pueda ocasionar más perjuicios aún.</strong><br /><br /><strong>La ley y la condena a quien la vulnera es el instrumento del Estado para cumplir la que debe ser su función fundamental y que no es otra que defender nuestra vida, nuestra propiedad y nuestra libertad frente a las agresiones de terceros. Existen una serie de individuos que deben verse lo suficientemente intimidados por las posibles consecuencias penales de sus actos criminales. En todo caso, si no la pena de muerte, al menos, debería ser algo debatible la cadena perpetua. Los criminales deben ser apartados de la sociedad por el peligro que representan y castigados, por ello, con la debida proporcionalidad. Si se reinsertan, mejor, pero el fin debería ser el primero. Está por ver que se demuestre con argumentos sólidos que la pena de muerte sea, siempre y en todo momento, desproporcionada con respecto al daño infligido a través de la comisión de algunos delitos.</strong><br /><br /><strong>Los cristianos, como no, también deben felicitarse de que se haga justicia. Desde luego, los de Estados Unidos pueden alegrarse de que su país, pese a las degeneraciones y la acción de determinados grupos que intentan minar la aplicación de la pena capital tupiendo los tribunales a base de demandas con las que paralizar los procedimientos y la ejecución de las sentencias, siga siendo una reserva de valores liberales y cristianos.</strong><br /><br /><strong><strong>La pena de muerte, no obstante, creo no pocos problemas morales a algunos cristianos. No hace mucho, he leído que gran parte de los <a href="http://www.lavanguardia.es/lectores-corresponsales/noticias/20091116/53825562805/la-ejecucion-de-mcclain-y-la-pena-de-muerte-en-ee.uu.-georgia-estados-unidos-atlanta-illinois-texas-.html">pastores presbiterianos de Atlanta, tras la ejecución del asesino Mark McClain, en octubre de 2009, han manifestado que la pena capital “usurpa” la posición de Dios, sosteniendo que</a></strong><a href="http://www.lavanguardia.es/lectores-corresponsales/noticias/20091116/53825562805/la-ejecucion-de-mcclain-y-la-pena-de-muerte-en-ee.uu.-georgia-estados-unidos-atlanta-illinois-texas-.html"> </a><strong><a href="http://www.lavanguardia.es/lectores-corresponsales/noticias/20091116/53825562805/la-ejecucion-de-mcclain-y-la-pena-de-muerte-en-ee.uu.-georgia-estados-unidos-atlanta-illinois-texas-.html">la pena máxima debería ser abolida ya que <em>"la venganza solamente le corresponde a Dios"</em></a>. Que la santurronería ha contaminado muchos púlpitos protestantes es más que evidente pero, es más, también se alega el Sexto Mandamiento, como ilegitimador, moralmente hablando, de la pena capital.</strong></strong><br /><br /><strong>Bien, vamos a ver, en la mayoría de ediciones de la Biblia, el Sexto Mandamiento aparece como <em>“No matarás”</em>. La palabra hebrea traducida <em>"matarás"</em> en el Sexto Mandamiento es <em>ratsach</em>, y puede significar <em>"matar"</em> o <em>"quitar la vida"</em> a propósito o accidentalmente. <em>Ratsach</em>, como muchas otras palabras, tiene muchas acepciones, y por lo tanto su significado en un versículo en particular debe ser obtenido del contexto en que aparece así como de toda la Biblia. Si se prohibiera matar en cualquier circunstancia, incluso mediante la aplicación de la pena capital o en guerras, entonces ¿cómo es que en el Antiguo Testamento se aplica la pena de muerte en tantas ocasiones?</strong><br /><br /><strong>El Sexto Mandamiento significa que no debemos quitar una vida injustamente. La palabra</strong> <strong><em>ratsach</em>, en realidad, debemos entenderla como <em>“asesinar”</em>, segar una vida sin justificación alguna. Ese es el sentido en que debe interpretarse el versículo. El mandamiento protege la vida, no como la posesión mundana más importante, sino porque es la base de la existencia humana, y es en la vida que la personalidad es atacada, y en ella, la imagen de Dios (Génesis 9:6).</strong><br /><br /><strong>Sobre la "venganza que corresponde solo a Dios". Por un lado, el castigo para la eternidad sí corresponde a Dios. Pero el castigo en la tierra es administrado por el hombre como mandato de Dios. Salvo en casos como el Diluvio o la destrucción de Sodoma y Gomorra, anticipos del Juicio Final contra los malvados, </strong><strong>el hombre es el responsable de la aplicación de la pena capital (Génesis 9:6: <em>"El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre; porque a imagen de Dios él hizo al hombre"</em>). Dios es quien da al hombre la responsabilidad de mantener una sociedad segura. </strong><strong>Dios dijo que si un hombre derrama la sangre de otro hombre, entonces es tarea de los hombres hacer justicia y vengar ese derramamiento de sangre para proteger al resto de miembros de la sociedad. No tiene base bíblica alguna, pues, lo que dicen estos pastores.</strong><br /><br /><strong>Más aún, después de los Diez Mandamientos, en Éxodo se instituye la pena de muerte por asesinato:</strong><br /><br /><strong>21:12: El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá. </strong></span><strong><br /><span style="font-size:130%;"><strong>21:13: Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir. </strong><br /><strong>21:14: Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera.</strong><br /><strong>21:15: El que hiriere a su padre o a su madre, morirá.</strong></span></strong><span style="font-size:130%;"><br /><br /><strong><strong>Por supuesto, aparte de no castigarse con la muerte el homicidio accidental, el hombre es el encargado del cumplimiento de esta ley.</strong></strong><br /><br /><strong><strong>Junto con el asesinato, la Biblia, igualmente legitima la pena de muerte para el secuestro </strong></strong><strong>(</strong><strong>Éxodo 21:16: <em>"El que secuestre a una persona, sea que la venda o que ésta sea encontrada en su poder, morirá irremisiblemente"</em>) o el perjurio (Deuteronomio 19:16-21: <em>"</em></strong><strong><em>Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él, entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, y delante de los sacerdotes y de los jueces que hubiere en aquellos días. Y los jueces inquirirán bien; y si aquel testigo resultare falso, y hubiere acusado falsamente a su hermano, entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti. Y los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti. Y no le compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie"</em></strong><strong>. Igualmente, para una condena a muerte era necesario el testimonio de dos o tres testigos. </strong><strong>Sólo se debía llevar a cabo la ejecución cuando no existía ninguna duda acerca de la culpa, por tanto, de acuerdo con la Biblia, no se debe ejecutar a una persona sin clara evidencia de que es realmente culpable.</strong><br /><br /><strong>Vemos lo que afirmaba Juan Calvino, posiblemente el padre espiritual de los Estados Unidos, en el Libro Cuarto de su <em>"Institución de la Religión Cristiana", </em>acerca de la pena capital: <em>"Pero aquí se suscita una cuestión muy difícil y espinosa; conviene a saber, si se prohíbe a los cristianos en la Ley de Dios matar. Porque si la Ley de Dios lo prohíbe (Éx. 20,l3; Dt. 5, 17; Mt. 5,21), y si el profeta anuncia del monte santo de Dios, o sea de su Iglesia, que en ella no harán mal ni dañarán (Is. 11,9; 65,25), ¿cómo es posible que los gobernantes sean a la vez justos y derramen la sangre humana? En cambio, si se entiende que el gobernante al castigar no hace nada por sí mismo, sino que ejecuta los juicios mismos de Dios, este escrúpulo no nos angustiará.</em></strong><br /></span><strong><em><br /><span style="font-size:130%;">Es verdad que la Ley prohíbe matar y, por el contrario, para que los homicidas no queden sin castigo, Dios, supremo legislador, pone la espada en la mano de sus ministros, para que la usen contra los homicidas. Ciertamente no es propio de los fieles afligir ni hacer daño; pero tampoco es afligir y hacer daño castigar cómo Dios manda a aquellos que afligen a los fieles. Ojalá tuviésemos siempre en la memoria que todo esto se hace por mandato y autoridad de Dios, y no por temeridad de los hombres; y que si precede tal autoridad nunca se perderá el buen camino, a no ser que se ponga freno a la justicia de Dios para que no castigue la perversidad. Mas si no es licito darle leyes a Dios, ¿por qué hemos de calumniar a sus ministros? Porque, como dice san Pablo, no en vano llevan la espada, pues son servidores de Dios, vengadores para castigar al que hace lo malo (Rom. 13,4). Por ello, si los príncipes y los demás gobernantes comprendiesen que no hay cosa más agradable a Dios que su obediencia, si quieren agradar a Dios en piedad, justicia e integridad, preocúpense de castigar a los malos"</span></em><span style="font-size:130%;">.</span></strong><span style="font-size:130%;"><br /><br /><strong>En el Antiguo Testamento, en definitiva, se ordenaba la pena de muerte para varios actos: asesinato (Éxodo 21:12), secuestro (Éxodo 21:16); bestialidad (Éxodo 22:19), adulterio (Levítico 20:10), sodomía (Levítico 20:13), ser un falso profeta (Deuteronomio 13:5), prostitución y violación (Deuteronomio 22:4), así como y muchos otros crímenes. Tomando a Dios como centro, presentándonos ante Él, todos y cada uno de los pecados que cometemos merecen la muerte (Romanos 6:23: <em>"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro"</em>). Recordemos que estamos muertos en nuestra propia naturaleza pecaminosa, la depravación total, y, aunque la merezcamos todos, muestra su gracia con algunos a los que no condena (Romanos 5:8: <em>"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros"</em>). También hay, en el Antiguo Testamento, pasajes en los que Dios es misericordioso no quitando la vida al pecador, como el caso del rey David, autor de adulterio y asesinato.</strong><br /><br /><strong>La pena capital fue instituida por Dios, como leímos en Génesis 9:6, y, en modo alguno, derogada por Cristo (con la Ley, Dios nos demuestra a los hombres que somos incapaces de cumplirla y que necesitamos Su salvación, Cristo no nos exime de cumplirla sino que nos libra de la maldición de la Ley), antes al contrario, apoyaba la pena capital en algunos casos, pero también mostró Su gracia cuando esta sentencia estaba por ejecutarse, como en el caso de la adultera que iba a ser apedreada por los fariseos (Juan 8:1-11). Este es uno de los versículos más manipulados, que ya es decir, de los Evangelios. Recordemos que los fariseos, como los saduceos, sostenedores del legalista y precioso sistema de muerte espiritual en que se había convertido el judaísmo en los tiempos en que el Salvador habitó entre nosotros (sepulcros blanqueados), buscaban constantemente poner trampas a Jesús, sorprenderle en la violación de la Ley. Jesucristo lo único que hizo fue recordarles su hipocresía (<em>"El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella"</em>), no pretendían castigar el pecado sino tenderle una trampa, además de haber condenado a la adultera sin cumplir el requisito de los dos testigos mínimos. Mostraba su misericordia hacia la mujer pero no le daba el beneplácito al pecado (<em>"Ni yo te condeno; vete, y no peques más"</em>), en modo alguno.</strong><br /><br /><strong>Si en el Nuevo Testamento no se defiende la pena de muerte, ¿cómo es que no protestó Jesucristo o declaro la ilegitimidad de Pilatos para condenarle según las leyes del Imperio Romano? ¿Cómo es que, tras la conversión del Buen Ladrón, no clamó porque vida la vida de éste fuera perdonada y bajado de la cruz? Todo lo contrario, Cristo reconocía la potestad humana de aplicar la pena capital para ciertos delitos.</strong><br /><br /><strong>Si alguien les argumenta <em>"oye, tío, eso no puede ser, Dios es amor"</em>. Efectivamente, PORQUE DIOS ES AMOR, INSTITUYE LA PENA CAPITAL, ya que Jesucristo nos enseñó a amar al prójimo. Cuando dijo que el segundo gran mandamiento era <em>"ama a tu prójimo como a ti mismo"</em>, estaba citando Levítico 19:18. La Ley de Moisés sí enseñaba amor, y parte de ese amor por la gente y la sociedad era protegerla del mal haciendo cumplir la Ley, la cual incluía la pena de muerte. El <strong>plantear que haya un sistema penal justo y que proteja auténticamente a las víctimas es amar al prójimo, incluso a nuestro enemigo. Si la disuasión de la pena de muerte salva la vida de alguien que sea nuestro enemigo, evita que sea asesinado, estaremos mostrando el amor incluso a quien esté enemistado con nosotros, del que habló Cristo. </strong></strong><br /><br /><strong>Aunque pueda ser merecida, Dios no siempre exige la pena de muerte, pero es indudable que la contempla. El pecado siempre es un crimen contra Dios, aunque algunos puedan no serlo contra el hombre. Todos ellos recibirán el castigo no en esta vida sino en la siguiente, en forma de muerte eterna, salvo que hayan sido perdonados por Dios. </strong><strong>Humanísticamente y, quedándonos en nuestra limitada visión, nos puede parecer ilegítima la pena de muerte como castigo y, es más, nos podemos sentir hasta moralmente superiores frente a quienes la defiendan. ¿Moralmente superiores a Dios, incluso? Él instituyó la pena capital en la Biblia, desde luego, y, salvo que de la base desde la que partamos sea su negación, es muy prepotente y mezquino pensar que superamos a Dios en cuanto a justicia y compasión, cuando se encuentra en una posición, en cuanto a perfección, infinitamente superior a nosotros.</strong><br /><br /><strong>¿Hasta dónde llegamos, pues? En Génesis 9:6, Dios concede ya la autoridad al gobierno para establecer y determinar la pena de muerte para determinados crímenes, delitos de sangre, lo que se ratifica en Romanos 13:1-7, sobre el respeto a las leyes promulgadas por gobiernos legítimamente constituidos: <em>"Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra"</em>.</strong><br /><br /><strong>Desde el punto de vista cristiano y, en definitiva, desde el del liberalismo engendrado por el cristianismo, el gobierno legítimo tiene la potestad de castigar, o no, con la pena de muerte los delitos más execrables, especialmente, los delitos de sangre. </strong><br /><br /><strong>Igualmente, de aquí pudiera extraerse la legitimidad de que los ciudadanos democráticamente pudieran decidir sobre la implantación o no de este castigo.</strong><br /><br /><strong>Así pues, que lo ejecuten no solo en el nombre de la libertad, sino en el de Dios.</strong><br /><br /><strong></strong></span>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-68565028739698263152010-12-13T03:53:00.000-08:002010-12-13T04:00:39.220-08:00En defensa de Israel... pero no del sionismo cristiano<strong></strong><strong></strong>.<br /><span style="font-size:130%;"><strong>EN DEFENSA DE ISRAEL</strong><br /><strong></strong><br /><strong>Del "cristianismo sionista" o dispensacionalismo y su influencia en la política norteamericana, que hace palidecer a la del conocido como "lobby judío", de eso hablo en la segunda parte, ahora, esta primera parte, solo versa de política y geoestratégia.</strong><br /><br /><strong>Un error absoluto, dejar claro, no obstante, este sionismo cristiano, que debe ser rechazado por cualquier cristiano de convicciones bíblicas, pues es una desvirtuación total del Evangelio.</strong><br /><br /><strong>Eso sí, por supuesto, el Estado de Israel es el único país democrático de Oriente Medio, además de una nación necesaria para Occidente en la zona. Realmente, es una nación occidental enclavada en Oriente Medio. Los judíos, pese a que el judaísmo es una religión falsa, están más cerca del protestantismo bíblico incluso que otras confesiones de las denominadas también "cristianas". Además, la economía hebrea bíblica es muy capitalista, no es de extrañar que, habitualmente y en muchos países, quiénes más éxito en los negocios y prosperidad han alcanzado han sido protestantes y judíos.</strong><br /><br /></span><a href="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2010/12/support_israel1.jpg"><span style="font-size:130%;"><img class="aligncenter size-full wp-image-1613" title="support_Israel" height="166" alt="" src="http://lavozliberal.files.wordpress.com/2010/12/support_israel1.jpg" width="170" /></span></a><span style="font-size:130%;"><br /><br /><strong>Sobre el "sionismo cristiano" hablaré mañana, pero evidentemente el apoyo a Israel debe ser político. Déjense de dispensacionalismos y de "planes de Dios para los judíos". De entre los judíos, serán salvos los que acepten al Señor Jesucristo como el Salvador, igual que cualquier miserable pecador humano, pero, mientras, en esta vida terrenal, son unos buenos aliados en defensa de la libertad y frente a totalitarismos.</strong><br /><br /><strong>Con Israel ocurre algo muy sencillo: una idea que es comúnmente aceptada en todo el mundo, sin embargo, no parece aplicable en Oriente Medio y en relación al conflicto árabe-israelí: LAS DERROTAS, CUANDO TÚ ERES EL AGRESOR, NO SALEN GRATIS.</strong><strong></strong><br /><br /><strong>Israel es el único país del mundo que ha devuelto territorios conquistados en un enfrentamiento bélico, como en el caso del Sinaí con Egipto. La mayoría de fronteras europeas se definieron después de guerras en las que el perdedor sufrió siempre detrimentos territoriales. ¿Alguien piensa seriamente que, por ejemplo, Polonia debe entregar a Alemania el territorio perdido por ésta tras la derrota en la II Guerra Mundial? ¿O que Rusia debe devolverle el enclave de Kaliningrado? Israel fue atacado conjuntamente por varias naciones árabes en 1949, así como en 1967 (Guerra de los Seis Días) y 1973 (Guerra del Yom Kippur), con intenciones claramente exterminatorias. Todas las intentonas fracasaron y, no obstante, desde las dictaduras árabes que rodean al país hebreo y desde parte de la comunidad internacional se sigue insistiendo en que, tras romper la baraja y no tener éxito en esta tramposa maniobra, se puede volver a pedir que se repartan las cartas.</strong><br /><br /><strong>Pese a las testarudas afirmaciones de que los árabes luchan contra <em>"la ocupación"</em>, en realidad siempre lucharon contra la existencia misma de Israel. La verdadera <em>"nakba"</em> o "catástrofe" (como llaman a la creación del Estado de Israel) de los árabes ha sido haberse concentrado en la destrucción del ajeno, y no en la construcción de su propia sociedad.</strong><br /><br /><strong>Para los regímenes totalitarios árabes, la cuestión de los refugiados palestinos no ha sido más que una forma de obtener carne de cañón para cultivar el odio a Israel entre sus poblaciones. No hace falta ni abundar mucho, todos lo conocemos, en el efecto propagandístico que consiguen en Occidente. </strong><br /><br /><strong>Es bueno recordar que, en algunos países árabes, la inmigración palestina está totalmente prohibida. En otros, los campos de refugiados han verdaderas cárceles sostenidas con la millonaria dádiva internacional, dentro de los ricos estados árabes, para mantener encerrados a los "hermanos" de Palestina y usarlos como peones políticos.</strong><br /></span><strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Aparte de las dictaduras islámicas, los principales responsables del infortunio de los palestinos son sus propios líderes, quienes prefieren utilizar los millones de dólares entregados por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel (rara vez los países árabes ayudaron a los palestinos económicamente) en armamento para cometer atentados, pero no en comida ni edificación ni educación ni en nada que pueda ayudar a la población a mejorar las condiciones de vida. </span></strong></strong><br /><br /><span style="font-size:130%;"><strong><strong>Algunos medios de comunicación occidentales endosan gustosamente las farsas lanzadas desde algunos de los regímenes islamistas (y petroleros) más abyectos con el fin de difamar y criminalizar a Israel y los judíos. Los "Protocolos de los Sabios de Sión", son lectura de cabecera en esos bárbaros países. ¿Protocolos de los Sabios de Sión? Más bien, hablemos de Protocolos de los Sabios del Petróleo. Si fuera cierto este "control de los judíos" sobre las finanzas y medios de comunicación de todo el mundo, que sostienen como teoría esas tiranías, seguramente no asistiríamos a estas descaradas manipulaciones, como la de la "Flotilla de la Libertad", hace pocos meses.<strong></strong></strong></strong><br /><br /><strong>En Occidente, quienes consideran como absolutamente desproporcionadas las reacciones de Israel frente a agresiones como las de Hamás con cohetes sobre las localidades limítrofes con la Franja de Gaza, y que dieron lugar a la "Operación Plomo Fundido", entre diciembre de 2008 y enero de 2009, olvidan siempre un detalle: Hamás no es un movimiento de “liberación palestino”. </strong><br /><br /><strong><strong>Nada más lejos de las intenciones de Hamás. Esta organización criminal no es más que el agente del fundamentalismo islámico en la zona, el mandatario obediente de Irán y de las corruptas petromonarquías del Golfo, un peón más en el objetivo del islamismo más radical de borrar Israel del mapa. El régimen de los ayatolás aporta anualmente 30 millones de dólares a la causa de Hamás, Kuwait donó gustosamente 90 millones en 1990, antes de que, tras la invasión iraquí del emirato petrolero, los grupos terroristas palestinos se posicionaran a favor de la invasión y de la dictadura de Saddam Hussein.</strong></strong><br /><br /><strong>El destino o la suerte del pueblo palestino importa bien poco a los líderes de Hamás puesto que su objetivo no es la creación de un Estado Palestino (la cual no se menciona ni en su Acta fundacional ni en un único párrafo de su literatura), sino la destrucción de Israel. Hamás es un enano comparado con una de las maquinarias bélicas más poderosas del planeta, nunca destruirá el Estado de Israel, correcto. Pero tan cierto como esto es lo dicho anteriormente: es solamente un peón más, un elemento más de hostigamiento al “pequeño Satán”, al Estado hebreo, dentro de la estrategia global del terrorismo islamista no sólo contra Israel sino contra todo Occidente.</strong><br /><br /><strong>Toda pérdida de vidas humanas es triste, menos las de terroristas, por supuesto. Israel debe poner todo el cuidado en evitar al máximo víctimas civiles pues es el representante de la civilización en la zona frente a la barbarie de Hamás, pero no hay que olvidar que a estos abyectos criminales no importan las vidas palestinas que puedan perderse en el camino de sus delirios. Hamás conoce un único camino: la muerte. Es incapaz de ingeniar nada positivo para el pueblo al que dice representar puesto que lo único que enseña a amar a los niños y adolescentes palestinos es la muerte, en forma de planificación de atentados como islamikazes suicidas. La valla de separación entre Cisjordania y el territorio israelí ha evitado más atentados sangrientos.</strong><br /><br /><strong>En el norte, Israel se enfrenta a la amenaza persistente del grupo terrorista islamolibanés de obediencia iraní Hezbolá, autores del atentado de 1983, en Beirut, que costó la vida a 241 marines estadounidenses. Más al oriente, la ya conocida del programa nuclear de los sátrapas ayatolás iraníes: una amenaza para Israel y para nosotros.</strong><br /><br /><strong>NO AL SIONISMO CRISTIANO</strong><br /><br /><strong>Ahora voy a hablar un poco de este sionismo cristiano, tan en boga en no pocos círculos evangélicos de los Estados Unidos, quienes se basan en la idea de que el actual Estado de Israel sería una prolongación en nuestros días del Israel bíblico, su existencia se fundamentaría en un mandato de Dios. Paralelamente a esa visión, <strong>Estados Unidos, </strong></strong><strong>como único país del mundo fundado sobre una base cristiana, tendría una "misión divina" de defender a Israel, protección a cambio de la cual seguirían teniendo una posición privilegiada como nación ante los ojos de Dios. Sea realiza una interpretación torticera de Génesis 11:3, la promesa que Dios hace a Abraham y a su descendencia: <em>"Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan"</em>. Otras obligaciones "divinas" en relación al Estado de Israel, que estos evangélicos entienden que tendría Estados Unidos, llegarían hasta el punto de tener incluso que financiar la construcción del Tercer Templo en Jerusalén, si ello fuera necesario.</strong><strong></strong><br /><br /><strong>Aclarar primero, sobre los derechos de los judíos a asentarse sobre la tierra actualmente territorio del Estado de Israel, que es un error bastante común creer que todos los judíos fueron empujados a la Diáspora por los romanos, después de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén, en el año 70 D.C., y que después, 1.800 años después, regresaron súbitamente a Palestina exigiendo que les devolvieran su país. En realidad, el pueblo judío ha conservado nexos con su patria histórica durante más de 3.700 años.</strong><br /><br /><strong>Incluso después de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén por los romanos y del comienzo del exilio, la vida judía en la tierra de Israel prosiguió y, con frecuencia, prosperó. Para el siglo IX se habían restablecido grandes comunidades en Jerusalén y Tiberias. En el siglo XI, había comunidades judías en Rafa, Gaza, Ascalón, Jafa y Cesárea.</strong><br /><br /><strong>Desde el siglo XII, gran número de rabinos y peregrinos judíos inmigraron a Jerusalén y Galilea. Muchos rabinos establecieron comunidades en Safed, Jerusalén y en otros lugares durante los posteriores 300 años. A principios del siglo XIX, años antes de la fundación del movimiento sionista por parte de Theodor Herzl, más de 10.000 judíos vivían en el territorio del actual Israel.<strong></strong></strong><br /><br /><strong>En 1909, un grupo de judíos rusos se instaló en lo que entonces era la Palestina ocupada por los británicos, cerca del Mar de Galilea, huyendo de la miseria, las persecuciones y matanzas a las que periódicamente se veía abocada su comunidad en la Rusia zarista. Al año siguiente, en 1910, estos diez hombres y dos mujeres construyeron la primera sociedad agraria basada en la cooperación y la fraternidad y donde la propiedad privada no existía. Un sistema bastante cercano a lo que entenderíamos por comunismo. </strong><br /><br /><strong>Había nacido Dgania, el primer kibutz. Durante los años 20 y 30, a pesar de las dificultades que pusieron las autoridades británicas a la inmigración judía, se convirtieron en la base sobre la cual se edificaría el Estado de Israel. Los kibbutz, de los cuales 65 de los 270 aún existentes, funcionan aún según el método comunal tradicional, mientras que el resto, prácticamente, se han convertido en empresas cooperativas inmersas en un sistema de libre mercado, como se explica en un artículo publicado en </strong><em><strong>"Financial Times",</strong></em><strong> titulado <a href="http://www.ft.com/cms/s/0/d50b3c20-0a19-11df-8b23-00144feabdc0.html?nclick_check=1"><em>"The rise of the capitalist kibbutz"</em></a>.</strong><br /><br /><strong>El derecho de Israel a existir, al igual que el de España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y el resto de países del mundo es axiomático e incondicional. La legitimidad de Israel no está suspendida en el aire a la espera de un reconocimiento. No hay ciertamente ningún otro Estado, grande o pequeño, joven o viejo, que consideraría el mero reconocimiento de su “derecho a existir” un favor, o una concesión negociable.</strong><br /><br /><strong>El Estado de Israel basa su existencia en las mismas premisas que cualquier otro país del mundo, en definitiva. </strong><br /><br /><strong>Ahora bien, lo de estos evangélicos "cristianos sionistas" es una problemática muy similar a la que se encontró Cristo con los fariseos. Estos esperaban la venida del Mesías y el establecimiento del Reino de Dios <span style="TEXT-DECORATION: underline">pero en este mundo</span> (Cristo dijo a Pilatos que su reino no era de este mundo), esperaban la reconstrucción de un reino en la tierra, como el que habían regido siglos atrás David y Salomón, por eso rechazaron al Salvador. El momento en que se consuma la apostasía por parte de los fariseos, y del que una vez había sido Pueblo de Dios, lo encontramos en Juan 19:14-15: <em>"</em><em>Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta. Dijo Pilato a los judíos: «Aquí tenéis a vuestro Rey.». Ellos gritaron: «¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!» Les dijo Pilato: «¿A vuestro Rey voy a crucificar?» Replicaron los sumos sacerdotes: «No tenemos más rey que el César.»"</em>. En su afán porque Pilatos condenase a muerte a Jesucristo, los fariseos llegaron a renegar de Dios, declarando que su único rey era el César romano, señor, por aquel entonces, de este mundo, rechazaban expresamente el Reino de Dios.</strong><br /><br /><strong>Los evangélicos sionistas defienden, en consecuencia, la herejía de que existen dos Pueblos de Dios separados, Israel y la Iglesia, cada uno con un plan de salvación distinto por parte de Dios. Confunden el plano terrenal con el espiritual, como confunden el significado espiritual, distinto, del término "judío" en el Nuevo Testamento. </strong><br /><br /><strong>En lugar de cosas espirituales, siguen buscando cosas materiales, terrenales, piensan que el Reino de Dios sí es de este mundo. Pero Cristo no solo dijo a Pilatos que Su Reino no era de este mundo sino que, más aún, viendo que sus seguidores pretendían proclamarle rey, se retiró a la montaña: <em>"</em></strong><strong><em>Y entendiendo Jesús que había de venir para arrebatarle, y hacerle rey, volvió á retirarse al monte, él solo"</em></strong><strong> (Juan 6:15). Su Reino no era de aquí, no podía verse a través de los ojos que tenemos en la cara, sino únicamente a través de los ojos espirituales: <em>"Y preguntado por los Fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia; Ni dirán: Helo aquí, o helo allí: <span style="TEXT-DECORATION: underline">porque he aquí el reino de Dios entre vosotros está</span>. Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis"</em> (Lucas 17:20-22). Los fariseos, como estos evangélicos no podían ver el Reino de Dios porque es un reino espiritual que no podemos ver si nos quedamos en lo físico: <em>"Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que <span style="TEXT-DECORATION: underline">el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios</span>"</em> (Juan 3:3).</strong><strong></strong><br /><br /><strong>No hay que perder la perspectiva de que el Pueblo de Dios, la verdadera Iglesia, el Israel celestial, desde la creación de este mundo, ha sido, es y será el verdadero cuerpo de creyentes, aquellos que son verdaderamente salvos: como ningún hombre puede ver en los corazones</strong> <strong>para distinguir entre unos y otros, por tanto la composición de Su Pueblo sólo es conocida por Dios.</strong><br /><br /><strong>La verdadera Iglesia de Dios no es una organización terrenal con gente y edificios, sino una entidad sobrenatural integrada por aquellos que han sido justificados y salvados por la fe en el sacrificio del Señor Jesucristo. La Iglesia verdadera abarca todo el período de la existencia del hombre sobre la tierra, y a toda la gente que ha sido llamada a ella. El mundo es cristiano desde su creación, puesto que Cristo, siendo Dios, es Creador de este mundo. Cuando Abraham, Isaac, Jacob, Moisés y los demás creyentes del Antiguo Testamento fueron justificados y salvados por su fe, lo fueron por la fe en Jesucristo, y sus pecados lavados por la sangre de Jesucristo, exactamente igual que los creyentes del Nuevo Testamento.</strong><br /><br /><strong><strong>No hay, en definitiva, dos Pueblos de Dios separados, Israel e Iglesia, sino uno solo desde que el primer hombre pisó la tierra. Jesús dice en Juan 10:16: <em>"También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor"</em>. Y el apóstol Pablo en Efesios 2:11-16: <em>"Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. <span style="TEXT-DECORATION: underline">En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa</span>, sin esperanza y sin Dios en el mundo. <span style="TEXT-DECORATION: underline">Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo</span>. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y <span style="TEXT-DECORATION: underline">mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo</span>, matando en ella las enemistades"</em>. Hoy, somos Israel por Cristo. Si un judío, en el sentido de un seguidor del judaismo, acepta a Cristo y se convierte, sí. Si no, está fuera del Pueblo de Dios. Lo contrario, es la confusión que tienen algunos. Los israelitas, como Pueblo de Dios en el Antiguo Testamente, vivían en un espacio geográfico muy delimitado, parte de las tierras en que actualmente se asienta el Estado de Israel, y tenían unas características étnicas muy similares. Hoy no es así, sino que se encuentra diseminado por todo el mundo, pero ES UN MISMO PUEBLO EN EL CUERPO DE CRISTO (a propósito, no tiene nada que ver con el tema de la entrada, pero no, no hay en la Biblia una defensa del inmigracionismo, las fronteras abiertas ni teoría "multiculti" alguna, no, estamos hablando de unidad material entre gentes de distintas naciones, etnias y razas, sino UNIDAD ESPIRITUAL).</strong></strong><br /><br /><strong>Otra creencia de estos evangélicos "sionistas cristianos" y que les llevan a pensar que la creación del Estado de Israel fue el cumplimiento de las promesas bíblicas de Dios: a</strong><strong>firman que esa promesa de la tierra hecha en la Biblia al pueblo de Israel no se cumplió hasta 1947, dando la tierra al pueblo judío como heredad perpetua. Pero es que eso no es lo que dice la Biblia: Dios sí cumplió, entregando a Israel la tierra que prometió a su padres, Abraham, Isaac y Jacob. Cuando Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto, cumplió la promesa que había hecho y les dio la tierra. ¿Qué dice la Biblia?: Josué 21:43-45: <em>"Así dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres; y la poseyeron, y habitaron en ella.</em><em> Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres: y ninguno de todos los enemigos les paró delante, sino que Jehová entregó en sus manos á todos sus enemigos. No faltó palabra de todas la buenas que habló Jehová a la casa de Israel;<span style="TEXT-DECORATION: underline"> todo se cumplió</span></em>". Nehemias 9: 7-8: <em>"</em><em>Tú, eres oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham; <span style="TEXT-DECORATION: underline">Y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste con él alianza para darle la tierra del cananeo, del heteo, y del amorreo, y del fereseo, y del jebuseo, y del gebuseo, para darla a su simiente: y cumpliste tu palabra, porque eres justo"</span></em>. Hechos 13: 19: <em>"Y destruyendo siete naciones en la tierra de Canaán, <span style="TEXT-DECORATION: underline">les repartió por suerte la tierra de ellas"</span></em>.</strong><br /><br /><strong>Aparte de esto, la promesa de Dios a Israel sobre la tierra no era incondicional, como sostienen estos evangélicos, inspirados en el dispensacionalismo, sino condicional a que los israelitas cumpliesen las condiciones del pacto (<em>"Guárdate, que no te olvides de Jehová tu Dios, para no observar sus mandamientos, y sus derechos, y sus estatutos, que yo te ordeno hoy"</em>, Deuteronomio 8:11, <em>"Mas será, si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios, y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres, y á ellos te encorvares, yo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. Como las gentes que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis; por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios", </em>Deuteronomio, 8:19-20).</strong><br /><br /><strong>La promesa de permanencia en la tierra fue hecha al pueblo de Israel bajo la condición de que no se apartaran de Dios y su ley. Israel violó esta condición una y otra vez, no hay más que leer el Antiguo Testamento, atrayéndose el castigo y la cólera de Dios, por medio de las naciones vecinas, hasta que la nación israelita fue desechada completamente de su tierra. El pueblo de Israel había incumplido el pacto con Dios, lo había invalidado, como el mismo Dios había dicho a Moisés. Dios ha dicho que devolvería la tierra, pero está promesa no es sobre una tierra concreta enclavada en Oriente Medio, sino sobre la Nueva Jerusalén y el Israel Celestial, la tierra prometida a los creyentes de todas las épocas: <em>"Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria. Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenían tiempo para volverse: Empero deseaban la mejor, es a saber, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: porque les había aparejado ciudad" </em>(Hebreos 11:14-16).</strong><br /><br /><strong>Podría extenderme más pero no quiero alargar excesivamente el rollo teológico. Más o menos queda claro que no es posible sacar de la Biblia la idea de que la creación del Estado de Israel fue el cumplimiento de una promesa divina a los judíos ni que existan varios Pueblos de Dios con varios planes de salvación.</strong><br /><br /><strong>No me fío demasiado de las estimaciones y estadísticas que se hagan en la Europa progre, sabiendo lo "bien que caen" aquí los republicanos, pero se calcula que un cuarto de los votantes del GOP, seguirían o simpatizarían con este "sionismo cristiano", (hay quien llama al “Cinturón Bíblico” estadounidense el “Cinturón de Seguridad” de Israel). Se cree que existen 70 millones de sionistas cristianos y 80.000 pastores sionistas en los Estados Unidos, cuyas ideas son diseminadas por 1.000 emisoras cristianas de radio y 100 cadenas cristianas de televisión.</strong><br /><br /><strong>¿Qué es la influencia del "lobby judío" al lado de la de esta masa?</strong><br /><br /><strong>Como he dicho en la entrada anterior, apoyar a Israel es apoyar la democracia y la libertad en Oriente Medio y tener un sólido aliado (ya está tardando en formar parte de la OTAN), pero BASTA DE YA DE HEREJÍAS Y DE PUDRIR EL EVANGELIO.</strong><br />.</span>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-17190100330192808062010-10-25T04:39:00.000-07:002010-10-25T04:45:53.183-07:00Idolatría (III).<br /><span style="font-size:130%;"><strong>Tras hablar en las dos entradas anteriores de la idolatría a las imágenes y a la pseudo-ciencia, toca hablar para finalizar de la más extendida: la idolatría al Estado, el dios Estado como sustituto del Dios de la Biblia.</strong><br /><br /><strong>Cierto es que estoy de acuerdo en que nos queda Estado grande para rato. Y educación pública, sanidad pública, beneficencia pública,… El Estado tiene su sitio y sus funciones, no olvidemos Romanos 13 ni Jueces 25:21, y, en efecto, es poco realista pensar que, de la noche a la mañana, vamos a reducirlo. No se trata de desmantelar de golpe el Estado del Bienestar, pensar eso es una extravagancia, en todo caso, ir dando pasos para hacerlo más racional, como, no hay que olvidar, hizo Margaret Thatcher en su primera legislatura como Primera Ministra del Reino Unido, con algunas medidas como los cheques para parados, sin que nadie, que esté mínimamente cuerdo, la tache de “socialista” por ello. Si se suprimiera de golpe, sería una catástrofe, precisamente por el descomunal tamaño que ha adquirido el Estado-niñera y el empobrecimiento y gente dependiente de él que ha creado. Como dije, al iniciar la web, el objetivo es la reforma del mal llamado Estado del Bienestar y acabar con la cultura del subsidio y la dependencia, intentar tender a que lo único imprescindible fueran prestaciones mínimas (sanitarias, educativas, etc.) para las clases socialmente excluidas. Entretanto, mientras no se llegue a este fin, los servicios básicos deben estar garantizados pero de la manera más eficiente posible, para evitar el parasitismo y la gorronería, dando prioridad a los sistemas de gestión privados en aquellos ámbitos que funcionen mejor e incentivando la iniciativa privada de acuerdo a unos parámetros de calidad.</strong><br /><br /><strong>Esta entrada, simplemente, pretende ilustrar sobre cómo la ausencia de responsabilidades mata la virtud en una sociedad.</strong><br /><br /></span><a href="http://www.economist.com/"><strong><span style="font-size:130%;">The Economist</span></strong></a><span style="font-size:130%;"><strong> publicó, a principios de año, un informe, según el cual, hemos sido testigos de un amplio crecimiento del tamaño del Estado desde bastantes años antes de la crisis económica. Cierto que el semanario británico está más bien escorado al libertarianismo, pero, aún así, dio una serie de datos interesantes como que, en el Reino Unido, los laboristas habían aumentado el gasto público en el National Health Service (sistema público de salud) en un 6% anual, así como el gasto en educación, con el beneplácito de los conservadores, durante sus 13 años de gobierno, hasta el punto de que, en ese período, dos tercios de los nuevos trabajos habían sido creados por el sector público, donde los salarios también crecieron más que en el privado, más burocracia y más gente dependiente del Estado y en mayor medida. En Estados Unidos, durante la presidencia de George W. Bush, había aumentado el gasto en Medicare, el programa público de salud, se había extendido el control del Estado sobre la educación, se creó el mayor organismo burocrático desde la II Guerra Mundial, el Departamento de Seguridad Nacional, si bien es cierto que no debemos olvidar y puntualizar, en relación a esto último, que, desde el 11-S, se ha producido una situación totalmente anómala hasta entonces como ha sido la constante alerta ante posibles nuevos macroatentados terroristas (Ronald Reagan también hubo de dedicar un buen trozo del PIB a las investigaciones destinadas a la Iniciativa de Defensa Estratégica, el programa para detección e interceptación de posibles ataques soviéticos con misiles intercontinentales, la conocida también como Guerra de las Galaxias, y al sprint final de la Guerra Fría) y el número de páginas de las regulaciones federales aumentó en más de 7.000.</strong><br /><br /><strong>La realidad es que, por ejemplo, pese a la cantidad de leyendas urbanas que circulan, en cuanto a sanidad pública, hasta el plan de Obama, Estados Unidos dedicaba a la misma aproximadamente el 16% del PIB, más que cualquier otro entre los países desarrollados. Los ciudadanos sin seguro representan apenas el 15,6% de una población de más 300 millones de habitantes. No tener seguro médico es muy distinto a no recibir asistencia sanitaria. ¿Acaso alguien piensa que la gente sin seguro no recibe atención médica y se la deja morir en plena calle? La realidad de las cifras indica que, mientras que el intervencionismo extremo no lo estropee convirtiéndolo en una Europa “socialdemocratizada” al otro lado del Atlántico, Estados Unidos cuenta con la mejor infraestructura hospitalaria del mundo, los últimos adelantos terapéuticos y los más eficientes equipos de tecnología médica e innovación investigadora. Y todo ello, además, en manos de los mejores profesionales de la medicina y de investigadores reconocidos y premiados por su labor en las más altas esferas de la investigación médica. Lo que siempre se omite al hablar del 15,6% de norteamericanos no cubiertos por un seguro médico es que no todos están en una situación en la cual no pueden permitírselo económicamente, sino que, la inmensa mayoría, por su juventud o por deseo expreso, no quieren pagar a una aseguradora, ni tampoco esperan que el Estado les pague el seguro.</strong><br /><br /><strong>El gasto público en Estados Unidos, a mediados de 2008, equivalía a más del 40% del ingreso nacional, sin contar gastos por fuera del presupuesto, como aquellos por cuenta de las empresas del Gobierno Fannie Mae y Freddie Mac, ni los empleados en los rescates financieros. Más de cuarenta de cada cien dólares generados por la economía, son retenidos por el Gobierno en contra de la voluntad de los ciudadanos individuales que han logrado tal ingreso.</strong><br /></span><strong><br /><span style="font-size:130%;">La crisis financiera, que empezó a asomar las orejas, con sus síntomas, a finales de 2007 y a mostrar su cara a mediados de 2008, provocó un desplome de los mercados, los Estados intervinieron a una escala sin precedentes en décadas, para inyectar liquidez, nacionalizar o rescatar bancos y compañías que eran consideradas como demasiado importantes para las economías nacionales como para dejarlas quebrar así como así. El plan de rescate financiero firmado por Bush, en octubre de 2008, libró a muchos de responsabilizarse de sus errores, cometidos al poner el crédito en manos de quienes no podían devolverlo, al preverse en el mismo una compra por casi 700.000 millones de dólares de activos dudosos vinculados al crédito hipotecario. Ya en 2009, el Gobierno norteamericano se hizo cargo de General Motors, siendo adquiridas el 60% de sus acciones por el Tesoro de los Estados Unidos (aparte, un 11% pertenece al Gobierno canadiense y otro 10% al sindicato mayoritario en la empresa), comenzaba a gestionar empresas hasta entonces privadas y no solo al otro lado del Atlántico. En el Reino Unido, el Gobierno comenzaba también a gestionar bancos mientras otros países comprometían hasta el 2,5% del PIB en estímulos a la economía.</span></strong><span style="font-size:130%;"><br /><br /><strong>Es indudable que estamos en una época de profunda desconfianza hacia lo individual y en la que el impulso es recostarse en el regazo del Estado, de lo colectivo.</strong><br /><br /><strong>De la mayor o menor eficacia de la intervención estatal frente a lo privado, no hablaré aquí (porqué en los Estados Unidos la esperanza de vida son 78 años y en la socializada Europa son 79, la sanidad pública nos “proporciona” una año más de vida), quizás más adelante. A lo principal que quiero llegar es a algo que señaló genialmente </strong></span><a href="http://en.wikipedia.org/wiki/William_Whitelaw,_1st_Viscount_Whitelaw"><strong><span style="font-size:130%;">William Whitelaw</span></strong></a><span style="font-size:130%;"><strong>, quien ocupó el puesto de representante en funciones de Margaret Thatcher durante muchos años: el Partido Laborista se dedicaba a ir por todo el Reino Unido fomentando la apatía. Los gobiernos grandes tienen como una de sus armas, precisamente esa, crear la sensación de que los problemas son tan abrumadores, tan complejos, tan inabordables que tan solo intentar ponerse a buscarles salida supone un quebradero de cabeza terrible y que lo cómodo es mostrarse indiferente y aceptar que sólo el gobierno puede abordarlos. Gubernamentalizar, asumir por parte del Estado las responsabilidades individuales, es algo que cuesta un dinero y, tras los trece años de laborismo, casi tres cuartas partes de la economía en tierras británicas dependían del gasto público.</strong><br /><br /><strong>Pero esto no siempre fue así en el mundo angloparlante, erase una vez liberal. La responsabilidad individual es uno de los pilares fundamentales sobre los cuales cimenta el liberalismo clásico su defensa de la libertad. Pese a Obama, Estados Unidos aún es y será la líder dentro del mundo democrático y libre. Este principio entronca directamente con la tradición cristiana de los puritanos ingleses que arribaron al Nuevo Mundo allá por el siglo XVII: al igual que la salvación eterna era una responsabilidad individual de cada hombre con Dios, en la sociedad humana cada persona sería responsable de sus actos, de sus aciertos y de sus fracasos. Y así lo plasmó la joven nación americana en los valores que forjaron su Constitución, a fines del XVIII. </strong><br /><br /><strong>El socialismo combate vehementemente este principio a base de leyes a través de las cuales nos promete una vida fácil y placentera sin tener que realizar esfuerzo alguno, sin arriesgarnos en nuestras decisiones y sin que tengamos que asumir las consecuencias de nuestros errores, porque sabe perfectamente que esto es algo muy atractivo, sobre todo para los más jóvenes. Es una salida y una huida hacia adelante muy fácil pensar que, por el hecho de haber nacido, tenemos el derecho a que otros vengan a tapar el resultado de las elecciones que realicemos, por muy idiotas que estas sean. Y porque sabe perfectamente que ésta es la mejor forma de poner los cimientos para construir enormes gobiernos que controlen cuantos más aspectos de la vida de los individuos, mejor. </strong><br /><br /><strong>Pero los individuos tenemos derechos activos, no pasivos. En nuestro país, la Constitución reconoce un amplio catálogo de los primeros y de los segundos, aunque algunos sean principios de actuación de los poderes públicos, más que derechos propiamente dichos, y conste que hay que decir que, pese a estas deficiencias, ha sido un instrumento que, al menos, ha proporcionado a España tres décadas mínimamente estables, como no habíamos tenido en nuestro país en siglos. Tenemos derecho a trabajar, pero no a que nos den un empleo. Tenemos derecho a usar el dinero que obtengamos por ese trabajo en cubrir las necesidades que entendamos más urgentes. No tenemos derecho a que nos den algo porque digamos “yo no tengo dinero para pagarlo”. Un médico sí tiene derecho a que le paguemos por su trabajo, un abogado tiene derecho a que le abonemos sus servicios profesionales, igual que el dueño de la tienda de alimentación a que le paguemos por la comida que le compremos. Los derechos son derechos a hacer, no a recibir pasivamente cosas de otros. Ni a coaccionar a esos otros para que nos las den porque “yo no tengo dinero para pagarlo”. Si otros me lo dan cuando yo esté en situación de necesidad será encomiable por su parte, pero voluntario. Los liberales no estamos en contra de la solidaridad con los demás. Incluso un libertariano como Robert Nozick consideraba encomiable la caridad y la solidaridad con los menesterosos, precisamente por ser voluntaria. Con mayor razón aún los liberales. No hablamos, en estos casos, de derechos, sino de necesidades. La comida y el agua son necesidades diarias, muchísimo más urgentes y perentorias que la sanidad, que es más costosa pero más eventual en la vida de una persona. Y nadie en su sano juicio habla de universalizar el suministro de agua y alimentos.</strong><br /><br /><strong>Las políticas de destrozo de la idea de familia van en la misma dirección. La familia es la red en la cual el individuo puede apoyarse en situaciones de necesidad, lejos de la ayuda que el Estado le ofrezca a cambio de aceptar sus imposiciones. Ojo, que un servidor, a sus poco más de 30 años, por voluntad de Dios, por supuesto, aún no está casado, pero la verdad es así. Situación, la personal mía, que, por supuesto, resolverá Dios cuando crea oportuno.</strong><br /><br /><strong>Las sociedades sin responsabilidad individual y con gobiernos grandes e intrusivos se caracterizan por su empobrecimiento. La suma de individuos empobrecidos no sólo materialmente sino, también, moral e intelectualmente genera una sociedad empobrecida en lo material, lo moral y lo intelectual. Estos individuos no tendrán inconveniente en poner a disposición del Estado, si es necesario, hasta el 50% de su patrimonio, a través de una expoliatoria política fiscal, trabajando hasta el verano sólo para pagarle a este Leviatán, con tal de que le garanticen salir del trabajo el viernes al mediodía y sentarse ante el televisor hasta el domingo por la noche sin preocupación alguna. Las personas que tienen miedo de las responsabilidades tienen miedo de la libertad misma.</strong><br /><br /><strong>Como he dicho al principio, la realidad es que es propio de una utopía pensar que a esto le va a quedar poco, pero las dos manifestaciones más preeminentes de este descargo sobre el Estado de la responsabilidad individual propia y de la creciente dependencia hacia él son el sistema educativo y la sanidad pública.</strong><br /><br /><strong>Moralmente, al restringir amplias parcelas de la libertad de la gente y eximirles de responsabilidades individuales, familiares y sociales, el Estado también hace innecesaria la virtud. Hay pocos espacios de la vida diaria donde el Estado no tenga, como mínimo, alguna influencia en la manera en cómo vivimos. Pero al librarnos de nuestra libertad y de la posibilidad de errar en nuestras decisiones, a la vez, nos libera también de nuestra obligación, y esto nos deja con una ética social que carece de cualquier virtud real. Evidentemente, no es lo mismo atender a las necesidades ajenas de forma voluntaria que de forma coactiva.</strong><br /><br /><strong>¿Tiene esto alguna incidencia en la vida en la fe cristiana? Indudablemente. Recordemos Santiago 2:14-17: “Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene las obras? ¿Por ventura esta tal fe le podrá salvar? Y si el hermano o la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿qué les aprovechará? Así también la fe, si no tuviere las obras, es muerta en sí misma”, y Efesios 2:8-10: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. No somos justificados por nuestras buenas obras sino por la gracia de Dios, como dijo Calvino, lo cierto es que somos justificados no sin obras pero no por obras, ya que en nuestra comunión en Cristo, que nos justifica, la santificación está tan incluida como la justicia. En resumidas cuentas, las obras no es lo que nos salva, para que no quitemos nada de esa gloria a Dios, sino que son el testimonio de esa salvación. Jesucristo dijo que “Si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”, lo que significa que si quienes dicen ser cristianos, quienes profesan haber sido justificados sólo por la fe y por lo tanto confiesan que no tienen nada que contribuir a su justificación, si no se comportan, sin embargo, de una manera superior al comportamiento del resto de personas, las que esperan salvarse por sus obras, y las que, directamente, son incrédulas, no entrarán en el reino de Dios, puesto que no será cierto que su justificación se haya producido, sus obras no habrán dado testimonio de esa salvación.</strong><br /><br /><strong>Es evidente que el Estado no me va a hacer que “me condene”. El Estado es casi omnipresente en nuestros días pero nada puede hacer ante la omnipotencia del eterno decreto del Creador. Nadie que sea salvo perderá su salvación. Sin embargo, si ya no soy responsable por ayudar a mi vecino porque el Estado lo hace por mí ya no tengo la oportunidad de practicar las virtudes cristianas, el Estado me está privando de la oportunidad de practicar plenamente la fe cristiana. Igualmente, si me sobrecarga de impuestos y me dificulta poder emplear parte de mis ingresos en atender las necesidades de otros puesto que la cantidad que me queda es la justa para mantener a mi familia, hasta tal punto que, si me privara de algo de ese dinero, tendría que acudir a los programas de beneficencia pública y secular, el Leviatán estatal también me está obstaculizando en la práctica y el cultivo de la virtud cristiana, de esas buenas obras.</strong><br /><br /><strong>Esto genera un tipo de sociedad basada en una ética socialista de la beneficencia estatal, en lugar de una que sea fruto de una ética de libertad individual vinculada a un fuerte sentido de familia y responsabilidad individual. El Estado adopta un papel que en ningún momento le da la Biblia y para ello nos exige una cantidad de nuestros ingresos muy superior a la del diezmo bíblico (el 10%). Incluso las iglesias se colocan en un rol muy distinto al que les corresponde. Aunque estemos hablando de una institución mundana, como la Iglesia Católica Romana, en España, en virtud de varios Acuerdos firmados entre el Estado español y la Santa Sede, el 3 de enero de 1979, disfruta de un régimen privilegiado frente a otras confesiones, mediante el cual se mezcla con el Estado, como en los tiempos del Imperio Romano. El modelo de financiación supone, de facto, que todos los españoles están obligados a la financiación de la Iglesia Católica Romana, y por otra parte, se perturba el derecho a no ser obligado a declarar sobre las creencias religiosas. La Iglesia presume de sus obras de caridad financiadas, sin embargo, en gran parte, con cargo a fondos públicos, es parte de la beneficencia socializadora estatal. Incluso ha incorporado a su doctrina la retórica redistributiva estatalista, en la práctica, desarrolla un socialismo con agua bendita. No debiera importarme demasiado, en principio, puesto que es una iglesia que es bien sabido que está comprometida en íntimo sincretismo con la religión que prevalece actualmente, la del humanismo secular, y que venera a su principal ídolo, el Estado, el problema es tener que contribuir a esto con nuestros impuestos. La propia idolatría católica se expande a través de los canales que le proporciona el Estado mediante la presencia de crucifijos y otros símbolos papistas en edificios públicos y en las tomas de posesión de altos cargos, o el paseo de imágenes e ídolos por miembros de las fuerzas de seguridad o del ejército, sin que gobiernos como el actual del PSOE (tan comprometidos, en teoría, con la libertad religiosa y la separación Iglesia-Estado) muevan ni un dedo (mucho menos esperemos que lo haga uno del PP). Pero no solo esto, en otros países, incluso ministerios de algunas iglesias cristianas son financiados por programas del Estado, el cual, como es lógico, exige fidelidad a su nueva religión humanista, obligando a las iglesias a que diluyan su carácter cristiano. Muchos cristianos tienen puesta toda su confianza en el Estado, en lugar de en la forma bíblica de cubrir las necesidades.</strong><br /><br /><strong>La Biblia es uno de los libros que señala más claramente los límites de un gobierno legítimo, con reglas muy claras para lograr la prosperidad personal y nacional, precisamente a través de los principios que más han expandido la prosperidad y el bienestar por todo el mundo: jueces independientes, impuestos bajos, educación en valores, esfuerzo personal, responsabilidad individual, respeto a la propiedad privada y trabajo bien hecho. En Samuel I, 2:30, se nos dice que “Yo honraré a los que me honran y los que me desprecian serán tenidos en poco”. Dios bendice a quienes obedecen sus enseñanzas y deja a su destino a los que deciden volverles la espalda. No hay más que ver el destino de las naciones que caen en el relativismo y el anticristianismo, la degradación material y moral. No sólo moral, porque muchos dirán que la moral es algo relativo, sino también material. Puesto que el caso es que, hoy en día, estas bendiciones a las naciones se buscan a través del nuevo dios, el Estado, no a través del Dios bíblico, nosotros mismos convertimos al Estado en una religión, en un ídolo. Dejamos que sobrepase sus funciones legítimas y que éstas las cumpla muy deficientemente o ni siquiera las cumpla. Se piensa que seguridad y defensa son cuestiones menores. La justicia, hasta que no nos toca sufrirla, otro tanto de lo mismo. OJO: DEBEMOS CUMPLIR LAS LEYES. Los ancapistas locos no tienen sitio ni en el Cuerpo de Cristo ni entre los liberales clásicos. Los gobiernos son instituidos por Dios para bien o para mal, Romanos 13:1-2 no hace excepciones: “Toda alma se someta á las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas. Así que, el que se opone a la potestad, a la ordenación de Dios resiste: y los que resisten, ellos mismos ganan condenación para sí”. El Estado ha sido ordenado por Dios, rechazando toda forma de anarquía, fundamentalmente para preservar nuestra libertad y propiedad y establecer unas normas de orden público de obligado cumplimiento para todos, pero no para usurpar las funciones que corresponden a los individuos, las familias y las iglesias ni arrebatarnos la libertad. Ahí es donde comienza a convertirse en un ídolo.</strong><br /><br /><strong>El problema, además, es cuando incumple las funciones que le señalan los dos siguientes versículos: “Porque los magistrados no son para temor al que bien hace, sino al malo. ¿Quieres pues no temer la potestad? haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; Porque es ministro de Dios para tu bien. Mas si hicieres lo malo, teme: porque no en vano lleva la espada; porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo”. El socialismo, precisamente, tiende a menospreciar estas funciones legítimas del Estado, la defensa de los inocentes y el castigo de quien hace el mal a otros. Desarrolla teorías criminológicas, según las cuales, el delito siempre se cometería por alguna razón especial que no forma parte per se de la naturaleza del individuo: pobreza, desempleo, discriminación, enfermedades mentales; es decir causas ajenas a él que enajenan su voluntad. El criminal terminaría convirtiéndose en una víctima. Para evitar esto, insiste en que el Estado debe copar todo lo que es función de la sociedad, arrogarse la justificación del malvado, lo cual corresponde solo a Dios y, en cambio, se evade de una de sus funciones terrenales, cual es el castigo del crimen. El Estado ya no pronuncia justicia, ya no ejecuta castigo contra el malvado.</strong><br /><br /><strong>Mientras, se muestra hiperactivo y con un músculo muy fuerte a la hora de hacer lo que no debe: limitar nuestra libertad y difuminar la responsabilidad y la virtud. Sobre esto último, el Estado no es que deba, es que ni siquiera puede hacernos más virtuosos. Ahora bien, sí que puede hundirnos en la falta de virtud. Tampoco nos puede hacer más libres pero sí puede actuar como un tirano.</strong><br /><br /><strong>Si negamos la potestad de Dios para predestinarnos es que la predestinación que reconocemos es la de otros dioses. Hoy día, para la mayoría, el Estado es ese dios predestinante, desde la cuna a la tumba. Siempre adoraremos, el hombre es un ser adorador y un idólatra en potencia. Será al Dios de la Biblia o a otros dioses. El agnosticismo y el ateísmo, contrariamente a lo que se piensa, no son ausencia de dios. La palabra “ateo” ni siquiera parece en la Biblia, cuando se habla en la Escritura de seguir a otros dioses y abandonar a Dios, debemos interpretarlo en su contexto pues igual que los israelitas mezclaban el culto a Dios con el culto a Baal y Moloc, hoy día mezclamos el cristianismo con el humanismo secular. Si no seguimos al Dios de la escritura, siempre habrá otro dios al que seguiremos. Y, hoy día, el Estado es el dios que predomina.</strong></span><br /><span style="font-size:130%;">.</span>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-20087197924001733402010-10-15T04:01:00.000-07:002010-10-15T04:08:23.038-07:00Idolatría (II).<br /><strong><span style="font-size:130%;">Hablé en la entrada anterior sobre la idolatría que constituye una de las doctrinas fundamentales de la Iglesia Católica Romana y esa especie de simbiosis o sincretismo entre creencias cristianas y paganas. Pero yo, al fin y al cabo, no soy católico sino cristiano. El problema fundamental con la Iglesia Católica Romana es la creencia que enseña esta institución de que la sola fe en Jesucristo no es suficiente para la salvación, que la sangre de Cristo derramada en Su sacrificio en la Cruz del Gólgota no fue suficiente para pagar por los pecados. ¿Son salvos los católicos? Está claro que ni siquiera todos los protestantes se puede decir que sean salvos puesto que la Salvación depende de la fe únicamente en Jesús para la misma, otorgada por exclusiva Gracia y misericordia de Dios, si dependiera de pertenecer a una iglesia u otra, es que entonces dependería de las obras y los actos propios, dependería de que el creyente tuviera acierto a la hora de escoger la iglesia correcta, lo cual no es bíblico. Ahora bien, no hay que olvidar Isaías 55:11: <em>"así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié"</em>. La Biblia tiene una fuerza y una dureza mayor que el diamante. Por algo todos quienes han intentado destruirla han fracasado. Por muchas enseñanzas y prácticas antibíblicas que se propaguen la Verdad del Evangelio siempre saldrá a la luz. A fin de cuentas, algo de la Biblia sí se enseña en la Iglesia Católica, algunos de sus fieles sí la escudriñan y leen y las ediciones católicas de la misma, salvo los libros apócrifos, también conducen a la Verdad. Puede haber católicos romanos que tengan toda su fe en Jesucristo para la Salvación, creyentes, a pesar de lo que la Iglesia Católica enseña, no gracias a lo que enseña, por supuesto, y porque por muchas patrañas y engaños mundanos con los que se enrede, al final, Cristo siempre triunfa.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Más alarmante aún, son es el sincretismo entre cristianismo y otras creencias mundanas dentro de los evangélicos.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Una de las manifestaciones de esto es el conocido como <em>"creacionismo científico"</em>. Les recomiendo esta </span></strong><a href="http://liberalismodemocratico.wordpress.com/2010/09/21/la-farsa-creacionista/" _mce_href="http://liberalismodemocratico.wordpress.com/2010/09/21/la-farsa-creacionista/"><strong><span style="font-size:130%;">entrada publicada, hace varias semanas, por el señor Alfredo en su bitácora</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;">. Este movimiento supone algo así como tirar a la papelera 2 Timoteo 3:16-17, <em>"Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra"</em>. Muy similar a la interpretación que hace la Iglesia Católica Romana de este versículo, que la Biblia es materialmente suficiente pero no formalmente suficiente: materialmente en el sentido de que todo lo que un cristiano necesita lo encontrará en las Escrituras, pero formalmente porque, pese a que lo todo lo pueda encontrar, para entender la Biblia, necesitaría que la Iglesia Católica Romana la interpretase, a la luz de su tradición. </span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Más o menos, creo que podría verse esto como algo similar, pretender que el cristiano sí que tiene todo en el relato del Génesis pero para que para entender la Creación necesita añadidos ajenos a ese relato, retorcerlo para adaptarlo a teorías pseudocientíficas (ideas disparatadas como la de</span></strong><a href="http://www.antesdelfin.com/diluviogenesis.html" _mce_href="http://www.antesdelfin.com/diluviogenesis.html"><strong><span style="font-size:130%;"> la envoltura de vapor de agua alrededor de la Tierra, por ejemplo, para tratar de "demostrar" el Diluvio</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;">, busquen en internet, es fácil encontrar más webs cristianas que defienden estas cosas) que pretenderían "demostrar" su veracidad. Colocar la verdad no en la Palabra de Dios sino en estas supuestas teorías, además no verificadas en modo alguno. Puesto que no solo es que se hurte la verdad de la suficiencia del relato bíblico sino que, es más, encima, se pone y se la hace depender de hipótesis que ni siquiera la ciencia ha verificado.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">No hay que mezclar churras con merinas, ciencia y fe van por caminos distintos y no se trata de que la segunda rechace la primera, sino de tener claro que nos da cada una. La ciencia nos da conocimiento del mundo que nos rodea nos llega a través de los sentidos, la observación y la experimentación (debe contemplarse de una forma intelectual, como una forma de obtener conocimientos); el de Dios llega a través de la verdad revelada en la Biblia, a Dios no se le conoce mediante la ciencia sino mediante la revelación de Su Palabra (o se acepta la verdad revelada o no se acepta, no es algo sometido a experimentación). La ciencia, los descubrimientos que se realicen, pueden hacer que nos impresionemos ante la obra de Dios a través de la armonía perfecta que existe en el Universo, la complejidad y reproducción del ADN o el funcionamiento de las leyes de la física (en la propia Biblia, Salmo 19:1, se dice: "<em>Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos"</em>), pero eso es distinto, no es buscar la revelación a través de la observación o de la construcción de hipótesis, que es lo que hacen estos creacionistas científicos, no serían la premisa de la que partir.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Pero es que el creacionismo científico ni es ciencia ni es fe. Es dar la razón a los evolucionistas materialistas o ateos que postulan que evolución y creación son dos conceptos excluyentes como el agua y aceite, intentando explicar el Génesis mediante curiosas teorías en las que cualquier parecido con la ciencia es pura coincidencia.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Sus orígenes podemos encontrarlos allá por 1963, cuando </span></strong><a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Henry_M._Morris" _mce_href="http://en.wikipedia.org/wiki/Henry_M._Morris"><strong><span style="font-size:130%;">Henry M. Morris</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;">, antiguo profesor universitario, doctorado en Hidráulica, y un grupo de creacionistas como él, en 1963, organizaron la "Sociedad para la Investigación de la Creación". En 1972, fundó el </span></strong><a title="Institute for Creation Research" href="http://www.icr.org/" _mce_href="http://www.icr.org/"><strong><span style="font-size:130%;">Creation Research</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;"> ("Instituto para la Investigación de la Creación", ICR de San Diego), institución privada no lucrativa, cuyo objetivo original fue publicar literatura creacionista y hacer campaña en las escuelas públicas en favor de las interpretaciones de los orígenes humanos a la luz de la Biblia. A pesar de presentarse como una organización de carácter apolítico y aconfesional, el ICR exige a todos sus miembros una confesión de fe sobre el fijismo de las especies creadas, la universalidad del Diluvio y la realidad histórica de la Creación, según el Génesis. En 1981, Morris obtuvo la aprobación oficial para la escuela superior, que ofrece títulos en Ciencias de la Educación, Geología, Astrofísica, Geofísica y Biología. Puesto que el ICR no está refrendado por la </span></strong><a title="Web de la Western Association of Schools and Colleges" href="http://www.wascweb.org/" target="_blank" _mce_href="http://www.wascweb.org/"><strong><span style="font-size:130%;">Western Association of Schools and Colleges</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;">, las escuelas más acreditadas no reconocen sus títulos ni aceptarán sus créditos de clase para un traslado de matrícula.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">El profesor Morris decía que la Biblia era el libro de texto sobre la ciencia del creacionismo. De tal modo, que la creación habría tenido lugar en días de 24 horas, excluyendo absolutamente toda evolución. Para Morris, la fisonomía actual de la Tierra se debía al Diluvio universal. Esta perspectiva fue compartida por importantes teólogos de </span></strong><a title="Princeton Theological Seminary" href="http://www.ptsem.edu/" _mce_href="http://www.ptsem.edu/"><strong><span style="font-size:130%;">Princeton</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;"> como </span></strong><a title="American Clergyman and Educator" href="http://www.ondoctrine.com/2warfiel.htm" _mce_href="http://www.ondoctrine.com/2warfiel.htm"><strong><span style="font-size:130%;">Benjamin Warfield</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;">, </span></strong><a title="Duane Gish" href="http://en.wikipedia.org/wiki/Duane_Gish" _mce_href="http://en.wikipedia.org/wiki/Duane_Gish"><strong><span style="font-size:130%;">Duane Gish</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;">, el reverendo </span></strong><a title="Jerry Falwell" href="http://en.wikipedia.org/wiki/Jerry_Falwell" _mce_href="http://en.wikipedia.org/wiki/Jerry_Falwell"><strong><span style="font-size:130%;">Jerry Falwell</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;"> y el </span></strong><a title="The Lutheran Church - Missouri Synod" href="http://www.lcms.org/" _mce_href="http://www.lcms.org/"><strong><span style="font-size:130%;">Sínodo Luterano</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;"> de Missouri, de donde surgió un buen grupo de colaboradores de Henry Morris para organizar el creacionismo científico en 1963.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Estos señores habrían forjado un culto ajeno a la Biblia, mezclando sus ideas con las Escrituras y moldeando otra cosa. Su contraparte serían los partidarios del evolucionismo materialista. Para ellos, las teorías evolucionistas serían la prueba científica definitiva de que no es admisible la Creación. El avance y los descubrimientos científicos habrían descartado que el origen del universo y del hombre se explicasen por la existencia de un Dios creador, eterno y omnipotente.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">El hombre no es más que un producto de la evolución al azar de la materia, y los valores humanos son algo casual y relativo, no forman parte de una impronta que Dios deje a todos los hombres ya que están en función de las condiciones en que se ha realizado dicha evolución material, es decir, igual que robar, habitualmente, no todos, lo vemos como algo moralmente censurable, podría ser que hubiéramos desarrollado el valor contrario.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">El relato del Génesis es algo que tiene que ver con los cimientos de todo el edificio. Si no hubo caída, no hubo pecado original, no lo heredaríamos, luego no necesitaríamos el sacrificio de Cristo, la propia existencia de Cristo como único Salvador pasaría a ser irrelevante. Creo que no es raro que sean los versículos más atacados de la Biblia, precisamente por eso, desde el ateismo se piensa que dinamitarlos es hacer que se resquebraje todo el edificio. Y los señores creacionistas científicos no hacen sino dar la razón a los evolucionistas materialistas. Olvidan una cosa fundamental: ES INÚTIL RAZONAR, EN BASE A LA LÓGICA, SOBRE LA EXISTENCIA DE DIOS CON ATEOS, PUES LA FE NO SE OBTIENE A TRAVÉS DE DEDUCCIONES LÓGICAS Y, ADEMÁS, LOS ATEOS SIEMPRE EMPIEZAN A CONSTRUIR SUS PREMISAS A PARTIR DE LA NEGACIÓN DE DIOS. ¡Entérense, señores creacionistas científicos!</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">La Biblia toda ella es la verdad literal pero las narraciones que contienen no tienen porque ser literalmente verdad, sobre todo muchas del Antiguo Testamento, escritas siglos después de producirse los hechos que se narran (lo que no cambiaría es la parte teológica, puesto que Dios no se contradice). Jesucristo mismo también enseñaba en base a numerosas parábolas, que, obviamente, no eran historias reales sino para extraer una enseñanza teológica de ellas. Jesús dijo <em>"yo soy la vid verdadera"</em> y, es obvio, Él no era una vid. La ciencia está ahí y se basa en hipótesis pero la fe va por otro camino distinto.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Dejando al lado el debate sobre la existencia o no de Dios, pues es absurdo y además la propia Biblia no solo no obliga a demostrarla sino que declara que el hombre no puede acercarse a Dios a través de sus propios esfuerzos ni tampoco puede entender las cosas de Dios por sí mismo, sí que es interesante comprobar que el cuestionamiento de las Escrituras por parte de los incrédulos, al desconocer la teología, siempre se hace centrando el ataque en la inexactitud o la falsedad de los hechos que se narran.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Cuando la Biblia no sería un manual de paleontología o un tratado histórico sobre el antiguo Oriente Medio hasta la época romana, sino un conjunto de narraciones, con mayor o menor base histórica, porque, para empezar, esa no sería la pretensión, pero que de todas sus páginas, del Antiguo o del Nuevo Testamento, podríamos sacar las mismas enseñanzas: que existe una soberanía de Dios sobre todas las cosas de este mundo, que el hombre por su naturaleza caída y pecaminosa es incapaz de alcanzar la salvación y que esta se obtiene solamente por gracia, sólo a través de la fe por la sola obra de Cristo, en aquellos predestinados por Dios, y no por buenas obras, aunque estas sean el testimonio de la fe y para ello la Biblia nos dé el patrón, la parte moral, la parte de la ley no derogada por Cristo.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Lo rechazable de plano sería desde luego este creacionismo científico, usar el calzador para introducir en la Biblia hipótesis que ni siquiera se pueden etiquetar como "científicas", como he dicho, sino como tonterías. No es cristiano ni es bíblico porque implica una enorme desconfianza hacia Dios de parte de los que lo defienden y la realidad es que es una toda cesión ante el sector materialista y ateo dentro del evolucionismo, que es el que más se ha empeñado desde el principio, desde Darwin, y más ha insistido en que creación divina y evolución de las especies por narices deben ser excluyentes una de otra. </span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Los creacionistas científicos no confían en Dios sino en una pseudo-ciencia, en definitiva, dan culto a otra cosa, a algo que ha sido creado por ellos y no a quien les ha creado a ellos. Son idolatras al mismo nivel que puedan serlo los evolucionistas ateos, puesto que, como buenos idolatras, adoran la obra de sus manos.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Por cierto, mi posición: creación y evolución no han de ser excluyentes. Una es fe y otra es ciencia. Yo no le doy la razón a quienes defienden que la existencia de Dios depende de conseguir falsar la teoría de la evolución pues, en ese caso, no es de fe de lo que estamos hablando.<br />Digan lo que digan sus partidarios, este creacionismo científico no debe enseñarse en colegios públicos, como llevan años intentando en los Estados Unidos. Otra cosa serían los colegios privados que acepten esta doctrina, ahí sí estarían en su pleno derecho.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Me he extendido más de lo que esperaba con esta cuestión, así que publicaré una tercera parte sobre educación y estatismo.</span></strong><br />.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-80812218604025718242010-10-09T06:18:00.000-07:002010-10-09T06:23:29.367-07:00Idolatría (I).<br /><strong><span style="font-size:130%;">Sé que me leen muchos católicos romanos, que alguno de ustedes serán muy devotos de algún Cristo, alguna Virgen o algún santo, en concreto, de la imagen que, en madera, piedra, mármol o cualquier otro material, los represente (en España incluso hay peleas en algunos lugares y entre algunas personas, para dilucidar qué virgen, santo o patrón es “mejor”), pero estas dos entradas no se limitan únicamente a la idolatría católica. Bueno es hablar no solo de la idolatría evidente, sino de la idolatría más sutil, la que, lamentablemente, se da en iglesias evangélicas, también, y aquella que, como la anterior, se nos intenta imponer actualmente desde el Estado mediante su arma letal, los colegios públicos, una forma de idolatría que no necesita ídolos físicos tallados en madera, esculpidos en mármol o forjados en metal.<br /><br /><em>“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos”</em>, es el segundo mandamiento (Éxodo 20:4-6). Pero no olvidemos el primero: <em>“Yo soy JEHOVÁ tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos. No tendrás dioses ajenos delante de mí”</em> (Éxodo 20:2-3).<br /><br />Como saben, desde la Iglesia de Roma, se dice que venerar un santo, un crucifijo, una cruz, una virgen, un altar o una reliquia no tiene nada que ver con la adoración a los ídolos y que, es más, supone una ayuda para los fieles, al tener algo físico sobre lo que fijar la vista. Fíjense, no obstante, la justificación que se hace en el Catecismo de la Iglesia Católica: <em>“Sin embargo, ya en el Antiguo Testamento Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado: la serpiente de bronce (cf Nm 21, 4-9; Sb 16, 5-14; Jn 3, 14-15), el arca de la Alianza y los querubines (cf Ex 25, 10-12; 1 R 6, 23-28; 7, 23-26)”</em>. La serpiente de bronce fue una figura, creada por Moisés, que hay que situar en un contexto muy concreto: <em>“Y partieron del monte de Hor, camino del mar Bermejo, para rodear la tierra de Edom; y abatiose el ánimo del pueblo por el camino. Y habló el pueblo contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? que ni hay pan, ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo: y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino á Moisés, y dijeron: Pecado hemos por haber hablado contra Jehová, y contra ti: ruega á Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. Y Jehová dijo á Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre la bandera: y será que cualquiera que fuere mordido y mirare á ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de metal, y púsola sobre la bandera, y fue, que cuando alguna serpiente mordía á alguno, miraba á la serpiente de metal, y vivía”</em> (Números 21:4-9). Sin embargo, dicha serpiente hubo una época en que llegó a tener efectos perniciosos hasta el punto de que el rey Ezequías hubo de destrozarla pues Israel le rendía culto y la honraba quemándole incienso: <em>“El quitó los altos, y quebró las imágenes, y taló los bosques, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban perfumes los hijos de Israel”</em> (2 Reyes 18:4). ¿Molestó aquello a Dios? En absoluto: <em>“Hizo lo recto en ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre”</em> (versículo 3), puesto que <em>“En Jehová Dios de Israel puso su esperanza: después ni antes de él no hubo otro como él en todos los reyes de Judá”</em> (versículo 5). La adoración (o “veneración”, como dicen eufemísticamente) de las imágenes fue adoptada por la Iglesia Católica Romana en el Concilio Ecuménico de Nicea, en el año 787, con la excusa de que Jesucristo, al ser la encarnación de Dios en carne humana, había derogado la prohibición de darles culto (aquí se les escapa la palabra “culto”). ¿Cómo se explica entonces que en 1 Corintios 10:14 nos advierta expresamente: <em>“Huid de la idolatría”</em>?. Como vemos, pues, el culto o adoración a las imagenes que predica la Iglesia Católica Romana tiene su fundamento no en la Biblia, sino en la tradición católica.<br /><br />La realidad es que la Biblia nos enseña que postrarnos ante una imagen fabricada por el hombre (ojo: recordar que no debe ser algo físico, pero de eso hablaré en la segunda parte) es adorar las obras de nuestras propias manos, adorar lo que nosotros hemos hecho en lugar de adorar al Dios que nos ha hecho a nosotros. La idolatría era una ofensa capital en Israel porque era una traición contra Dios y así aparece continuamente en el Antiguo Testamento, tal era su importancia:<br /><br />Levítico 19:4: <em>“No os volveréis á los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición: Yo Jehová vuestro Dios”</em>.<br /><br />Levítico 26:1: <em>“No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros á ella: porque yo soy Jehová vuestro Dios”</em>.<br /><br />Salmo 115:1-8: <em>“No a nosotros, Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad. ¿Por qué han de decir las gentes: «¿Dónde está ahora su Dios?»? Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho! Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven; orejas tienen, pero no oyen; tienen narices, pero no huelen; manos tienen, pero no palpan; tienen pies, pero no andan, ni hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen y cualquiera que confía en ellos”</em>.<br /><br />Isaías 44:9-20: <em>“Los que modelan imágenes de talla, todos ellos son nada, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos, para su confusión, son testigos de que los ídolos no ven ni entienden. ¿Quién fabrica un dios o quién funde una imagen que para nada es de provecho? Todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son seres humanos. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán y serán a una avergonzados. El herrero toma la tenaza, trabaja en las brasas, le da forma con los martillos y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya. El carpintero tiende la regla, lo diseña con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de un hermoso hombre, para tenerlo en casa. Corta cedros, toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta un pino, para que crezca con la lluvia. De él se sirve luego el hombre para quemar, toma de ellos para calentarse; enciende también el horno y cuece panes; hace además un dios y lo adora; fabrica un ídolo y se arrodilla delante de él. Una parte del leño lo quema en el fuego; con ella prepara un asado de carne, lo come y se sacia. Después se calienta y dice: «¡Ah, me he calentado con este fuego!» Del sobrante hace un dios (un ídolo suyo), se postra delante de él, lo adora y le ruega diciendo: «¡Líbrame, porque tú eres mi dios!». No saben ni entienden, porque cerrados están sus ojos para no ver y su corazón para no entender. No reflexiona para sí, no tiene conocimiento ni entendimiento para decir: «Parte de esto quemé en el fuego, sobre sus brasas cocí pan, asé carne y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?». De ceniza se alimenta; su corazón engañado lo desvía, para que no libre su alma ni diga: «¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?»”</em>.<br /><br />Habacuc 2:18: <em>“¿De qué sirve la escultura que esculpió al que la hizo? ¿La estatua de fundición que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?”</em>.<br /><br />Todos los católicos a los que se pregunte contestarán sinceramente que aman a Dios, que creen que cuando veneran una imagen a quien transmiten esa veneración es, en realidad, a Dios.<br /><br />Pero no hay que olvidar que los adoradores del becerro de oro también creían sinceramente venerar a Dios en esa imagen. Ellos no decían que hubieran inventado un nuevo dios: <em>“El cual los tomó de las manos de ellos, y lo formó con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta a Jehová”</em> (Éxodo 32:4-5). Israel identificó a Dios con la imagen de los dioses esculpidos que durante siglos habían contemplado en Egipto. La realidad es que necesitaban darle forma a Dios, necesitaban una imagen ante sus ojos para sentir Su presencia. Sin embargo, no por ello esto dejaba de ser un pecado ante los ojos de Dios: <em>“Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de tierra de Egipto se ha corrompido: Presto se han apartado del camino que yo les mandé, y se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y han sacrificado a él, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Dijo más Jehová á Moisés: Yo he visto á este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz: Ahora pues, déjame que se encienda mi furor en ellos, y los consuma: y á ti yo te pondré sobre gran gente”</em> (Éxodo 32:7-10). Solo la intercesión de Moisés evitó que la cólera de Dios consumiera a Israel.<br /><br />Igualmente, en los libros Primero y Segundo de Reyes se narra la historia de los reyes de Judá, de los cuales, sobre los buenos reyes, se dice y repite siempre la misma fórmula: hicieron lo correcto ante los ojos de Dios y deshicieron los ídolos pero no quitaron los lugares altos. Estamos hablando de un momento espacialmente crítico para la fe, tras la división entre los reinos de Judá e Israel. Leemos por ejemplo la historia del rey Asa: <em>“En el año veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá. Y reinó cuarenta y un años en Jerusalem; el nombre de su madre fue Maachâ, hija de Abisalom. Y Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre. Porque quitó los sodomitas de la tierra, y quitó todas las suciedades que sus padres habían hecho. Y también privó a su madre Maachâ de ser princesa, porque había hecho un ídolo en un bosque. Además deshizo Asa el ídolo de su madre, y lo quemó junto al torrente de Cedrón. Empero los altos no se quitaron: con todo, el corazón de Asa fue perfecto para con Jehová toda su vida”</em> (1 Reyes 15:9-14). Asa, como otros reyes de los que pueden considerarse que fueron buenos gobernantes para su pueblo quitó los ídolos, pero no quiso quitar los lugares altos, puesto que allí los fieles sacrificaban y quemaban incienso. Tanto los habitantes de Judá como los de Israel practicaban una religión que era un híbrido entre el culto a Dios y el culto a Baal y otros dioses en aquellos lugares altos y, sin embargo, creían estar adorando correctamente a Dios, aunque fuera odioso y repugnante a Sus ojos. Habían tomado los cultos cananeos y los habían impregnado de lo que a ellos les parecía bien del Dios de la Biblia.<br /><br />Es cierto que Baal, según la mitología cananea, hijo de El, a priori, pudiera parecer que no tenía similitud alguna con Dios, como para ser confundido. Estos eran “dioses” que no tenían concepto en absoluto de la moralidad. En un poema conocido como <em>“El Nacimiento de los Dioses”</em>, se dice que El había seducido a dos mujeres, y se asocian perversiones sexuales horribles con su nombre. Se casó con tres de sus propias hermanas (quienes también estaban casadas con Baal). Se le representa practicando actos sexuales viles e influenciando a otros a hacer lo mismo. No es sorprendente que la evidencia indique que los cananeos siguieron a sus dioses en tales abominaciones. En la religión cananea, se empleaba a los homosexuales y prostitutas para reunir dinero para el sostenimiento de los templos. No es una exageración decir que estos paganos elevaban el sexo al estatus de un dios (en nuestra sociedad actual no andamos muy descaminados). La religión cananea también fue un sistema horriblemente brutal. Por ejemplo, se representa a la diosa Anat matando a humanos por miles y caminando en sangre hasta sus rodillas. Cortaba cabezas y manos, y las usaba como adornos. Y a pesar de este aspecto tan horrible, la épica de Baal dice que su vida estaba llena de risa, y que su gozo era grande. Con relación a esto, también se debe mencionar que los cananeos depravados también sacrificaban a sus propios bebés delante de sus dioses (hoy día tenemos el aborto, el sacrificio de miles de no nacidos en el altar de los dioses de la hedonista e irresponsable sociedad actual, seguimos teniendo muchos adoradores de Baal entre nosotros). A tal nivel llegaba la degeneración, que Dios ordenó la destrucción total de esta gente impía para preservar la moralidad de Israel, <em>“para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro Dios”</em> (Deuteronomio 20:18). No hay que olvidar que, a causa de Su naturaleza, Dios tiene el derecho de ejecutar juicio contra el malvado en cualquier momento.<br /><br />Pudiera parecer obvia esta idolatría a nuestros ojos, en la actualidad, pero entonces no, de igual forma que hoy no percibimos las actuales. Cada época y sociedad es capaz de ver y sorprenderse de las anteriores pero no aquellas con las que convive día a día.<br /><br />Si es tan evidente la diferencia entre el cristianismo y las religiones paganas, ¿de dónde procede la idolatría de la iglesia romana?<br /><br />El cristianismo no estuvo permitido en el Imperio Romano, todo lo contrario, fue cruelmente perseguido, hasta el Edicto de Milán, del emperador Constantino el Grande, en el año 313, quien lo percibió como una forma de unificar el imperio, ya en franca decadencia en aquella época, detrás de una misma fe, frente a los distintos cultos paganos. Tras el Concilio de Nicea, en el 325, comenzó a difundirse una nueva religión mezcla del cristianismo y el paganismo, Iglesia e Imperio empezaron a fusionarse en uno. Como en Judá e Israel, en tiempos del Antiguo Testamento, Iglesia y mundo se fundieron, la Iglesia se mundanizó. En lugar de predicar la verdad del Evangelio a los paganos, el intentó fue adaptar un cristianismo que les resultase más atractivo. Así, comenzaron a surgir creencias como la absorción dentro del cristianismo del culto a Isis, la madre diosa-egipcia, reemplazando a Isis por María y dándole un papel que, en ningún momento se le da en el Nuevo Testamento, la transustanciación, lejanamente inspirada en el culto a Mitra, la veneración a los santos o la supremacía del obispo romano sobre la Iglesia. Esto último es algo fundamental. Siendo la ciudad de Roma el centro de gobierno del imperio romano, y con los emperadores romanos viviendo en Roma, la ciudad de Roma se levantó como preeminencia en todas la facetas de la vida. Constantino, y sus sucesores, dieron su apoyo al obispo de Roma como el supremo gobernante de la iglesia. Desde luego, era mejor para la unidad del imperio, que el gobernante y la sede de la religión se encontraran centrados en el mismo lugar. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año 476, los papas tomaron el título que previamente había pertenecido a los emperadores romanos, el de <em>“Pontificus Maximus”</em>. El título de “Papa” no fue utilizado hasta el siglo XI. La Iglesia Católica Romana intenta justificar tanto la idolatría como otras creencias, resultado de cristianizar el paganismo, mediante giros, subterfugios y verdaderas piruetas argumentales, enterradas bajo páginas y páginas de una complicada teología, en la cual hay que rizar muchísimo el rizo para encontrar la base bíblica.<br /><br />Al “romanizarse”, la Iglesia, ya convertida en Católica y Romana, olvidó que unas veces será más cómodo, unas en libertad, otras veces será en tiempos de persecución, otras en tiempos de bonanza económica y otras de penurias, pero la verdad de Dios será siempre inmutable. No debemos tratar de “adaptar” ni “personalizar” el mensaje de Dios porque creamos que va a gustar más a quien nos escuche. El mensaje de Dios es el de las Escrituras y haremos mal en tratar de adaptarlo a los tiempos y a los hombres, como está tan en boga en algunas iglesias, que buscan la personalización del mismo en lugar de la verdad. Como nos dice el apóstol Pablo en 2 Timoteo 1:14: <em>“Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros”</em>. Esto, hoy día, lo incumplen muchas iglesias evangélicas, no es algo exclusivo de la Iglesia de Roma, a lo que paso, ya para terminar de momento.<br /><br />Un domingo del pasado mes de julio, tras el culto de la tarde, aprovechando que el calor había remitido un poco, fui a dar un paseo por uno de los parques de mi ciudad y tuve ocasión de ver, sentado en un banco mientras pensaba en mis cosas, algo que parecía una especie de ceremonia pseudo-cristiana, puesto que estaban celebrando algo muy similar a la Cena del Señor, pero de una forma un poco peculiar. Eran un grupo de unos quince jóvenes, algunos con aspecto de españoles y otros de sudamericanos, algo muy similar a lo que vi en una ocasión en una iglesia pentecostal: tatuajes y piercings, con camiseta, bermudas y chanclas (sé que la fe no es cuestión de raza, nacionalidad o clase social, a todos nos llegará la hora de comparecer ante el Tribunal de Cristo, ni soy legalista al extremo, pero en los cultos al Señor un mínimo de compostura hay que tener), en general “modernitos”, como se suele decir por aquí.<br /><br />En mi ciudad, prácticamente solo una iglesia merece considerarse reformada. El resto del panorama de iglesias evangélicas son todas pertenecientes a las Asambleas de Dios o al movimiento que ha venido en llamarse “Iglesia Emergente“, iglesias que pervierten absolutamente la Palabra de Dios y que ofrecen una visión de la fe como si esta consistiera en presentar algo atractivo y adaptable a cada fiel, vanguardista y moldeable según las nuevas tendencias de la sociedad, buscando <em>“cosas creativas”</em> (eso me dijo un pentecostal, en una ocasión).<br /><br />Es un intento de mezclar Iglesia y mundo, como si las dos fueran compatibles, olvidando que los cristianos vivimos y trabajamos en este mundo, pero no somos de este mundo. Sonará muy raro a quien no sea cristiano pero es la Verdad (<em>“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”</em>, 1 Corintios 1:18) y eso está por encima de cualquier consideración de este mundo. ¿A quién intentamos agradar? ¿A los hombres o a Dios? Líbreme Él de condenar a nadie, pero esta gente parece pensar que hace un favor a Dios atrayendo nuevas almas, que lo único que tendrán será una sombra de fe que se resquebrajará y se romperá a la mínima dificultad o al mínimo golpe que les dé la vida, cuando no es el hombre quien trae a nadie a Dios sino que Él mismo, con su gracia irresistible, atrae y adopta a quien quiera salvar de la muerte.<br /><br />Esa es otra de las formas actuales de idolatría, una idolatría que no necesita ídolos tallados o esculpidos en piedra o mármol. Que no necesita ofrendas de incienso ni ceremonias. La interpretación de la fe cristiana moldeándola según la cosmovisión que a fuego nos impone el humanismo. Se moldea un ídolo de esta forma como los moldean los católicos romanos o los israelitas que caían en la idolatría.<br /><br />Y eso dentro de las cuatro paredes de la iglesia (o sobre la hierba de un parque) un domingo, puesto que el resto de la semana rigen sus vidas exclusivamente mediante los cánones que marca el humanismo. Muchos cristianos piensan que la vida cristiana se reduce al domingo en la iglesia, como si fuera un hobby de fin de semana, y creen que el resto de la semana no hay que pensar en como honrar a Dios incluso en los pequeños actos de la vida cotidiana o cosas como que la política y la vida pública no va con nosotros.<br /><br />Los humanistas, muy sutilmente, crean sus propios ídolos, dando a estos productos una apariencia de “neutralidad”, cuando lo que hacen es crear sus propias leyes (una vez más, y van no sé cuántas ya, las leyes nunca son neutrales y hoy día, en los parlamentos, ganan los humanistas), crear sus propios sistemas de valores y educativos y adorarlos, les dan la categoría de “dioses” y llenan todo con esos dioses puesto que, para ellos, son la expresión de la verdad y de lo que es correcto, pese a que “no tendrás dioses ajenos delante de mí”.<br /><br />CONTINUARÁ</span></strong><br />.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-91387205105941689252010-09-21T16:34:00.000-07:002010-09-21T16:38:07.858-07:00Bach: "El único propósito de la música debería ser la gloria de Dios y la recreación del espíritu humano".<br /><span style="font-size:130%;"><strong>Hoy les dejo con dos piezas fundamentales para los amantes de la música de</strong> <strong>Johann Sebastian Bach (n. en Eisenach, 1685 - f. en Leipzig, 1750), conocido como el gran músico del protestantismo, un genio que vio la música no como algo para hacer enormes sumas de dinero o responder a las necesidades de su ego, sino para glorificar a Dios en el cielo y para edificar a los hombres y las mujeres en la tierra:</strong><br /></span><br /><br /><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/SM7TnuYU4dc?fs=1&hl=es_ES&rel=0"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/SM7TnuYU4dc?fs=1&hl=es_ES&rel=0" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br /><span style="font-size:130%;"><strong></strong></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Jesús, alegría de los hombres</strong> </span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><br /><object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/PgurNJLivG0?fs=1&hl=es_ES&rel=0"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/PgurNJLivG0?fs=1&hl=es_ES&rel=0" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br /><br /><span style="font-size:130%;"><strong>La Pasión según San Mateo (Coro <em>Kommt, ihr Töchter</em>)</strong><br /></span>.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-260613287694990682010-08-10T10:44:00.000-07:002010-08-14T07:05:34.345-07:00La propiedad privada y el cristianismo.<br /><strong><span style="font-size:130%;">Y aconteció, hace algo menos de 2000 años, que, mientras Jesús predicaba en Judea, al otro lado del Jordán, se le acercó un muchacho bastante rico, preocupado por su salvación. En Mateo 19:16-22, se narra este episodio: <em>"16 Y he aquí se le acercó uno y dijo: Maestro, ¿qué bien haré para obtener la vida eterna? 17 Y El le dijo: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Sólo Uno es bueno; pero si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18 El le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús respondió: NO MATARAS; NO COMETERAS ADULTERIO; NO HURTARAS; NO DARAS FALSO TESTIMONIO; 19 HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE; y AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO. 20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado; ¿qué me falta todavía? 21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme. 22 Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes"</em>.<br /><br />Con estos versículos ocurre como con otros muchos de la Biblia: sacados fuera de su contexto son fácilmente manipulables. Así, sí tomamos solamente <em>"Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme"</em>, pudiéramos entender que la enseñanza de Jesucristo es que para llegar a la vida eterna, para <em>"salvarnos"</em> hay que enajenar todos los bienes propios y entregar a los pobres el dinero obtenido con su venta. En definitiva, redistribuir, socializar la riqueza.<br /><br />Ya <a href="http://cristianosyliberales.blogspot.com/2010/07/es-acorde-el-capitalismo-con-el.html">he intentado aclararlo en alguna entrada anterior</a> pero no tengo inconveniente en volver a hacerlo: la Biblia NO ES UN PANFLETO SOCIALISTA.<br /><br />Aquí primero habría que atender a <em>"¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Sólo Uno es bueno"</em>, solo Dios es bueno. Jesús cita los mandamientos para hacer ver al joven que la Ley no fue dictada por Dios para que los hombres obtuvieran la salvación a través de ella, pues ellos mismos son incapaces y su naturaleza les llama constantemente a incumplirla, sino para poner de manifiesto cómo la condición humana está consumida por el pecado y la necesidad de un Salvador. Esto lo entendemos leyendo Gálatas 3:19: <em>"Entonces, ¿para qué fue dada la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniera la descendencia a la cual había sido hecha la promesa, ley que fue promulgada mediante ángeles por mano de un mediador"</em>; Hechos 7:53: <em>"vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles y sin embargo no la guardasteis"</em>; o Romanos 5:20: <em>"Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia"</em>.<br /><br />Y, al final, aparte de que guarde los mandamientos, dice al joven <em>"Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres"</em>, el cual se marcha entristecido puesto que no entiende que el hombre no sea capaz de alcanzar por sí mismo la santidad requerida para la salvación. Jesús le pone de manifiesto que el hombre por sí solo, sin Su mediación, no puede ser salvo puesto que nunca podrá cumplir la Ley a la perfección.<br /><br />Este es el sentido, aunque es uno más de los versículos utilizados para condenar, Biblia en mano, el capitalismo y, especialmente, la propiedad privada.<br /><br />Lo cierto y verdad, es que si contemplamos otros pueblos de la Antigüedad, Israel fue verdaderamente revolucionario en este sentido. En aquellos tiempos los hombres no eran propietarios, eran propiedad del monarca junto con la tierra que habitaban y de la que vivían (los propios israelitas fueron esclavos en Egipto durante cuatro siglos). La propiedad privada de los israelitas fue algo único entre las naciones.<br /><br />El derecho de propiedad es atribuido en la Biblia al hombre y su familia, no al Estado, en virtud de la soberanía de Dios sobre todas las cosas. La libertad individual se asegura cuando los ciudadanos de una nación poseen propiedad privada, esto asegura que ninguno será esclavizado. Cualquiera que posea la propiedad, tiene el poder y la autoridad en una nación: desde los tiempos del esclavismo, pasando por el feudalismo medieval, la Revolución Francesa, el marxismo o el fascismo, muchas ideologías han violentado la propiedad privada de los individuos, caracterizadas por la negación de esta concepción cristiana de la soberanía divina absoluta sobre este mundo.<br /><br />Desde esta perspectiva, el hombre no puede negar su derecho de propiedad a otros hombres. Obviamente, siendo un fedatario, el hombre no podría discutírselo a Dios, pero, en el caso de gobiernos despóticos que priven de sus propiedades a los individuos, saqueándola en lugar de protegerla, éste habría dejado de cumplir su propósito divino (Romanos 13:1-7), reinando la tiranía. El propósito del gobierno civil es proteger la propiedad privada de sus ciudadanos.<br /><br />Dios entregó la tierra a Israel por sorteo, poseyendo cada familia tierra individualmente, no los gobernantes. En Números 33:54, leemos: <em>"Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis"</em>, así como en Números 26:55-56: <em>"Pero la tierra se dividirá por suerte. Recibirán su heredad según los nombres de las tribus de sus padres. Según la selección por suerte se dividirá la heredad entre el grupo más grande y el más pequeño"</em>. No obstante, pese a ser algo instituido por Dios, la amenaza de la corruptibilidad del hombre no cesó: Samuel hubo de avisar al pueblo de que un rey, como ellos pedían, podría apropiarse en cualquier momento de su propiedad y de su libertad.<br /><br />Algo no demasiado distinto ocurrió en los tiempos de la fundación de Estados Unidos, lo aplicado en Israel, la propiedad individual procedente de Dios. Allí se rechazó el feudalismo, la posesión de todo por el rey, quien daba a sus súbditos derechos de propiedad, que había sido predominante en buena parte de Europa. En los primeros días de la nación norteamericana, el gobierno no poseía grandes extensiones de tierra de manera permanente y, cuando se adquirían nuevas tierras, éstas se ponían a disposición del público en general, se tendía siempre a favorecer la propiedad individual. Actualmente, en las tierras del este, sobre todo en el antiguo territorio de las trece colonias, hay muy poco suelo de propiedad gubernamental, a diferencia de las del oeste, donde hay grandes extensiones de titularidad pública. El estatismo, poco a poco, fue creciendo también en los Estados Unidos. La mayoría de grandes parques y bosques nacionales, aparte, fueron instituidos durante el siglo pasado.<br /><br />La propiedad privada, en consecuencia, es parte del orden de Dios para el hombre, aunque no es legítimo conseguirla de cualquier forma. Proverbios 13:22 nos dice que <em>"El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos, pero la riqueza del pecador está reservada para el justo"</em>, hay unas manera incorrectas y otras correctas de obtener riqueza: estas últimas son el trabajo, para obtener lo que necesitamos y para poder dar a aquellos que estén en necesidad, la donación y la herencia.<br /><br />El "estado niñera", "estado de beneficencia" o "Estado del Bienestar", por tanto, se encuentra fuera de esto, al incautar, sin consentimiento, el dinero de algunos para dárselo a otros. Roba tanto al contribuyente como al beneficiario (éste se convierte en alguien atado al Estado e incapaz de sustentarse a sí mismo). Las necesidades de otros deben cubrirse como parte de las buenas obras que son el reflejo de la fe. Hoy día, incluso numerosas entidades benéficas ejercen esta solidaridad voluntaria, aparte de la familia como red de seguridad.<br /><br />Para concluir, no existe en la Biblia ningún impuesto que grave la propiedad (un tributo como el Impuesto sobre el Patrimonio sería antibíblico). <em>"Los cielos son los cielos de Jehová: Y ha dado la tierra á los hijos de los hombres"</em> dice Salmo 115:16. Si el Estado impone impuestos sobre la propiedad es como si se erigiera en el lugar de aquel que, en realidad, la ha concedido.<br /><br />Ideas como estas que iluminaron el nacimiento de los Estados Unidos de América, en tiempos mucho más liberales que los actuales.<br /></span></strong>.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-28274291115130287222010-07-30T13:11:00.000-07:002010-07-30T13:32:15.920-07:00¿Qué diferencias existen entre el calvinismo y el arminianismo?.<br /><strong><span style="font-size:130%;">Una fundamental entre las dos doctrinas es que la primera está basada en la verdad contenida en la Biblia y la segunda en una herejía. Aunque, a este paso, nuevos movimientos y corrientes que están surgiendo en las iglesias terminarán dejando, en comparación, a los arminianos casi como a unos ortodoxos.<br /><br />El artículo enlazado abajo expone bastante bien las semejanzas y diferencias entre ambos, aunque algo tendré que puntualizar al final.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Resumidamente, y ya que estoy explicando sus puntos en otras entradas, el calvinismo, teológicamente, pone su énfasis en la soberanía de Dios sobre todas las cosas, hasta el punto de que las personas son completamente incapaces de seguir a Dios o escapar de la condenación delante de Él por sus propios méritos (el hombre, a consecuencia de la caída de Adán, está incurso en el pecado, en un estado de depravación total, en el cual, es un enemigo de Dios). Todos somos culpables y sería justo que fuéramos condenados por nuestros pecados, pese a lo cual Dios, en Su Gracia y misericordia y en la soberanía absoluta que tiene elige a algunos para ser salvos, sin que estos hayan realizado obra alguna que les haya hecho merecedores de la misma a través de la obediencia de fe que es el regalo de Dios. Cada persona por quien Dios haya tenido misericordia es salvada sin que para ello sea obstáculo el estado pecaminoso en que se encuentra. El cristiano no pierde la salvación puesto que esta es sola y exclusiva voluntad de Dios y Él no va a perder a ninguno de los que ha decidido salvar.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Dos de los pasajes bíblicos en los que Juan Calvino y, posteriormente, sus seguidores fundamentaron la doble predestinación fueron <em>"así como nos escogió en unión con él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin tacha delante de él en amor. Pues nos predeterminó a la adopción mediante Jesucristo como hijos para sí mismo, según el beneplácito de su voluntad"</em> (Efesios 1:4-5) y <em>"Mas cuando se manifestó la bondad del nuestro Salvador Dios, y su amor para con los hombres, No por las obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia, nos salvó por el lavamiento de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo;"</em> (Tito 3:4-5).</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Tras la muerte de Calvino, en 1564, su obra fue continuada por Teodoro Beza, surgiendo, en los años siguientes, las corrientes de los calvinistas llamados <em>"supralapsarios"</em> y los <em>"infralapsarios"</em>, los primeros creían que Dios antes de crear el mundo, ya había decretado cuáles deberían ser salvos y cuáles condenados, mientras que los infralapsarios defendían que, a partir del pecado de Adán, fue cuando Dios decretó que ciertos hombres serían salvos y otros perdidos. Esta última ha sido la recogida por las iglesias presbiterianas.</span></strong><br /><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7FeaeWR2J59xD2Tx06KHKYdW6E8GVqL9PKH2Ni0KnleuBP6huX-FLdo2uf8nqBqrWRrqHoW_UF7Q7-qUM2dfvsYfzBgq3HiPsM3LkVN6lpbQQPQiUF041rE-LDuBcs-Lm9FeuFq4EUGb1/s1600/Reforma_-_Jacobo_Arminio.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499792887316940674" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 238px; CURSOR: hand; HEIGHT: 314px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7FeaeWR2J59xD2Tx06KHKYdW6E8GVqL9PKH2Ni0KnleuBP6huX-FLdo2uf8nqBqrWRrqHoW_UF7Q7-qUM2dfvsYfzBgq3HiPsM3LkVN6lpbQQPQiUF041rE-LDuBcs-Lm9FeuFq4EUGb1/s400/Reforma_-_Jacobo_Arminio.jpg" border="0" /></a><br /><strong><span style="font-size:130%;">El arminianismo, fue fundado por Jacobo Arminio, teólogo holandés que vivió en la segunda mitad del siglo XVI, quien elaboró su doctrina como respuesta a la doble predestinación calvinista. Para los no iniciados o no conocedores, es una teología bastante curiosa, puesto que sustenta la salvación en la fe, pero no en la Gracia de Dios, en el sentido de que la fe puede perderse aunque se haya sido, en principio, salvo. Si el cristiano pierde la fe, pierde la salvación, en parte, pues, ésta dependería de Dios y, en parte, también del hombre. No acepta, por tanto, que algunos estén predestinados para salvación y otros predestinados para perdición. Otra de las ideas curiosas del arminianismo es la consistente en que, pese a que el hombre puede perder la salvación por sus propios actos, por su propia culpa, no obstante, desde antes de la Creación, Dios sabe quiénes serán salvos y quiénes no.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">La teología arminiana fue desarrollada, tras la muerte, en 1610, en un documento de cinco puntos titulado <em>"Remonstrants"</em>. Estos puntos fueron tomados y estudiados por los seguidores de Calvino, quienes los refutaron con otros cinco puntos, que fueron llamados <em>"los cinco puntos del calvinismo"</em> (o Doctrinas de la Gracia), los cuales han sido la base para las denominaciones reformadas.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">La exposición, siendo bastante buena, no obstante contiene un único punto con el que no puedo estar más en desacuerdo, cuando se llama a que calvinistas y arminianos trabajen armonía para la predicación del Evangelio. Con respecto a la fe soy totalmente separatista, en cuanto que la única armonía posible es predicar la verdad, lo contenido en la Biblia, toda inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17) y no doctrinas, como el arminianismo, basadas en interpretaciones de las Escrituras carentes de base.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Es cierto que, tras la condena del arminianismo, en 1618, por el Sínodo de Dordreht, Juan Van Olderbarnevelt y otros dirigentes arminianos fueron ejecutados, mientras que otros, como Hugo Grocio y Simón Episcopus, tuvieron que exiliarse, hechos lamentables, todo hay que decirlo, la refutación teológica se produjo estrictamente en base a la Biblia. </span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">El libre examen individual de las Escrituras y la confianza en ser ayudados por Dios, a través del Espíritu Santo, para comprenderlas, frente a la interpretación realizada por una organización eclesiástica piramidal y monolítica, fomentó, desde mediados del siglo XVI, una libertad que se expandió a otros campos. El libre examen llevó al surgimiento de una fe racional, alejada de los dogmas impuestos más allá del contenido de la Palabra de Dios manifestado en la Biblia, y basada en el libre pensamiento. Precisamente, una de las principales críticas desde la doctrina católica a la reformada es la aparición a partir del protestantismo de sectas como los Adventistas del Séptimo Día o los Testigos de Jehová, por no existir, precisamente, una doctrina unitaria.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Esas desviaciones hay que combatirlas pero desacreditándolas con la Biblia, como hizo el calvinismo con el arminianismo. Pero, en todo caso, ese es uno de los precios que ha tenido la libertad, tener que convivir con esas corrientes, al igual que, en lo político convivimos, por ejemplo, con alguien que se declare comunista y odie la fe, aunque luchemos contra los principios de su ideología.</span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Pero, en todo caso, estando por medio la verdad, con una doctrina como el arminianismo no cabe la fusión, unión o colaboración, sino que ésta salga del error.</span></strong><br /><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;"><a href="http://www.vidaeterna.org/esp/ensayos/calv_arm_difer.htm">Calvinismo y Arminianismo: Entendiendo las Diferencias</a><br />-por Jorge L. Trujillo</span></strong><br /><a href="http://www.vidaeterna.org/"><strong><span style="font-size:130%;">www.vidaeterna.org</span></strong></a><br />.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-82306471788820248502010-07-19T05:22:00.000-07:002010-09-09T11:40:02.663-07:00Depravación total.<br /><strong><span style="font-size:130%;">Antes que nada, compartir con los lectores cristianos los pasajes que ayer, domingo, Día del Señor, leímos y estudiamos con Don Emilio, nuestro pastor:</span></strong><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Gálatas 1:1-6:</strong> <em>1 Pablo, apóstol (no de parte de hombres ni mediante hombre alguno, sino por medio de Jesucristo y de Dios el Padre que le resucitó de entre los muertos), 2 y todos los hermanos que están conmigo:A las iglesias de Galacia: 3 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo, 4 que se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, 5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. 6 Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; 7 que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema. 9 Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema. 10 Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.</em> </span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>2 Juan:</strong> <em>1 El anciano a la señora escogida y a sus hijos, a quienes amo en verdad, y no sólo yo, sino también todos los que conocen la verdad, 2 a causa de la verdad que permanece en nosotros y que estará con nosotros para siempre: 3 Gracia, misericordia y paz serán con nosotros, de Dios Padre y de Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y amor. 4 Mucho me alegré al encontrar algunos de tus hijos andando en la verdad, tal como hemos recibido mandamiento del Padre. 5 Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. 6 Y este es el amor: que andemos conforme a sus mandamientos. Este es el mandamiento tal como lo habéis oído desde el principio, para que andéis en él. 7 Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo. 8 Tened cuidado para que no perdáis lo que hemos logrado, sino que recibáis abundante recompensa. 9 Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al Hijo. 10 Si alguno viene a vosotros y no trae esta enseñanza, no lo recibáis en casa, ni lo saludéis, 11 pues el que lo saluda participa en sus malas obras. 12 Aunque tengo muchas cosas que escribiros, no quiero hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que vuestro gozo sea completo. 13 Te saludan los hijos de tu hermana escogida.</em></span><br /><em><span style="font-size:130%;"></span></em><br /><strong><span style="font-size:130%;">Tras el sermón de la tarde, aprovechando que el calor había remitido un poco, fui a dar un paseo por uno de los parques de mi ciudad y tuve ocasión de ver, sentado en un banco mientras pensaba en mis cosas, algo que parecía una especie de ceremonia pseudo-cristiana, puesto que estaban celebrando algo muy similar a la Cena del Señor, pero de una forma un poco peculiar. Eran un grupo de unos quince jóvenes, algunos con aspecto de españoles y otros de sudamericanos, algo muy similar a lo que vi en una ocasión en una iglesia pentecostal: tatuajes y piercings, con camiseta, bermudas y chanclas (sé que la fe no es cuestión de raza, nacionalidad o clase social, a todos nos llegará la hora de comparecer ante el Tribunal de Cristo, ni soy legalista al extremo, pero en los cultos al Señor un mínimo de compostura hay que tener), en general <em>"modernitos"</em>, como se suele decir por aquí.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">En mi ciudad, prácticamente solo una iglesia merece considerarse reformada. El resto del panorama de iglesias evangélicas son todas pertenecientes a las Asambleas de Dios o al movimiento que ha venido en llamarse "Iglesia Emergente", iglesias que pervierten absolutamente la Palabra de Dios y que ofrecen una visión de la fe como si esta consistiera en presentar algo atractivo y adaptable a cada fiel, vanguardista y moldeable según las nuevas tendencias de la sociedad, buscando "cosas creativas".</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Es un intento de mezclar Iglesia y mundo, como si las dos fueran compatibles, olvidando que los cristianos vivimos y trabajamos en este mundo, pero no somos de este mundo. Sonará muy raro a quien no sea cristiano pero es la Verdad (<em>"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios"</em>,<em> </em>1 Corintios 1:18) y eso está por encima de cualquier consideración de este mundo.</span></strong><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><strong><span style="font-size:130%;">¿A quién intentamos agradar? ¿A los hombres o a Dios? Líbreme Él de condenar a nadie, pero esta gente parece pensar que hace un favor a Dios atrayendo nuevas almas, que lo único que tendrán será una sombra de fe que se resquebrajará y se romperá a la mínima dificultad o al mínimo golpe que les dé la vida, cuando no es el hombre quien trae a nadie a Dios sino que Él mismo, con su gracia irresistible, atrae y adopta a quien quiera salvar de la muerte.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Nos ha tocado vivir una época en que muchos supuestos creyentes, puede que involuntariamente, pero totalmente equivocados, terminan convertidos en servidores de Satanás.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">-------------------------------------------</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Continúo con la cuestión exclusivamente teológica que inicié el sábado.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">El hombre, como dije, es incapaz, por sí mismo, de guardar perfectamente los mandamientos de Dios, sino que diariamente los quebranta en pensamiento, palabra y obra. Todos pecamos cada día y, es más, Dios, mediante la Ley, nos demuestra que los hombres, por si mismos, son incapaces de cumplirla, que necesitamos el sacrificio de Cristo, que nos libre de la maldición de la Ley, aplacando la justa cólera de Dios por nuestras transgresiones diarias. Nada bueno hay en nosotros si Dios no lo pone en nuestro corazón y, aún así, aunque los cristianos intentemos perseverar en la santidad, sin que nos sostenga, podemos volver a caer. Pero, ¿por qué motivo?</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Si leemos la Biblia, sabremos que el estado natural del hombre es un estado de depravación total y por consiguiente, existe una inhabilidad total de parte del hombre para ganar, o contribuir, a su salvación.<br />La depravación total, uno de los cinco puntos desarrollados por los seguidores de Juan Calvino, a partir de su obra, no quiere decir que cada hombre es tan malvado como pueda ser (hay quien dice, muy desafortunadamente, que los calvinistas consideramos que <em>"el hombre es poco más que basura"</em>), ni que el hombre sea incapaz de reconocer la voluntad de Dios, ni tampoco de que sea incapaz de hacer algún bien hacia su prójimo o aun dar lealtad externa a la adoración de Dios. Lo que sí se quiere decir es que cuando el hombre cayó en el Huerto del Edén cayó en su totalidad. La personalidad completa del hombre ha sido afectada por la caída, y el pecado se extiende al completo de las facultades, la voluntad, el entendimiento, el afecto y todo lo demás.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />La Biblia enseña con absoluta claridad que el hombre, por naturaleza, está muerto: <em>"Así que como por un hombre el pecado entro en el mundo, y la muerte por el pecado; y así la muerte paso a todos los hombres, porque todos han pecado"</em> (Romanos 5:12).</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />El hombre está esclavizado por el pecado: <em>"Que con mansedumbre corrija a los que se oponen: si quizás Dios les dé que se arrepientan para conocer la verdad; y se zafen del lazo del diablo en que están cautivos a voluntad de él"</em> (2 Timoteo 2:25). Solo Dios nos libra de la servidumbre del pecado: <em>"Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre"</em> (Éxodo 20:2), <em>"En tu misericordia has guiado al pueblo que has redimido; con tu poder los has guiado a tu santa morada"</em> (Éxodo 15:13), <em>"Porque yo soy Jehová, que os he hecho subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; seréis, pues, santos porque yo soy santo"</em> (Levítico 11:45).<br /><br />El hombre está ciego y sordo: <em>"Y les decía: A vosotros os ha sido dado el misterio del reino de Dios, pero los que están afuera reciben todo en parábolas"</em> (Marcos 4:11).</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />No estamos instruidos: <em>"Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente"</em> (1 Corintios 2:14).</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Somos pecaminosos por naturaleza: <em>"He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre"</em> (Salmos 51:5); <em>"Y vio Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal"</em> (Génesis 6:5).</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />La depravación llega a tal punto que siendo ofrecida la salvación a todos, todas las personas la rechazan, prefiriendo estar en sus pecados y en lo mundano: <em>"Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas"</em> (Juan 3:19). El hombre no regenerado esta muerto en sus pecados (Romanos 5:12). Sin el poder del Espíritu Santo, el hombre natural esta ciego y sordo al mensaje del Evangelio (Marcos 4:11). El hombre sin el conocimiento de Dios nunca vendrá a reconocer esta doctrina a no ser que Dios le dé vida a través de Cristo (Efesios 2:1-5). La salvación es de Dios, nada podemos hacer si Dios no nos salva.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Esto nos llevaría al punto relativo a la elección incondicionada pero ya sería cuestión de tratar esto en otro momento.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Como cierre, y volviendo al liberalismo, ¿entienden por qué muchos liberales insistimos tanto en que hay que limitar en lo posible el poder que caiga en manos de un ser tan depravado?</span></strong><br /><span style="font-size:130%;">.</span>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-83011934995493397952010-07-17T17:07:00.000-07:002010-07-17T17:37:10.395-07:00¿Eres una buena persona?.<br /><strong><span style="font-size:130%;">¿Lo soy yo mismo? ¿Tenemos razones de peso usted o yo para sostener sin pestañear que somos buenas personas?<br /><br />Esta entrada trata exclusivamente sobre teología y es solo una introducción a otra que escribiré mañana o pasado mañana, dependiendo de mis ocupaciones.<br /><br />De momento, piensen y reflexionen.<br /><br />Por cierto, si a las anteriores preguntas han respondido que sí, es decir, que sí se consideran buenas personas entiendo que nunca jamás en su vida han incurrido en una sola de estas conductas (o incluso yo, si lo pensara):<br /><br />1) Negar a Dios o no tener ninguno; la idolatría, o el tener o adorar muchos dioses, o algún otro como el verdadero Dios o en lugar de él, el no tenerlo ni confesarlo como Dios y como el nuestro, la omisión o negligencia en alguna cosa debida a él, requerida en este mandamiento, la ignorancia, olvido, falsas aprehensiones, opiniones erróneas, pensamientos indignos y malvados con respecto a Él, investigaciones curiosas y atrevidas tocante a sus secretos, toda impiedad, odio a Dios, amor a sí mismo, egoísmo, y todos los demás estados desordenados e inmoderados de nuestra mente, voluntad o afectos sobre otras cosas que nos aparten de él en todo o en parte; credulidad vana, incredulidad, herejía, error, desconfianza, desesperación, incorregibilidad, e insensibilidad bajo sus juicios, dureza de corazón, orgullo, presunción, seguridad carnal, tentar a Dios, usar medios ilícitos, y confiar en los lícitos; goces y delicias carnales, un celo corrompido, ciego e indiscreto, tibieza, y frialdad en las cosas de Dios, alejarnos y apostatar de Dios, orar o dar algún culto religioso a los santos ángeles a alguna otra criatura, todo pacto o consulta con el diablo y seguir sus sugestiones, hacer a los hombres señores de nuestra fe y conciencia, menospreció y desdén de Dios y de sus mandamientos, resistiendo o entristeciendo a su Espíritu, descontento o impaciencia por sus disposiciones, acusándole de locura por los males que nos manda, atribuir la alabanza de algo bueno que seamos, tengamos, o hagamos, a la fortuna, a los ídolos, a nosotros mismos, o a alguna otra criatura (<em>"No tendrás dioses ajenos delante de mí"</em>).<br /><br />2) Inventar, aconsejar, mandar, usar, y aprobar algún culto religioso por sabio que sea, pero que no haya sido instituido por Dios, el hacer alguna representación de Dios, ya sea de todos a de alguna de las Tres Personas, sea interiormente en nuestra inteligencia, a en lo exterior por alguna clase de imagen a semejanza de alguna criatura cualquiera, toda adoración de ella, de Dios en ella o por ella, el hacer representaciones de deidades falsas, y toda adoración de ellas o hacer algún servicio perteneciente a ellas. Todas las supersticiones engañosas, el corromper el culto de Dios, ya sea añadiéndole o quitándole, sean inventadas y tomadas por nosotros mismos, o recibidas por tradición de otros, aun cuando vengan con el título de antigüedad, costumbre, devoción, buena intención o cualquier otro pretexto, la simonía, el sacrificio; toda negligencia, desprecio, impedimento, y oposición al culto y ordenanzas que Dios ha establecida (<em>"No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos"</em>).<br /><br />3) No usar el nombre de Dios de la manera que es requerida, y el abuso del mismo por una ignorante, vana, irreverente, profana, supersticioso, o malvada costumbre, mencionando o usando de cualquier otro modo sus títulos, atributos, ordenanzas, u obras; por la blasfemia, perjurio, toda maldición pecaminosa, juramentos, votos, suertes; la violación de nuestros juramentos y votos, si son lícitos, o el cumplimiento de ellos si corresponden cosas ilícitas, murmuración o queja contra los decretos de Dios, curiosas inquisiciones sobre ellos, o la aplicación falsa de los mismos, así como los actos providenciales de Dios; la mala interpretación, aplicación, algún otro modo de pervertir la palabra o alguna parte de ella, por chanzas profanas, cuestiones curiosas o inútiles, charlas vanas, o el sostener falsas doctrinas, en abusar el nombre de Dios, de las criaturas o de alguna cosa que está bajo de él; encantos, prácticas y concupiscencias pecaminosas; difamación, desprecio, injuria, o la oposición grave a la verdad, gracia y caminos de Dios; hacer profesión de religión con hipocresía o por fines pecaminosos; avergonzarse de ella, o la vergüenza de ella por considerarla molesta, sin ninguna sabiduría, infructuosa, o el andar en ella de un modo ofensivo, o el abandonarla (<em>"No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano"</em>).<br /><br />4) Omisión de los deberes exigidos, el cumplimiento negligente, descuidado y estéril de ellos, así como el cansarse de los mismos, toda profanación del día por ociosidad y por hacer lo que en sí mismo es pecaminoso, y por pensamientos, palabras y obras innecesarias acerca de nuestros empleos y recreaciones mundanas (<em>"Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó"</em>).<br /><br />5) Con respecto no sólo a sus padres naturales, sino todos los superiores, tanto en edad como en aptitudes; y con especialidad aquellos que por las ordenanzas de Dios están sobre nosotros en un lugar de autoridad, ya sea en la familia, en la iglesia o en la sociedad: toda negligencia en los deberes exigidos para con ellos, envidiarlos, menospreciarlos, la rebelión contra sus personas y posiciones, sus buenos consejos, mandatos y correcciones; maldecirlos, burlarlos, así como todo porte refractario y escandaloso, que traiga la vergüenza y la deshonra para los superiores y su gobierno (<em>"Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da"</em>).<br /><br />6) Quitarle la vida a otros, a no ser un caso de justicia pública, de guerra lícita o de defensa necesaria, la negligencia en el uso de los medios necesarios para preservar la vida o el desprecio de ellos; el enojo pecaminoso, el odio y la envidia, deseo de venganza; toda ira excesiva, ocupaciones que acongojan, el uso inmoderado de la comida o bebida, trabajo y recreaciones; palabras provocativas, oprimir, disputar, golpear, herir y todo lo que tienda a destruir la vida de alguno (<em>"No matarás"</em>).<br /><br />7) El adulterio, la fornicación, el rapto, el incesto, la sodomía y toda concupiscencia contra la naturaleza, todos los pensamientos, propósitos, imaginaciones y afectos impuros, todas las conversaciones impuras así como el prestarles atención; miradas lascivas, imprudentes, lo mismo que el comportamiento ligero, y maneras destituidas de modestia, prohibición de los matrimonios lícitos y autorizar los ilícitos; aceptar, tolerar, cuidar casas públicas o frecuentadas, votos enredadores de vida soltera, dilación indebida del matrimonio, tener más de un cónyuge a la vez; el divorcio injusto o la deserción; la ociosidad, glotonería y borrachera, compañías impuras, cantos, libros, pinturas, bailes y juegos lascivos; y todos los demás actos de impureza o provocaciones a ello, tanto tratándose de nosotros como de los demás (<em>"No cometerás adulterio"</em>).<br /><br />8) Robo, salteamiento, ser plagiario o negrero, así como el recibir una cosa robada, comercio fraudulento, pesas y medidas falsas, quitar linderos, la injusticia y la infidelidad en los contratos entre hombre y hombre, o en cosas depositadas; la opresión, extorsión, usura, cohechos, litigios vejatorios, la depredación y destrucción de los linderos, monopolios gravosos, ocupaciones ilegales, y todos los demás modos injustos y pecaminosos para tomar o quitar lo que pertenece a nuestro prójimo, o para enriquecernos; la codicia, apreciación y afecto desmedido hacia los bienes mundanales, cuidados distraídos y desconfiados para adquirir, guardar y usar de dichos bienes; envidiar la prosperidad de otros, asimismo prohíbe la ociosidad, prodigalidad, juegos de azar; y todas las maneras por las cuales perjudicamos indebidamente nuestro estado externo; y también el privarnos del uso debido y las comodidades del estado en que Dios nos puso (<em>"No robarás"</em>).<br /><br />9) Toda preocupación contra la verdad y buen nombre tanto nuestro como del prójimo, especialmente delante de los tribunales públicos; dar falso testimonio, sobornar testigos falsos, y a sabiendas comparecer y defender una mala causa, desafiando y subyugando la verdad, dictar sentencias injustas, llamar malo a lo bueno y bueno a lo malo, recompensar la obra del malo conforme a la obra del justo, y al justo conforme a la obra del malo; falsificar, disimular la verdad o callarla indebidamente en una causa justa, y el estarnos en paz cuando es nuestro deber hablar; las quejas a otros, hablar la verdad fuera de tiempo o maliciosamente por lograr un fin perverso, pervertirla con una significación errónea, o expresarla dudosa o equivocadamente, en perjuicio de la verdad y la justicia; hablar fuera de la verdad, mentir, calumniar, murmurar, detractar, circular malos rumores, cuchichear, ridiculizar, ultrajar, la precipitación, la dureza y las censuras parciales, la mala interpretación de las intenciones, palabras y acciones; adular, la jactancia y vana gloria, pensar o hablar demasiado alto y despreciativamente de nosotros o de los demás, negar los dones y gracias de Dios, aumentar las pequeñas faltas, ocultar, excusar o atenuar los pecados cuando somos llamados a una confesión de ellos, descubrir sin necesidad las debilidades, levantar falsos rumores, recibir y patrocinar malas especies y cerrar nuestros oídos a la justa defensa, malas sospechas, la envidia o la tristeza por el merecido crédito de otro, procurar o desear menoscabado; regocijarse por su desgracia o infamia, el desprecio insolente, una admiración vana, quebrantar promesas lícitas, descuidar cosas tales como las buenas noticias, y practicar o no evitar nosotros mismos, o no impedir lo que podamos con otros, cosas que produzcan mala fama (<em>"No hablarás contra tu prójimo falso testimonio"</em>).<br /><br />10) El descontento con nuestro propia estado, la envidia y tristeza por el bien de nuestro prójimo, juntamente con todas las emociones y afectos desordenados para alguna de las cosas que son suyas (<em>"No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo"</em>).<em> </em><br /><br />A lo largo de la historia, ¿ha pisado la faz de la tierra algún hombre, aparte de nuestro Salvador, que haya vivido una vida perfecta y limpia de todo pecado? ¿Quién no incurre a diario en varias de estas conductas? Ningún hombre es capaz, ni por sí mismo, ni por alguna gracia recibida en esta vida, de guardar perfectamente los mandamientos de Dios, sino que diariamente los quebranta en pensamiento, palabra y obra.<br /><br />Mañana, más respuestas.</span></strong><br />.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-62066661715653691662010-07-06T05:08:00.000-07:002010-07-06T05:15:49.104-07:00¿Es acorde el capitalismo con el cristianismo?.<br /><strong><span style="font-size:130%;">No hay ninguna duda de que el pensamiento liberal clásico tuvo en la reforma protestante uno de sus antecedentes. La ruptura de la unidad religiosa anterior, supeditada a una única instancia totalmente jerarquizada y siendo la única legitimada para la lectura e interpretación de las Sagradas Escrituras, pasando al libre examen de las mismas por parte de los fieles, que arrancó con Martín Lutero y continuó, muy especialmente, con el gran Juan Calvino, llevó a una ola de pluralismo religioso y político que se expandió por el norte de Europa, las islas británicas y Norteamérica, tras la llegada de los puritanos a mediados del siglo XVII, nunca vista antes en el mundo occidental. Hubo claroscuros, no hay duda, podemos pensar, por ejemplo, en el furibundo antisemitismo de Lutero en los escritos de sus últimos años o en la ejecución de Miguel Servet ordenada por el gobierno ginebrino de inspiración calvinista, pero es innegable lo positivo del legado tanto del teólogo alemán como de Calvino.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />El libre examen llevó al surgimiento de una fe racional, alejada de los dogmas impuestos más allá del contenido de la Palabra de Dios manifestado en la Biblia, y basada en el libre pensamiento. Superada la teología rígida imperante hasta entonces, al examinar cada hombre las Escrituras en busca de la verdad revelada, se abrieron numerosos campos de debate y razonamiento que se trasladaron a otros ámbitos distintos del religioso. El pensamiento se desligaba de la imposición de instancias humanas al afirmarse que, en la lectura de la Biblia, la única guía para el hombre sería el Espíritu Santo y que el hombre únicamente sería responsable ante Dios de la interpretación que realizara. La salvación dependía enteramente de Dios, puesto que el hombre está inhabilitado para obtenerla, pero ya no estaríamos hablando de "méritos ante otros hombres", origen esta idea del principio de responsabilidad individual, puesto que se rechazaban los conceptos inmutables impuestos al ser humano por autoridades ajenas a su propia conciencia.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Esta interpretación personal de las Escrituras que promovió el protestantismo, sobre todo a partir del calvinismo, llevó a la concepción de una serie de principios de libertad económica que, a partir del siglo XVI, encontraron su legitimación como libertades que Dios concedía a los hombres y que ninguna institución mundana, fuera estatal o eclesiástica, podía impedir o limitar. El capitalismo es cierto que no surgió a raíz del protestantismo, sino en ciudades mercantiles italianas como Florencia durante la Baja Edad Media, pero sí es verdad que el pensamiento reformado le dio una dimensión moral que no había tenido hasta entonces. Mientras en el mundo católico existía una visión, procedente de una errónea interpretación del Evangelio, de que la ganancia y el éxito es algo moralmente reprobable (eso ha quedado grabado a sangre y fuego en España, sin ir más lejos), el liberalismo capitalista triunfó en el protestante al extraerse una serie de ideas gracias al libre examen y discusión de las Escrituras, tales como la censura del gasto público excesivo (ej.: Samuel se opuso al deseo de Israel de ser gobernado por un rey ante los enormes gastos que ocasionaría el mantenimiento de la estructura administrativa de la realeza), un tipo impositivo único (la Biblia, en Números y Deuteronomio, fija un tipo único del 10%, el diezmo, para toda la población de Israel, sin excepciones), el respeto a la propiedad privada (la historia de Nabot y cómo se opone a la expropiación de su viña por el rey Acab), el cumplimiento de lo estipulado en los contratos (la parábola de los viñadores, Mateo 1:20-16), la dignidad de todo tipo de trabajo, la virtud del ahorro, un espíritu emprendedor, basado en las confianza en las promesas de Dios, sin esperar a que otro te ponga el plato de comida en la mesa, la conveniencia de no despilfarrar en épocas de bonanza económica sino llenar el "granero" de las arcas públicas (las medidas ordenadas por José cuando fue nombrado gobernador de Egipto), la prohibición de los préstamos <em>"subprime"</em> (como podemos inferir de Levítico 19:9-10, 25:35-43), la igualdad ante la ley (Éxodo 23:6 o Levítico 19:15) o la prohibición de una política monetaria inflacionista (en Isaías 1:22 se nos dice <em>"Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua"</em>).</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />La uniforme y monolítica interpretación católica de la Biblia, primero, y, después, la del intervencionismo socialista, que bebe de la primera aunque, en teoría, sea un contendiente en el plano moral, han difundido la idea de que el progreso económico, la ganancia y la competencia son malos, inaceptables e inmorales <em>per se</em>.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Siempre se olvida que los principios económicos bíblicos solo se pueden deducir conociéndola e interpretándola globalmente. Muchos versículos tomados sin tener en cuenta el contexto y el resto de la Biblia y, lo más desastroso, interpretándolos desde un punto de vista ateísta y humanista, podrían dar la idea de que en las Escrituras se defienden cosas como la redistribución forzosa de la riqueza, por ejemplo, cuando Cristo habla de no acumular riquezas en este mundo porque serán corroídas por la carcoma no habla de que empecemos a desprendernos desaforadamente de lo que tengamos, sino de que esa no debe ser, como cristianos, nuestra fijación en esta vida, no debemos adorar al dios dinero en lugar de a Dios (<em>"no tendrás dioses ajenos delante de mí"</em> dijo Dios a Moisés en el Sinaí). Pero por supuesto que no nos pueden obligar forzosamente a desprendernos de lo que hemos ganado más allá de lo que tengamos que pagar para el sostenimiento de las cargas del Estado (ese 10% que se fija en la Ley Mosaica).</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Siempre hay que partir de la base de que la Biblia contiene numerosos mensajes que proceden todos de Dios, no de lo que nosotros entendamos, como humanos, que deba ser.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Uno de los pasajes del Evangelio más manipulado interesadamente es el de Marcos 10, del cual, normalmente, solo se cita el versículo 25:</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br /><em>23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dice á sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Y los discípulos se espantaron de sus palabras; mas Jesús respondiendo, les volvió á decir: ¡Hijos, cuán difícil es entrar en el reino de Dios, los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que el rico entrar en el reino de Dios. 26 Y ellos se espantaban más, diciendo dentro de sí: ¿Y quién podrá salvarse? 27 Entonces Jesús mirándolos, dice: Para los hombres es imposible; mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios</em>.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />No es la única, es una de las muchas ocasiones en que Jesús dice que la salvación no es por nuestros méritos sino por gracia de Dios, para quien todo es posible, incluso salvar a algo tan impío como el hombre. No son las riquezas terrenas sino las del alma las que nos salvan. Las primeras no son malas, la prosperidad económica en sí no es mala pero no debe ser la única fijación en la vida, el dios dinero o el dios metal (<em>"no tendrás dioses ajenos delante de mí"</em>, recordemos) pero la verdadera riqueza son las segundas, el Evangelio, como sigue diciendo Cristo:</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br /><em>28 Entonces Pedro comenzó á decirle: He aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido. 29 Y respondiendo Jesús, dijo: De cierto os digo, que no hay ninguno que haya dejado casa, ó hermanos, ó hermanas, ó padre, ó madre, ó mujer, ó hijos, ó heredades, por causa de mí y del evangelio, 30 Que no reciba cien tantos ahora en este tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, é hijos, y heredades, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna</em>.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Algo muy similar se dice en Proverbios 11:28, <em>"El que confía en sus riquezas, caerá, pero los justos prosperarán como la hoja verde"</em>.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />La Biblia no condena la riqueza sino el culto al materialismo sin Dios, nos pone unos límites morales con los cuales todos los liberales estamos de acuerdo. En este pequeño artículo, publicado en la web <a href="http://www.iglesiareformada.com/index.html">Iglesia Reformada</a>, el reverendo José Luis Podestá nos lo aclara desde el punto de vista estricto del Evangelio:</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;"><a href="http://www.iglesiareformada.com/Podesta_Pecado_Dinero.html">¿Es pecado tener dinero y bienes?</a><br />(basado en Luc.12:13-21)<br />Por José Luís Podestá</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Publicado en iglesiareformada.com<br /></span></strong><br /><em><span style="font-size:130%;">No hay nada malo en tener dinero, propiedades y bienes materiales, mientras no condescendamos que esos bienes se conviertan en suplentes de Dios. Cristo nos ha prevenido: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro; no podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Mt. 6, 24).<br /><br />En el Antiguo Testamento se insiste mucho en que debemos elegir entre Dios y los ídolos o falsos dioses. En el Nuevo Testamento Jesús contrasta el dinero a Dios. Así que debemos cuidar que el dinero no se nos convierta en un ídolo, cosa muy común hoy en día, en una sociedad tan materialista, pero de un materialismo sin sentido, no con beneficio, si no el tener por el tener mismo, que sustituya a Dios, y que sumado a vías poco honrosas para obtenerlo se transforma casi en una exclusiva dedicación, empeño... hasta nuestro amor, logrando así suplantar a Dios, transformándose en un “dios” para nosotros, tengamos cuidado a lo que lleva cuando transformamos el amor debido a Dios a un amor neurótico por lo material.<br /><br />Los bienes materiales no son malos en sí mismos, pues nos han sido suministrados por Dios. Y, siendo esto así, significa que Dios es el Dueño, y nosotros somos solamente “administradores” de esos bienes que pertenecen a El, de allí que cuando seamos juzgados se nos tomará en cuenta cómo hemos administrado los bienes que Dios nos ha confiado.<br /><br />“Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; lo cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Tim. 6, 10). Pero observemos que Pablo no dice que el dinero mismo sea la cepa de todos los males, sino “el amor al dinero”, ese amor desordenado, casi cayendo a un amor lujurioso por lo material, ya que nuestro amor tiene que dirigirse solo a Dios, no a lo material.<br /><br />“¡Necio!”, exclama el Señor Jesús en su parábola sobre el hombre rico acumulador exagerado de riquezas. Y le dijo Dios: “Necio, esta noche vienen a pedir tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?”(Luc.12:20). Evitemos toda clase de mezquindad, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de bienes que ostente.<br /><br />Cuantas veces, ese pronunciamiento de Cristo, que es tan cierto y tan evidente para todos, se nos relega en un rincón de nuestra mente y de nuestra alma, si lo recordáramos cada día, ¡Que distinto seria el mundo de hoy!, cuantas veces nos sorprende a muchos la muerte amando más al dinero que a Dios o teniendo al dinero en el lugar de Dios.<br /><br />¿Cómo somos los hombres y mujeres de hoy? ¿Seguimos los consejos de Cristo con relación a los bienes materiales? ¿O ponemos todo nuestro ahínco en buscar dinero y en conseguir todo el que podamos, para acumular y acumular? Y... para qué, si al llegar al mundo no trajimos nada, y cuando nos vayamos de este mundo no nos llevaremos nada, ¿o creen que si se llevaran algo?<br /><br />Tengamos cuidado en no torcer nuestro amor al verdadero tesoro que es Dios Uno y Trino, y dejarnos morder por la víbora del materialismo espurio, olvidándonos del verdadero tesoro, con esto no quiero decir que no debamos prever nuestro desarrollo personal, sostener dignamente a nuestras familias y a nosotros mismos, incluso tener un ahorro para nuestras vidas y nuestras cosas, lo que quiero enfatizar es cuando pasamos el limite de la realidad y la necesidad, el tener por el tener, la destrucción del ser a costa del poseer, ¡cuidado! , que la línea es muy delgada, si no estamos firmes en Cristo, podemos caer en ese sutil mordisco de la avaricia, y recuerda, ¿cuando mueras te llevaras algo?, que Dios nos de la fuerza para ser fieles a su palabra y que sepamos ser verdaderos y fieles administradores de los recursos que el nos da.<br /><br />Rev. José Luis Podestá </span></em><br /><em><span style="font-size:130%;">.</span></em>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-43787140165523282382010-06-26T06:36:00.000-07:002010-06-26T07:32:42.913-07:00Sarah Palin, "La Ley estadounidense debe basarse en el Dios de la Biblia y sus diez mandamientos"<p><object width="640" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/luWealTuQDI&color1=0xb1b1b1&color2=0xd0d0d0&hl=es_ES&feature=player_embedded&fs=1"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowScriptAccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/luWealTuQDI&color1=0xb1b1b1&color2=0xd0d0d0&hl=es_ES&feature=player_embedded&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true" allowscriptaccess="always" width="640" height="385"></embed></object><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Leer noticias como esta, aunque sea del mes pasado (<a href="http://liberalismodemocratico.wordpress.com/2010/06/23/%c2%bfque-es-una-nacion-cristiana/#comments">no la he conocido hasta el día de hoy</a>) en <a href="http://www.elplural.com/politica/detail.php?id=46470">medios tan radicalmente ultraizquierdistas y anticristianos como "El Plural"</a>, dirigido por el propagandista del gobierno progre que padecemos en España, y ex-miembro del Opus Dei, Enric Sopena, es todo un placer divino, sobre todo comprobar lo nerviosos que pone a algunos humanistas cosas como estas.<br /><br />La forma de dar la noticia (sesgada), en cuestión, no tiene desperdicio. Los entusiastas partidarios de una religión pagana y apóstata que legitima la muerte de miles de no nacidos cada año se dedican a llamar <em>"integrista"</em> a alguien como Sarah Palin, a raíz de unas declaraciones de la misma en el programa de Bill O´Reilly en <em>Fox News</em>, quien únicamente ha recordado algo evidente sin necesidad de ser un erudito en Historia contemporánea: los orígenes y la realidad cristiana de los EEUU: <em>"Sarah Palin, ha vuelto a defender posturas integristas en la cadena de la que es colaboradora, la Fox del magnate Rupert Murdoch"</em>. Aznar, como no, tratándose de "El Plural", también tenía que estar por medio (cada cual tiene las obsesiones que tiene): <em>"Palin ha demostrado por qué en enero pasado se convirtió en el fichaje estrella del grupo en el que también trabaja José María Aznar"</em>.<br /><br />Olvidándonos un poco de esto y yendo a la cuestión, las declaraciones de Palin a O´Reilly, </span></strong><strong><span style="font-size:130%;">fueron recogidas en <a href="http://www.huffingtonpost.com/2010/05/10/sarah-palin-american-law_n_569922.html">The Huffington Post</a> el pasado 10 de mayo y fueron las siguientes:</span></strong></p><p><strong><span style="font-size:130%;"><em>Sara Palin: La ley americana debería estar “basada en el Dios de la biblia y los diez mandamientos.</em></span></strong></p><p><strong><span style="font-size:130%;"><em>Sarah Palin se unió a Bill OReilly de Fox News recientemente para condenar a los críticos del Día Nacional de Oración, diciendo que la creencia judeo-cristiana fue la base para la legislación estadounidense y debe seguir siendo utilizado como una fuerza orientadora para la creación de una futura legislación.</em></span></strong></p><p><strong><span style="font-size:130%;"><em>Según Palin, la reciente reacción contra el Día Nacional de Oración es una prueba de algunas personas están tratando de promulgar una transformación fundamental de “América” y volver a examinar “y reescribir la historia” a fin de cambiar la nación cristiana lejos de sus raíces espirituales. </em></span></strong></p><p><strong><span style="font-size:130%;"><em>Palin aconseja: “Volver a lo que nuestros fundadores y nuestros documentos fundacionales significa –son muy claros- crear la ley basada en el Dios de la Biblia y los Diez mandamientos.</em></span></strong></p><p><strong><span style="font-size:130%;"><em>¿“Lo que asusta a la gente infernalmente es que se hable acerca de la fundación de América basado en la fe”? Palin continúo. “Es que la visión del mundo que implica a algunas personas tener miedo de ser capaces de discutir acerca del origen de nuestra Fundación, y de ser capaces de hablar de Dios en la plaza pública, eso es lo único que a lo que puedo atribuirlo”.<br /><br /></em>Las palabras de Palin son muy importantes respecto al conformismo que muestren muchos cristianos en el sentido de pensar que la vida cristiana se reduce al domingo en la iglesia y creer que el resto de la semana no hay que pensar en como honrar a Dios incluso en los pequeños actos de la vida cotidiana o cosas como que la política y la vida pública no va con nosotros. Cuando el humanismo dice que desde los púlpitos no se gobierna (aunque en España se refieran a los católicos al decir esto) están señalando claramente que, para ellos, los cristianos no tienen nada que decir en lo público y ante la pasividad seguirán afirmando esto sin replica.<br /><br />Con Palin siempre he tenido sentimientos encontrados: por un lado la veo de principios firmes pero por otro lado la veo a veces un tanto demagógica en las formas. No la veo como candidata a la presidencia de EEUU, creo que le faltan muchos herbores, pero algunos puntos ha ganado.</span></strong></p><p><strong><span style="font-size:130%;">Para los analfabetos de "El Plural", sería bueno saber que un ejemplo de norma jurídica inspirada por principios cristianos y bíblicos fue, precisamente, la Constitución de los EEUU. La Biblia nos enseña que, tras la caída de Adán, la primera transgresión, el hombre se encuentra incurso en el pecado original, desde nuestros primeros padres nos ha sido transmitido. El ser humano, aunque pueda hacer buenos actos, tiene, a causa de esto, una natural inclinación al pecado. Siempre está expuesto a corromperse debido a que, en origen, es un ser pecaminoso. Los cristianos creemos esto, aunque a los no cristianos pueda parecer algo un tanto humillante o, incluso, aberrante para el ser humano. Estamos en ámbitos morales diferentes.<br /><br />Precisamente por esto, los cristianos que participaron en la redacción de la Constitución americana, a través de su lectura literal de la Biblia, desarrollaron la idea de que había que desconcentrar el poder, dividirlo para evitar concentrar mucho poder en pocas manos y poder controlarlo. Mucho poder en pocas o en una sola mano engendraba despotismo y corrupción, por lo tendente al pecado que es el hombre.<br /><br />Esto diríamos que, influyó, incluso más, en la Declaración de Mecklenburg de 1775, la antesala de la Constitución, que fue probada por una serie de diputados todos ellos presbiterianos, y muchos de ellos incluso presbíteros de la iglesia. A fin de cuentas, aplicaron el principio de separación de poderes que regía en sus iglesias.<br /><br />Sinceramente, aplicar principios cristianos y bíblicos a las normas jurídicas no derivaría en el totalitarismo o en una teocracia estilo iraní, como pretenden dar a entender estos progres de salón (dar, lo que se dice dar, en realidad no dan para más). Es más, tendríamos una sociedad más libre. Porque, ¿qué separación de poderes tenemos en la humanista España, por ejemplo? Prácticamente nada. Ejecutivo, legislativo y judicial son como vasos comunicantes más que poderes separados. El judicial, que debe estar en perpetua vigilancia de los otros dos, tiene un órgano de gobierno, el Consejo General del Poder Judicial, cuyos miembros se eligen en gran parte mediante un cambalache político en el Congreso.</span></strong></p><p><strong><span style="font-size:130%;">Y ello, a pesar de cómo están calando los vicios europeos en los EEUU, país que, pese a esto, aún aguanta como una reserva de dichos valores liberales y cristianos.</span></strong></p><p><span style="font-size:130%;">.<strong> </strong></span></p>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-37938211443162550212010-06-22T02:15:00.000-07:002010-06-22T02:48:08.715-07:00Mapa de la persecución del cristianismo en el mundo<span style="font-size:130%;"></span><span style="font-size:130%;"></span><em><span style="font-size:130%;"></span></em><em><span style="font-size:130%;"></span></em><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy-07ZKCYsjC4dpJiXK43AIl65Qr7ODVTw3D9oQV0kK8d49Y_G2X35xVeVUOoGwW24G2yAMiIiipC0gOW-jkV5708RA2bJC3FBQ5PMuK2v4sFosg_Dy2gK7pdtixte4bh68fxVlQMYdLQW/s1600/world_map.gif"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5485525318235653954" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 234px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy-07ZKCYsjC4dpJiXK43AIl65Qr7ODVTw3D9oQV0kK8d49Y_G2X35xVeVUOoGwW24G2yAMiIiipC0gOW-jkV5708RA2bJC3FBQ5PMuK2v4sFosg_Dy2gK7pdtixte4bh68fxVlQMYdLQW/s400/world_map.gif" border="0" /></a><br /><div><strong><span style="font-size:130%;">En este mapa vemos en rojo los países del en los que existe algún tipo de persecución al cristianismo, con información concreta sobre cada uno en el siguiente enlace: </span><a href="http://www.releaseinternational.org/pages/find-out-more/persecution-map.php"><span style="font-size:130%;">http://www.releaseinternational.org/pages/find-out-more/persecution-map.php</span></a><span style="font-size:130%;">.</span></strong></div><div><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong></div><div><span style="font-size:130%;">.</span></div><div><strong><span style="font-size:130%;">El domingo, en el sermón, estuvimos estudiando, en la iglesia, el primer capítulo de la Segunda Epístola de Pablo a Timoteo:</span></strong></div><div><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong></div><div><em><span style="font-size:130%;">.</span></em></div><div><em><span style="font-size:130%;">1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús; 2 a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de parte de Dios el Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.</span></em></div><div><em><span style="font-size:130%;"><br />No te avergüences de testificar</span></em></div><em><span style="font-size:130%;"><div><br />3 Doy gracias a Dios, a quien rindo culto con limpia conciencia como lo hicieron mis antepasados, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones de noche y de día. 4 Me he acordado de tus lágrimas y deseo verte para ser lleno de gozo. 5 Traigo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy convencido de que también en ti. </div><div><br />6 Por esta razón, te vuelvo a recordar que avives el don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 7 Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero suyo. Más bien, sé partícipe conmigo de los sufrimientos por el evangelio, según el poder de Dios. 9 Fue él quien nos salvó y nos llamó con santo llamamiento, no conforme a nuestras obras, sino conforme a su propio propósito y gracia, la cual nos fue dada en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo; 10 y ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús. El anuló la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio, 11 del cual he sido puesto como predicador, apóstol y maestro. 12 Por esta razón padezco estas cosas, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. </div><div><br />13 Ten presente el modelo de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús. 14 Guarda el buen depósito por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros.</div><div><br />15 Ya sabes que se apartaron de mí todos los de Asia, entre ellos Figelo y Hermógenes. 16 El Señor conceda misericordia a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me reanimó y no se avergonzó de mis cadenas. 17 Más bien, cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. 18 El Señor le conceda que halle misericordia de parte del Señor en aquel día. Cuánto nos ayudó en Efeso, tú lo sabes muy bien.</span></em></div><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><span style="font-size:130%;">.</span></div><div><strong><span style="font-size:130%;">En concreto, el pastor se centró en el versículo 14 <em>"Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros"</em>, en guardar la verdad de la Escritura, sean las circunstancias que sean. </span></strong></div><div><span style="font-size:130%;">.</span></div><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><strong><span style="font-size:130%;">Unas veces será más cómodo, unas en libertad, otras veces será en tiempos de persecución, otras en tiempos de bonanza económica y otras de penurias, pero la verdad de Dios será siempre inmutable. No debemos tratar de <em>"adaptar"</em> ni <em>"personalizar"</em> el mensaje de Dios porque creamos que va a gustar más a quien nos escuche. El mensaje de Dios es el de las Escrituras y haremos mal en tratar de adaptarlo a los tiempos y a los hombres, como está tan en boga en algunas iglesias, que buscan la personalización del mismo en lugar de la verdad.</span></strong></div><div><span style="font-size:130%;">.</span></div><div><strong><span style="font-size:130%;">En nuestro país, aún tenemos, pese a las imposiciones humanistas y anticristianas, una cierta libertad (quizás porque, ahora mismo, el cristianismo es algo muy minoritario, puede que no llegue al 4 o al 5% de la población total) y, de momento, no tenemos excusa, más aún cuando <a href="http://persecucion.iglesia.net/">en algunos países hay cristianos que sufren una persecución nunca vista desde los tiempos de Nerón, Domiciano o Diocleciano</a> y, aún así, siguen defendiendo la verdad.</span></strong></div><div><span style="font-size:130%;">.</span></div>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-50505937517650681362010-06-15T02:32:00.000-07:002010-06-15T12:44:00.693-07:00¿Murió Jesucristo en la Cruz por todos los hombres?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE6zxQF8xm5TnB_0yzhcXhrrDNekUCQUpF5_wCeVLPUB6WSYZeY38lYFR_wIuEKM-hqwFTLZ0fb-a67FC5ebUbMBckhrH7mXY5usZSALN5SFGSfpsY02EyRZbWahE2aa9GEyjGsAZKc_RY/s1600/3-cruces3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5482939609439325170" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 297px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE6zxQF8xm5TnB_0yzhcXhrrDNekUCQUpF5_wCeVLPUB6WSYZeY38lYFR_wIuEKM-hqwFTLZ0fb-a67FC5ebUbMBckhrH7mXY5usZSALN5SFGSfpsY02EyRZbWahE2aa9GEyjGsAZKc_RY/s400/3-cruces3.jpg" border="0" /></a><br /><div><strong><span style="font-size:130%;">Jesucristo Nuestro Señor fue condenado por Poncio Pilatos a morir en la cruz, torturado, azotado, coronado de espinas y crucificado por hombres malvados en expiación de nuestros pecados. Su muerte pagó los pecados. ¿Los de toda la Humanidad? La cuestión no es baladí y, alrededor de ellas han surgido numerosas doctrinas torcidas que ponen parte de la salvación en manos del hombre, hurtándosela a Dios. </span></strong></div><div><br /><strong><span style="font-size:130%;">Hemos de partir de que, desde la caída, el pecado se ha extendido a cada parte de la personalidad, los pensamientos, las emociones y la voluntad del hombre. No somos pecaminosos porque pequemos, sino que pecamos porque somos pecaminosos. Nada podemos hacer por salvarnos puesto que estamos en un estado de inhabilidad total, en un estado de depravación total. Todos estamos muertos en nuestros pecados (Efesios, 2:1-6 y Romanos, 5:12), a menos que hayamos nacido de nuevo (Juan 3, 1-8: <em>1 Y había un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los Judíos. 2 Este vino á Jesús de noche, y díjole: Rabbí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no fuere Dios con Él. 3 Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios. 4 Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez. 8 El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu</em>). </span></strong></div><div><br /><strong><span style="font-size:130%;">El hombre no regenerado esta muerto en sus pecados (Romanos 5:12). Sin el poder del Espíritu Santo, el hombre natural esta ciego y sordo al mensaje del Evangelio (Marcos 4:11). El hombre sin el conocimiento de Dios nunca vendrá a reconocer esta doctrina a no ser que Dios le dé vida a través de Cristo (Efesios 2:1-5). La salvación es de Dios, nada podemos hacer si Dios no nos salva. </span></strong></div><div><br /><strong><span style="font-size:130%;">¿Nos otorga Dios ese conocimiento a todos? La respuesta es no: de forma incondicionada, antes de la creación, Dios decidió quiénes serían salvos y quiénes no. Antes de que ellos hicieran bien o mal, Dios eligió a algunos para ser Su pueblo y rechazó a otros. <em>"No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros"</em> (Juan 15:16). Por ejemplo, ¿por qué eligió Dios a Abraham para su pacto? Solo Dios sabe el porqué de Su decisión. Entenderla, los porqués, se escapan a nuestra mente pecaminosa. Del mismo modo que el Padre eligió en quienes poner su libre amor, el Hijo fue enviado para limpiar el pecado en los elegidos.</span></strong></div><div><strong><span style="font-size:130%;"><br />No obstante la claridad de los textos bíblicos, han surgido posturas que contradicen esta interpretación, como el de las doctrinas consideradas como "Universalistas", que sostienen que Cristo murió para salvar a todos los hombres, con lo que todos los hombres serían salvos, o aquellas, según las cuales, Cristo murió en la cruz, pero aunque pago la deuda de nuestros pecados, su obra en la cruz no es eficaz hasta que el hombre se decida por Cristo y así de ese modo ser salvo. </span></strong></div><div><br /><strong><span style="font-size:130%;">Una y otra caen en un terrible error. Un hombre que es totalmente depravado no puede desear ser salvo, a menos que Dios le otorgue la fe y, a través de esta fe, la salvación. En caso contrario, él odia a Dios y no quiere ser parte de la muerte de Cristo. No se puede decir que Cristo murió por todos los hombres, ya que la Biblia dice que Cristo entregó Su vida por Sus ovejas, y sólo por ellas (Juan 10:11). La Expiación es Limitada a los elegidos de Dios. Cada uno de los pecados de las ovejas de Cristo está pagado. Esos y sólo esos pecados fueron pagados. Ese es el único Evangelio porque esa es la Biblia (<em>Sola Scriptura</em>), que nos enseña que Cristo murió por los pecados de aquellos que Dios le dio a salvar (Juan 17:9), por mucha gente, pero no por todos (Mateo 26:28), sino por la Iglesia Invisible de todos los tiempos, (pasados, presentes, y futuros), la suma total de todos aquellos quienes han sido elegidos, han nacido de nuevo espiritualmente y llevan con justicia el nombre "Cristiano" (Efesios 5:25). </span></strong></div><div><br /><strong><span style="font-size:130%;">Cristo expió pecados específicos de pecadores específicos; para hacer su iglesia santa. El no expió los pecados de todos los hombres, ya que no todos los hombres son salvos. Cristo murió por los pecadores y Él no va a perder a ninguno por los cuales murió. La expiación de Cristo es suficiente para todas las generaciones, pero eficiente solamente en los elegidos de Dios. </span></strong></div><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><div><br /><strong><span style="font-size:130%;">Las referencias bíblicas son innumerables pero estas son algunas de las más importantes:</span></strong></div><div><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Romanos 9:11:</strong> <em>(Porque no siendo aún nacidos, ni habiendo hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme á la elección, no por las obras sino por el que llama, permaneciese;).</em></span></div><div><span style="font-size:130%;"><br /><strong>Efesios 1:4:</strong> </span><span style="font-size:130%;"><em>Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él en amor;<br /></em><br /><strong>Juan 17:6-9:</strong> <em>6 He manifestado tu nombre á los hombres que del mundo me diste: tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra. 7 Ahora han conocido que todas las cosas que me diste, son de ti; 8 Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son:</em><br /><br /><strong>Mateo 26:28:</strong> <em>Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados.</em><br /><br /><strong>Mateo 1:21:</strong> </span><span style="font-size:130%;"><em>Y parirá un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque Él salvará á su pueblo de sus pecados.<br /></em><br /><strong>Juan 10:11:</strong> <em>Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas.</em><br /><br /><strong>Juan 15:13-14:</strong> <em>13 Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando.</em><br /><br /><strong>Efesios 5:25:</strong> <em>Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella,</em><br /><br /><strong>Romanos 4:25:</strong> </span><span style="font-size:130%;"><em>El cual fué entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación.<br /></em><br /><strong>Romanos 8:32-34:</strong> 32 <em>El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. </em><br /><br /><strong>Isaías 53:</strong> <em>1 ¿Quién ha creído á nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2 Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca: no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.</em></span></div><div><em><span style="font-size:130%;"><br />4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. </span></em></div><div><br /><em><span style="font-size:130%;">7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fué llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 De la cárcel y del juicio fué quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fué de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fué herido. 9 Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fué en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca. </span></em></div><div><br /><span style="font-size:130%;"><em>10 Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole á padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11 Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo á muchos, y él llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fué contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.</em><br /><br /><strong>Juan 6: 44-47:</strong> </span><em><span style="font-size:130%;">44 Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí. 46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.</span><br /></em><br /><strong><span style="font-size:130%;">Somos incapaces, nuestra propia naturaleza está totalmente inhabilitada y nos lo impide, de querer amar a Dios o de agradarle por nosotros mismos e, igualmente, no podemos pretender que el sacrificio de Jesús necesite de alguna ayuda nuestra. Simplemente no podemos hacerlo. La doctrina de la Expiación Limitada da la Gloria de nuestra salvación a Dios, muestra su soberanía y también el amor que tiene por su pueblo.</span></strong></div><div><span style="font-size:130%;">.</span></div><div><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong></div><div><strong><span style="font-size:130%;">Éste, la Expiación Limitada, es uno de los cinco puntos de quienes defendemos el sistema teológico calvinista como fiel a las Sagradas Escrituras y es solo una de las cuestiones que me gustaría tratar entre otras de cara al futuro. Tiene bastante sentido traerlo a colación puesto que fue la teología adoptada por el presbiterianismo. En las trece colonias, dos terceras partes de los habitantes de los futuros Estados Unidos eran calvinistas y en la Constitución americana se observa claramente la influencia puritana.</span></strong></div><div><span style="font-size:130%;">.</span></div><div><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong></div><div><strong><span style="font-size:130%;">España, tristemente, no subió al carro de la Reforma, Dios no dispuso que fuera así. No obstante, los motivos de porqué debemos lamentarnos de esto iré, desgranándolos más adelante.</span></strong></div><div><span style="font-size:130%;">. </span></div>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-38871801828563281322010-06-05T06:39:00.000-07:002010-06-05T07:53:53.334-07:00"Una reflexión necesaria", artículo de Mike (EL REPUBLICANO DIGITAL)<strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdQWervbnoVS9Y8h3cHFDpOl8sfQ7k9YijOzwwglel2QlZudqs3tUKlw8TTbhpvnCdB6IyFbXEKWSr1c3QvI7zH-1cNjx-kt5Nkjf2Yl9uQYIW-BNfSwahOs2jDgscogF7injz3ZFoXj5_/s1600/familia_001.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 300px; DISPLAY: block; HEIGHT: 307px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5479284313322885938" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdQWervbnoVS9Y8h3cHFDpOl8sfQ7k9YijOzwwglel2QlZudqs3tUKlw8TTbhpvnCdB6IyFbXEKWSr1c3QvI7zH-1cNjx-kt5Nkjf2Yl9uQYIW-BNfSwahOs2jDgscogF7injz3ZFoXj5_/s400/familia_001.jpg" /></a><br /><div></div><strong><span style="font-size:130%;">Respecto al siguiente artículo, recomiendo su lectura atenta por todos, puesto que es uno de los mejores que ha escrito <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglocgXvRSWxjmadF3YfowoRKG_RiyhMYOgj7EXR7GYSuoE-oVmgqO3yHtocwnkisFLjDyUmB7eoI2hqguf2jy23NHYYqbUlK8u2i2URpQs3rzC69jsNWoI-iyZH-X-wLYm_cXlh9B2-zY/s1600/El+Republicano+Digital+perfil.jpg">Mike</a> para su extraordinario blog <a href="http://elrepublicanodigital.blogspot.com/">EL REPUBLICANO DIGITAL</a>. Como suscribo al 100% su exposición lo traigo aquí íntegro.<br /><br />Nos ha tocado vivir tiempos difíciles, en los cuales difícilmente podemos ser optimistas con respecto a lo que va a ser nuestra próxima generación. Más de uno, en principio, nos indignamos pero, después, el sentimiento suele ser de una profunda tristeza al ver los derroteros que está tomando la juventud. Tanto es así que la alegría de ver jóvenes que merecen la pena se multiplica casi por mil.<br /><br />Se puede culpar a los poderes públicos, los cuales, desde los 80, aparte de eliminar los aspectos ideológicos del régimen que había terminado pocos años antes, también suprimieron, en aras de un falso, los principios de esfuerzo y búsqueda de la excelencia, considerándolos caducos y trasnochados. Actualmente, tenemos ya otra forma de adoctrinamiento ideológico a través de Educación para la Ciudadanía.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">Esto no nos debe extrañar. El estatismo tan invasivo que defiende el socialismo, lo apliquen partidos "de izquierda" o "de derecha" en el gobierno siempre ha visto la familia como una competencia al Estado, debilitarla es algo fundamental. El fin socialista ha sido siempre a la sustitución de la familia por el Estado como estructura provisora ante cualquier necesidad del individuo y la vía, lógicamente, es la desnaturalización de la primera. La familia, desde tiempos inmemoriales, ha funcionado como un verdadero "Estado del Bienestar", algo que el socialismo, en su afan por crear un Estado-niñera, no puede soportar.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"><br />Pero no hay que olvidar, por otro lado, lo tremendamente difícil que se ha tornado la cosa para muchos padres. Es cierto que las responsabilidades laborales, en una época en que para muchas familias es necesario que ambos padres trabajen, se han convertido en un gran obstáculo, aunque es bueno recordar que no es tan importante la cantidad como la calidad. Para inculcar a los hijos valores como el estudio, el esfuerzo, la búsqueda de la excelencia, el respeto a los demás, la moral, la ética y la responsabilidad tampoco es preciso pasar con ellos el día entero, sino tener lo suficientemente claros estos valores. El problema es, precisamente, la crisis de los mismos y su olvido entre los adultos, unido al hedonismo y la búsqueda de una vida ajena a preocupaciones y responsabilidades, que es la bandera de buena parte de la sociedad actual.<br /><br />Si los padres son demasiado aficionados a la comodidad, a no tener preocupaciones, más allá de su trabajo, y a dejar a sus hijos todo el día ante la televisión lo único que recibirán será porquería. Yo no veo la televisión, prefiero mantenerme al margen de la inmundicia, pero sé lo que hay y la clase de mensajes que reciben los menores a través de la caja tonta.</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">En definitiva, es un cúmulo de factores pero, como todo esto viene incluso mejor explicado en esta imprescindible entrada, les dejo con ella:<br /></span></strong><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;"><a href="http://elrepublicanodigital.blogspot.com/2009/07/una-reflexion-necesaria.html">UNA REFLEXION NECESARIA</a><br />Por Mike</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;">EL REPUBLICANO DIGITAL</span></strong><br /><br /><em><span style="font-size:130%;">Uno de los vicios más marcados de la sociedad española es la facilidad del común de sus ciudadanos para caer en el extremismo o en la indiferencia. Cosa que me preocupa, porque denota la falta de criterio de muchos individuos para analizar un problema y, posteriormente, sugerir soluciones posibles.<br /><br />Los medios de comunicación tendenciosos, los que procuran dirigir antes que informar, se nutren de esta clase de lectores, que son los que más sencillamente caen en la trampa de dejarse guiar sin necesidad de molestarse en pensar.<br /><br />Durante estos pasados días han sido violadas varias menores de edad. Parece que se haya declarado una epidemia de mal nacidos sueltos. Chicos muy jóvenes, algunos incluso menores de 14 anos, actuando en pandilla. Los medios han dado a estos hechos alcance nacional. Como suele suceder, la opinión pública y la clase política se han movido en direcciones diferentes.<br /><br />La mayoría de los dirigentes han vuelto a decidir que no les parece adecuado reaccionar en caliente para modificar una ley que deja desprotegidas a las victimas y sin castigo a los agresores, pero una buena parte de la sociedad si esta por la labor de endurecer la ley cuanto antes.<br /><br />Sin embargo, no deja de llamar mi atención la gran cantidad de comentarios de lectores, en diferentes diarios, que culpan a los padres de las maldades que puedan hacer sus hijos.<br /><br />Estoy de acuerdo en que se ha perdido mucho de la educación de los hijos en el hogar, precisamente porque el hogar y la familia, tal y como lo conocíamos, esta en trance de desaparecer.<br /><br />Por un lado, la nueva generación de padres, en conjunto, ha resultado ser bastante irresponsable en lo referido a educación de los hijos. Ya sea por las exigencias laborales, o por los antecedentes de su adolescencia en los 80, aquella década prodigiosa en la que nuestros políticos, decididos a borrar todo vestigio social del franquismo, derrumbaron también un aparato educativo del que solo hubiera sido necesario cambiar los tintes ideológicos, dejando intacto, o mejorándolo, el sistema que primaba el esfuerzo y los resultados obtenidos. En lugar de eso, los gobiernos de los 80 eliminaron el principio de autoridad de las aulas. La consecuencia inmediata fue el aumento anual, en progresión geométrica, de la violencia escolar, el absentismo y los suspensos.<br /><br />Los Padres cómodos, despreocupados, o indiferentes, han dejado la educación de sus hijos en manos de la televisión que, hoy por hoy y desde hace muchos años, es el medio más hipócrita que existe. Lo soez es lo habitual en muchos programas de “entretenimiento”. Las series infantiles y juveniles, sobre todo las de animación, llevan décadas enseñando y recreándose en la violencia, en la sugerencia del sexo y en la rebelión contra la figura familiar, paterna y de autoridad. Las tardes, antes tradicionalmente reservadas para el horario infantil, son un vivero de programas demoledores para la conciencia y la apreciación de los niños. Debates de verdaderos anormales discutiendo sobre quién ha tenido más relaciones sexuales con quién y periodistas de la basura persiguiendo a famosos que viven de ser perseguidos. El pasado viernes vi unos minutos de un programa en el que el presentador, por supuesto homosexual e intocable al respecto, incapaz de hablar dos minutos seguidos sin hacer alguna referencia sexual (obsesiones existen de todo tipo) reñía a un colaborador por haber dicho una palabra mal sonante en horario infantil. Sin transición, se volvió hacia una buscona, famosa por ser nada más que eso, una buscona, no por otra cosa, y le preguntó cómo llevaba depiladas sus partes íntimas. Esto es la tónica habitual de las tardes de muchos canales generales de la televisión española, plagados de presentadores y colaboradores anormales y moralmente tarados.<br /><br />Pero, ante este panorama deprimente, quiero defender a otro tipo de padres. Son aquellos que, en la medida de sus posibilidades, procuran educar a sus hijos en principios correctos. Esto supone una batalla diaria que no siempre se gana. Fiscalía de Menores está llena de casos de menores y jóvenes denunciados que han tenido buenos padres. No debemos olvidar que los hijos, cuando salen de sus casas para dirigirse al colegio o salir con sus amigos, están expuestos a la peor de las influencias posibles. La influencia de una sociedad que pretende tratar a los menores como nuevo nicho de mercado y a quienes bombardea, desde sus anuncios, con la idea de que un muchacho es poco menos que nada si no tiene su propio teléfono celular y su consola de juegos último modelo. Fomentar el consumismo entre los más jóvenes trae consecuencias que no todos los padres alcanzan a ver. Regalar un televisor a un hijo e instalárselo en su habitación es el peor enemigo para la convivencia familiar. Es el mejor modo de romper el dialogo entre padres e hijos, fomentar la pereza del niño y poner a su alcance el mundo de pornografía y juego que existe en las programaciones nocturnas.<br /><br />Frente a quienes opinan que mis argumentos (que son los de mucha gente) no son más que paranoias catastrofistas, yo siempre pongo el ejemplo de las estadísticas ofrecidas por la policía, los juzgados, los hospitales, los centros de rehabilitación de toxicomanías y los centros de enseñanza. Quien no quiere aceptar la realidad tiene un serio problema, o quizás un gran interés en que todo esto suceda. Pero el hecho incontestable es que el aumento de agresiones, violaciones, delitos cometidos, fracaso escolar, consumo de drogas y alcohol y escasez o ausencia de valores entre nuestros niños, adolescentes y jóvenes es alarmante desde hace muchos años. En contrapartida, Los políticos ofrecen soluciones tales como el crear asignaturas de adoctrinamiento ético, político e inductor de tendencias sexuales.<br /><br />Quienes mueven los hilos saben que desestructurar los hogares es el mejor modo de conseguir una sociedad compuesta por individuos moral y éticamente inanes, consumistas y sin criterio ni pensamiento social ni político. Las familias son su enemigo a batir, por ser estas dónde el individuo puede aprender los principios y fundamentos correctos que le ayudarán a conducirse en el futuro. Y la mejor estrategia para derribar a la familia no es atacarla de frente. Es más efectivo, como se ha demostrado ya, ofrecer alternativas presentadas con una aureola de libertad y solidaridad con supuestas soluciones de muy corto recorrido.<br /><br />Desgraciadamente, esta misma sociedad, de la que tan orgullosos se sienten algunos, y que también va camino de ser la mayor enemiga de los niños no nacidos, ignora y niega su apoyo a padres y familias. Para que un matrimonio español pudiera contar con las mismas ayudas oficiales que otro de Luxemburgo, el primero debería tener 118 hijos.<br /><br />Este es el mundo en el que se desenvuelven los padres que luchan por la educación y edificación de sus hijos. Los buenos frutos nunca están garantizados. El niño, conforme crece, desarrolla su personalidad y gustos y preferencias. Es su propio libre albedrío el que le conducirá por el camino que desee tomar en la vida. Si dicho libre albedrío ha sido cultivado con los principios adecuados, el individuo tendrá más posibilidades de éxito y de corregir sus propios errores. Pero, ante la ausencia de tales principios, el fracaso es prácticamente seguro. Tal cosa no es una opinión, ni una apreciación. Es la realidad palpable que tenemos a nuestro alcance a diario, en la portada de un diario o en la pantalla del televisor.<br /><br />Yo expreso todo mi apoyo a padres y educadores que aún creen que la mejor educación para nuestras nuevas generaciones debe basarse en el estudio, la acción, el esfuerzo, la búsqueda de la excelencia, el respeto al ser humano, el sostenimiento de leyes correctas, el fomento de la moral y la ética, la practica de la verdadera solidaridad y la comprensión de que toda mala acción conlleva una consecuencia y una responsabilidad pendiente.<br /></span></em>.Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-40003746627150432612010-05-26T08:17:00.001-07:002010-05-26T16:24:06.760-07:00El sistema económico de la Biblia (3ª parte).<br /><strong><span style="font-size:130%;">Tercera y última entrega de esta serie de principios económicos contenidos en la Biblia, a través de versículos seleccionados por el </span></strong><a href="http://www.contra-mundum.org/castellano/declaraciones/coalicion/Sist_EcoBib.pdf"><strong><span style="font-size:130%;">Comité Rector del Concilio Eclesiástico Internacional</span></strong></a><strong><span style="font-size:130%;">:<br /><br /></span></strong><strong><span style="font-size:130%;"><em>Artículo XII<br /><br />Afirmamos que aunque todos los hombres son creados iguales con respecto a sus derechos y libertades, aún así no son creados iguales en sus habilidades intelectuales, creativas o físicas y que estas desigualdades son un factor de consideración en la habilidad de un individuo para producir riqueza.<br /><br />Negamos que todas las personas tengan la misma habilidad intelectual o física, o que todas las personas deban tener la expectativa de disfrutar el mismo nivel de productividad o riqueza.<br /><br /></em></span></strong><span style="font-size:130%;"><em>Levítico 19:15: No harás agravio en el juicio: no tendrás respeto al pobre, ni honrarás la cara del grande: con justicia juzgarás á tu prójimo.<br /><br />Proverbios 17:5: El que escarnece al pobre, afrenta á su Hacedor: Y el que se alegra en la calamidad, no quedará sin castigo.<br /><br />22:2: El rico y el pobre se encontraron: A todos ellos hizo Jehová.<br /><br />Marcos 14:7: Que siempre tendréis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podréis hacer bien; mas á mí no siempre me tendréis.<br /><br />Lucas 19:12-27: 12 Dijo pues: Un hombre noble partió á una provincia lejos, para tomar para sí un reino, y volver. 13 Mas llamados diez siervos suyos, les dió diez minas, y díjoles: Negociad entre tanto que vengo. 14 Empero sus ciudadanos le aborrecían, y enviaron tras de Él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15 Y aconteció, que vuelto Él, habiendo tomado el reino, mandó llamar á sí á aquellos siervos á los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16 Y vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17 Y Él le dice: Está bien, buen siervo; pues que en lo poco has sido fiel, tendrás potestad sobre diez ciudades. 18 Y vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha hecho cinco minas. 19 Y también á éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. 20 Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu mina, la cual he tenido guardada en un pañizuelo: 21 Porque tuve miedo de ti, que eres hombre recio; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. 22 Entonces Él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; 23 ¿Por qué, no diste mi dinero al banco, y yo viniendo lo demandara con el logro? 24 Y dijo á los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. 25 Y ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 26 Pues yo os digo que á cualquiera que tuviere, le será dado; mas al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado. 27 Y también á aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí.<br /><br />Hechos 10:34: Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas;<br /><br />Romanos. 12:6-8: 6 De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme á la medida de la fe; 7 ó si ministerio, en servir; ó el que enseña, en doctrina; 8 El que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en simplicidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.<br /><br />1 Corintios 12:12: Porque de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también Cristo.<br /><br />Gálatas 3:28: No hay Judío, ni Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.<br /><br /></em></span><strong><span style="font-size:130%;"><em>Artículo XIII<br /><br />Afirmamos que el Cristiano es llamado al uso compasivo de la riqueza lo que incluye un llamado al dar sacrificial para brindar asistencia a los pobres y a los necesitados.<br /><br />Negamos que una cosmovisión Cristiana permita el uso egoísta de la riqueza o el acaparamiento de la misma.<br /><br /></em></span></strong><span style="font-size:130%;"><em>Éxodo 22:25: Si dieres á mi pueblo dinero emprestado, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura.<br /><br />Deuteronomio 15:7-8: 7 Cuando hubiere en ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en tu tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano á tu hermano pobre: 8 Mas abrirás á él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que basta, lo que hubiere menester.<br /><br />24:14-15: 14 No hagas agravio al jornalero pobre y menesteroso, así de tus hermanos como de tus extranjeros que están en tu tierra en tus ciudades: 15 En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo: pues es pobre, y con él sustenta su vida: porque no clame contra ti á Jehová, y sea en ti pecado.<br /><br />Salmo 68:10: Los que son de tu grey han morado en ella: Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.<br /><br />Proverbios 14:21: Peca el que menosprecia á su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.<br /><br />14:31: El que oprime al pobre, afrenta á su Hacedor: Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.<br /><br />19:17: A Jehová empresta el que da al pobre, Y él le dará su paga.<br /><br />22:16: El que oprime al pobre para aumentarse él, Y que da al rico, ciertamente será pobre.<br /><br />28:8: El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, Para que se dé á los pobres lo allega.<br /><br />Efesios 4:28: El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.<br /><br />Colonenses 3:5: Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría:<br /><br />1 Timoteo 6:10: Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.<br /><br /></em></span><strong><span style="font-size:130%;"><em>Artículo XIV<br /><br />Afirmamos que Dios le da al individuo la responsabilidad de tomar decisiones en cuanto a cómo hará uso de su riqueza.<br /><br />Negamos que el gobierno civil tenga la responsabilidad o el derecho de redistribuir la riqueza, o de dirigir al individuo en el uso de su riqueza en tanto que el individuo no esté actuando de manera inmoral.<br /><br /></em></span></strong><span style="font-size:130%;"><em>Éxodo 20:15: No hurtarás.<br /><br />Proverbios 10:15-16: 15 Las riquezas del rico son su ciudad fuerte; Y el desmayo de los pobres es su pobreza. 16 La obra del justo es para vida; Mas el fruto del impío es para pecado.<br /><br />22:16: El que oprime al pobre para aumentarse él, Y que da al rico, ciertamente será pobre.<br /><br />Eclesiastés 2:24-25: 24 No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma vea el bien de su trabajo. También tengo yo visto que esto es de la mano de Dios. 25 Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo?<br /><br />Mateo 25:14-30: 14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que partiéndose lejos llamó á sus siervos, y les entregó sus bienes. 15 Y á éste dió cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno: á cada uno conforme á su facultad; y luego se partió lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos se fué, y granjeó con ellos, é hizo otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también Él otros dos. 18 Mas el que había recibido uno, fué y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 19 Y después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos, é hizo cuentas con ellos. 20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos he ganado sobre ellos. 21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor. 22 Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí otros dos talentos he ganado sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor. 24 Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste; 25 Y tuve miedo, y fuí, y escondí tu talento en la tierra: he aquí tienes lo que es tuyo. 26 Y respondiendo su señor, le dijo: Malo y negligente siervo, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí; 27 Por tanto te convenía dar mi dinero á los banqueros, y viniendo yo, hubiera recibido lo que es mío con usura. 28 Quitadle pues el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque á cualquiera que tuviere, le será dado, y tendrá más; y al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.<br /><br />2 Tesalonicenses 3:10-15: 10 Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear. 12 Y á los tales requerimos y rogamos por nuestro Señor Jesucristo, que, trabajando con reposo, coman su pan. 13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. 14 Y si alguno no obedeciere á nuestra palabra por carta, notad al tal, y no os juntéis con Él, para que se avergüence. 15 Mas no lo tengáis como á enemigo, sino amonestadle como á hermano.</em></span><em><strong><span style="font-size:130%;"><br /></span></strong><br /></em><strong><span style="font-size:130%;"><em>Artículo XV<br /><br />Afirmamos que es responsabilidad de la Iglesia enseñar los principios fundamentales de la economía bíblica y equipar a su gente a discernir entre las actividades y sistemas económicos bíblicos y aquellos que no lo son.<br /><br />Negamos que el aprendizaje o la práctica de la economía bíblica sea algo opcional para el Cristiano, o que el ministerio de la Iglesia pueda ser considerado exitoso sin el entrenamiento diligente de su gente en la economía bíblica.<br /><br /></em></span></strong><span style="font-size:130%;"><em>Deuteronomio 28:1-68: 1 Y SERÁ que, si oyeres diligente la voz de Jehová tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te pondrá alto sobre todas las gentes de la tierra; 2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios. 3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4 Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 5 Bendito tu canastillo y tus sobras. 6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.<br />7 Pondrá Jehová á tus enemigos que se levantaren contra ti, de rota batida delante de ti: por un camino saldrán á ti, por siete caminos huirán delante de ti. 8 Enviará Jehová contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. 9 Confirmarte ha Jehová por pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. 10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es llamado sobre ti, y te temerán. 11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró Jehová á tus padres que te había de dar. 12 Abrirte ha Jehová su buen depósito, el cielo, para dar lluvia á tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás á muchas gentes, y tú no tomarás emprestado. 13 Y te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y no estarás debajo; cuando obedecieres á los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas. 14 Y no te apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni á diestra ni á siniestra, para ir tras dioses ajenos para servirles.<br />15 Y será, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. 16 Maldito serás tu en la ciudad, y maldito en el campo. 17 Maldito tu canastillo, y tus sobras. 18 Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.<br />20 Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano é hicieres, hasta que seas destruído, y perezcas presto á causa de la maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado. 21 Jehová hará que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra á la cual entras para poseerla. 22 Jehová te herirá de tisis, y de fiebre, y de ardor, y de calor, y de cuchillo, y de calamidad repentina, y con añublo; y perseguirte han hasta que perezcas. 23 Y tus cielos que están sobre tu cabeza, serán de metal; y la tierra que está debajo de ti, de hierro. 24 Dará Jehová por lluvia á tu tierra polvo y ceniza: de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas. 25 Jehová te entregará herido delante de tus enemigos: por un camino saldrás á ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos: y serás sacudido á todos los reinos de la tierra. 26 Y será tu cuerpo muerto por comida á toda ave del cielo, y bestia de la tierra, y no habrá quien las espante. 27 Jehová te herirá de la plaga de Egipto, y con almorranas, y con sarna, y con comezón, de que no puedas ser curado. 28 Jehová te herirá con locura, y con ceguedad, y con pasmo de corazón. 29 Y palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos: y nunca serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve. 30 Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la vendimiarás. 31 Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de delante de ti, y no se te volverá; tus ovejas serán dadas á tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate. 32 Tus hijos y tus hijas serán entregados á otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día: y no habrá fuerza en tu mano. 33 El fruto de tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y nunca serás sino oprimido y quebrantado todos los días. 34 Y enloquecerás á causa de lo que verás con tus ojos. 35 Herirte ha Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado: aun desde la planta de tu pie hasta tu mollera. 36 Jehová llevará á ti, y á tu rey que hubieres puesto sobre ti, á gente que no conociste tú ni tus padres; y allá servirás á dioses ajenos, al palo y á la piedra. 37 Y serás por pasmo, por ejemplo y por fábula, á todos los pueblos á los cuales te llevará Jehová. 38 Sacarás mucha simiente al campo, y cogerás poco: porque la langosta lo consumirá. 39 Plantarás viñas y labrarás, mas no beberás vino, ni cogerás uvas; porque el gusano las comerá. 40 Tendrás olivas en todo tu término, mas no te ungirás con el aceite; porque tu aceituna se caerá. 41 Hijos é hijas engendrarás, y no serán para ti; porque irán en cautiverio. 42 Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra consumirá la langosta. 43 El extranjero que estará en medio de ti subirá sobre ti muy alto, y tú serás puesto muy bajo. 44 El te prestará á ti, y tú no prestarás á él: él será por cabeza, y tú serás por cola. 45 Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido á la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó: 46 Y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu simiente para siempre.<br />47 Por cuanto no serviste á Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas; 48 Servirás por tanto á tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte. 49 Jehová traerá sobre ti gente de lejos, del cabo de la tierra, que vuele como águila, gente cuya lengua no entiendas; 50 Gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño: 51 Y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte. 52 Y te pondrá cerco en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y encastillados en que tú confías, en toda tu tierra: te cercará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra, que Jehová tu Dios te habrá dado. 53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dió, en el cerco y en al apuro con que te angustiará tu enemigo. 54 El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la mujer de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren; 55 Para no dar á alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá quedado, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56 La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó á sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija, 57 Y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que pariere; pues los comerá escondidamente, á falta de todo, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.<br />58 Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de aquesta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, JEHOVÁ TU DIOS, 59 Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu simiente, plagas grandes y estables, y enfermedades malignas y duraderas; 60 Y hará volver sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y se te pegarán. 61 Asismismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruído. 62 Y quedaréis en poca gente, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud; por cuanto no obedeciste á la voz de Jehová tu Dios. 63 Y será que como Jehová se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará Jehová sobre vosotros para arruinaros, y para destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, á la cual entráis para poseerla.<br />64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella; y allí servirás á dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y á la piedra. 65 Y ni aun entre las mismas gentes descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; que allí te dará Jehová corazón temeroso, y caimiento de ojos, y tristeza de alma: 66 Y tendrás tu vida como colgada delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no confiarás de tu vida. 67 Por la mañana dirás: ¡Quién diera fuese la tarde! y á la tarde dirás: ¡Quién diera fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. 68 Y Jehová te hará tornar á Egipto en navíos por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volveréis: y allí seréis vendidos á vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.<br /><br />Salmo 119:142: Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad.<br /><br />Romanos 1:20: Porque las cosas invisibles de Él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables:<br /><br />2 Timoteo 3:16-17: 16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra.<br /><br />Hebreos 4:12: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.<br /><br /></em></span><span style="font-size:130%;"><strong><em>Artículo XVI<br /><br />Afirmamos que el diezmo (que es el 10%) es un principio económico bíblico fundamental.<br /><br />Negamos que el diezmo no se aplique a los Cristianos en la actualidad, o que la responsabilidad económica de un Cristiano esté cumplida cuando no se practica el diezmo.<br /><br /></em></strong></span><span style="font-size:130%;"><em>Génesis 14:18-19: 18 Entonces Melchîsedec, rey de Salem, sacó pan y vino; el cual era sacerdote del Dios alto; 19 Y bendíjole, y dijo: Bendito sea Abram del Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra;<br /><br />Levítico 27:30-32: Y toda décima de vacas ó de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, la décima será consagrada á Jehová.<br /><br />Malaquías 3:8-12: 8 ¿Robará el hombre á Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.<br /><br />Mateo 23:23: ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es á saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro.<br /><br />Hebreos 7:9-10: 9 Y, por decirlo así, en Abraham fué diezmado también Leví, que recibe los diezmos; 10 Porque aun estaba en los lomos de su padre cuando Melchîsedec le salió al encuentro.<br /><br /></em></span><span style="font-size:130%;"><strong><em>Artículo XVII<br /><br />Afirmamos que todo hombre que practique la economía bíblica puede esperar la bendición de Dios de provisión e incremento en sus labores, y que Dios es soberano, en última instancia, en la economía y puede, para Sus propios propósitos, retener la bendición económica.<br /><br />Negamos que el hombre deba trabajar sin esperanza, o que exista alguna fórmula que de manera automática, y sin falta alguna, garantice la prosperidad económica, o que la soberanía de Dios esté excluida del ámbito de la economía.<br /><br /></em></strong></span><span style="font-size:130%;"><em>Job 1:21: Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito.<br /><br />Proverbios 22:29: ¿Has visto hombre solícito en su obra? delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja suerte.<br /><br />Eclesiastés 9:11: Tornéme, y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontece á todos.<br /><br />Hageo 2:15-19: 15 Ahora pues, poned vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pusiesen piedra sobre piedra en el templo de Jehová, 16 Antes que fuesen estas cosas, venían al montón de veinte hanegas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros del lagar, y había veinte. 17 Os herí con viento solano, y con tizoncillo, y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis á mí, dice Jehová. 18 Pues poned ahora vuestro corazón desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento al templo de Jehová; poned vuestro corazón. 19 ¿Aun no está la simiente en el granero? ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de la oliva ha todavía florecido: mas desde aqueste día daré bendición.<br /><br />Mateo 5:45: Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos.<br /><br />20:11-16: 11 Y tomándolo, murmuraban contra el padre de la familia, 12 Diciendo: Estos postreros sólo han trabajado una hora, y los has hecho iguales á nosotros, que hemos llevado la carga y el calor del día. 13 Y Él respondiendo, dijo á uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no te concertaste conmigo por un denario? 14 Toma lo que es tuyo, y vete; mas quiero dar á este postrero, como á ti. 15 ¿No me es lícito á mi hacer lo que quiero con lo mío? ó ¿es malo tu ojo, porque yo soy bueno? 16 Así los primeros serán postreros, y los postreros primeros: porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.<br /><br />21:33-43: 33 Oid otra parábola: Fué un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña; y la cercó de vallado, y cavó en ella un lagar, y edificó una torre, y la dió á renta á labradores, y se partió lejos. 34 Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos á los labradores, para que recibiesen sus frutos. 35 Mas los labradores, tomando á los siervos, al uno hirieron, y al otro mataron, y al otro apedrearon. 36 Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; é hicieron con ellos de la misma manera. 37 Y á la postre les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto á mi hijo. 38 Mas los labradores, viendo al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y tomemos su heredad. 39 Y tomado, le echaron fuera de la viña, y le mataron. 40 Pues cuando viniere el señor de la viña, ¿qué hará á aquellos labradores? 41 Dícenle: á los malos destruirá miserablemente, y su viña dará á renta á otros labradores, que le paguen el fruto á sus tiempos. 42 Díceles Jesús: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los que edificaban, Esta fué hecha por cabeza de esquina: Por el Señor es hecho esto, Y es cosa maravillosa en nuestros ojos? 43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado á gente que haga los frutos de Él.<br /><br />1 Corintios 9:9-10: 9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes? 10 ¿O dícelo enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito: porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto.<br /><br />Hebreos 11:32-40: 32 ¿Y qué más digo? porque el tiempo me faltará contando de Gedeón, de Barac, de Samsón, de Jephté, de David, de Samuel, y de los profetas: 33 Que por fe ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones, 34 Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de extraños. 35 Las mujeres recibieron sus muertos por resurrección; unos fueron estirados, no aceptando el rescate, para ganar mejor resurrección; 36 Otros experimentaron vituperios y azotes; y á más de esto prisiones y cárceles; 37 Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos á cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38 De los cuales el mundo no era digno; perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. 39 Y todos éstos, aprobados por testimonio de la fe, no recibieron la promesa; 40 Proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen perfeccionados sin nosotros.<br /><br /></em></span><span style="font-size:130%;"><strong><em>Artículo XVIII<br /><br />Afirmamos que existe únicamente una teoría económica legítima para todas las gentes de todas las culturas la cual es la teoría económica bíblica.<br />Negamos que existan múltiples teorías económicas válidas.<br /><br /></em></strong></span><em><span style="font-size:130%;">Deuteronomio 8:18-20: 18 Antes acuérdate de Jehová tu Dios: porque él te da el poder para hacer las riquezas, á fin de confirmar su pacto que juró á tus padres, como en este día. 19 Mas será, si llegares á olvidarte de Jehová tu Dios, y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres, y á ellos te encorvares, protésto lo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. 20 Como las gentes que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis; por cuanto no habréis atendido á la voz de Jehová vuestro Dios.<br /><br />Proverbios 14:34: La justicia engrandece la nación: Mas el pecado es afrenta de las naciones.<br /><br />20:10: Doble pesa y doble medida, Abominación son á Jehová ambas cosas.<br /><br />Juan 16:13: Y aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.<br /><br />17:17: Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.<br /><br />Romanos 1:18-22: 18 Porque manifiesta es la ira de Dios del cielo contra toda impiedad é injusticia de los hombres, que detienen la verdad con injusticia: 19 Porque lo que de Dios se conoce, á ellos es manifiesto; porque Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de Él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables: 21 Porque habiendo conocido á Dios, no le glorificaron como á Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fué entenebrecido. 22 Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos,<br /><br />2:14-16: 14 Porque los Gentiles que no tienen ley, naturalmente haciendo lo que es de la ley, los tales, aunque no tengan ley, ellos son ley á sí mismos: 15 Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio juntamente sus conciencias, y acusándose y también excusándose sus pensamientos unos con otros; 16 En el día que juzgará el Señor lo encubierto de los hombres, conforme á mi evangelio, por Jesucristo.<br /><br />1 Timoteo 6:3-6: 3 Si alguno enseña otra cosa, y no asiente á sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y á la doctrina que es conforme á la piedad; 4 Es hinchado, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas, 5 Porfías de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que tienen la piedad por granjería: apártate de los tales. 6 Empero grande granjería es la piedad con contentamiento.<br /><br />Santiago 4:1-10: 1 ¿DE dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y guerreáis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.<br />4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5 ¿Pensáis que la Escritura dice sin causa: Es espíritu que mora en nosotros codicia para envidia?<br />6 Mas Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes.<br />7 Someteos pues á Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá. 8 Allegaos á Dios, y él se allegará á vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros de doblado ánimo, purificad los corazones. 9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos delante del Señor, y Él os ensalzará.<br /><br />Apocalipsis 20:12-15: 12 Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fué abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar dió los muertos que estaban en Él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fué hecho juicio de cada uno según sus obras. 14 Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no fué hallado escrito en el libro de la vida, fué lanzado en el lago de fuego.<br />.<br />.</span> </em>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8350300986129823816.post-26907202763050135272010-05-21T14:52:00.000-07:002010-05-21T17:13:22.352-07:00El sistema económico de la Biblia (2ª parte).<br /><strong><span style="font-size:130%;">Segunda entrega de esta serie de principios económicos contenidos en la Biblia, a través de versículos seleccionados por el <a href="http://www.contra-mundum.org/castellano/declaraciones/coalicion/Sist_EcoBib.pdf">Comité Rector del Concilio Eclesiástico Internacional</a>:</span></strong><br /><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong><br /><em><span style="font-size:130%;"><strong>Artículo VII<br /><br />Afirmamos que para el Cristiano el incentivo primordial para la producción de riqueza ha de ser su actitud de mayordomía para con Dios.<br /><br />Negamos que la actitud de un Cristiano maduro sea la que busque la ganancia económica por razones egoístas.</strong><br /><br />Deuteronomio 8:11-20: 11 Guárdate, que no te olvides de Jehová tu Dios, para no observar sus mandamientos, y sus derechos, y sus estatutos, que yo te ordeno hoy: 12 Que quizá no comas y te hartes, y edifiques buenas casas en que mores, 13 Y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multiplique, y todo lo que tuvieres se te aumente, 14 Y se eleve luego tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos; 15 Que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde ningún agua había, y él te sacó agua de la roca del pedernal; 16 Que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para á la postre hacerte bien; 17 Y digas en tu corazón: Mi poder y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza. 18 Antes acuérdate de Jehová tu Dios: porque él te da el poder para hacer las riquezas, á fin de confirmar su pacto que juró á tus padres, como en este día. 19 Mas será, si llegares á olvidarte de Jehová tu Dios, y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres, y á ellos te encorvares, protesto lo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. 20 Como las gentes que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis; por cuanto no habréis atendido á la voz de Jehová vuestro Dios.<br /><br />Proverbios 30:8-9: 8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí. No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan que he menester; 9 No sea que me harte, y te niegue, y diga, ¿Quién es Jehová? O no sea que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.<br /><br />Hababuc 2:13-14: 13 ¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos pues trabajarán para el fuego, y las gentes se fatigarán en vano. 14 Porque la tierra será llena de conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren la mar.<br /><br />Lucas 12:16-21: 16 Y refirioles una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado mucho; 17 Y Él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo donde juntar mis frutos? 18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes; 19 Y diré á mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, huélgate. 20 Y díjole Dios: Necio, esta noche vuelven á pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será? 21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico en Dios.<br /><br />16:9-13: 9 Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando faltareis, os reciban en las moradas eternas. 10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. 11 Pues si en las malas riquezas no fuisteis fieles. ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? 13 Ningún siervo puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir á Dios y á las riquezas.<br /><br />1 Cor. 10:31: Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, hacedlo todo á gloria de Dios.</span></em><br /><em><span style="font-size:130%;"><br />Efesios 6:5-9: 5 Siervos, obedeced á vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como á Cristo; 6 No sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios; 7 Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no á los hombres; 8 Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo ó sea libre. 9 Y vosotros, amos, haced á ellos lo mismo, dejando las amenazas: sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas con Él.<br /><br />Colonenses 3:23-24: 23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no á los hombres; 24 Sabiendo que del Señor recibiréis la compensación de la herencia: porque al Señor Cristo servís.<br /><br /><strong>Artículo VIII<br /><br />Afirmamos que una economía prosperará en la medida en que sus empresarios honren el principio de mayordomía delante de Dios.<br /><br />Negamos que un ambiente económico o social saludable pueda ser sustentado a largo plazo sin la práctica del principio de mayordomía para con Dios.<br /></strong><br />Éxodo 23:24-26: 24 No te inclinarás á sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrantarás enteramente sus estatuas. 25 Mas á Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. 26 No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo cumpliré el número de tus días.<br /><br />Deuteronomio 28:1-68: 1 Y SERÁ que, si oyeres diligente la voz de Jehová tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te pondrá alto sobre todas las gentes de la tierra; 2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios. 3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4 Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 5 Bendito tu canastillo y tus sobras. 6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.<br />7 Pondrá Jehová á tus enemigos que se levantaren contra ti, de rota batida delante de ti: por un camino saldrán á ti, por siete caminos huirán delante de ti. 8 Enviará Jehová contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. 9 Confirmarte ha Jehová por pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. 10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es llamado sobre ti, y te temerán. 11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró Jehová á tus padres que te había de dar. 12 Abrirte ha Jehová su buen depósito, el cielo, para dar lluvia á tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás á muchas gentes, y tú no tomarás emprestado. 13 Y te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y no estarás debajo; cuando obedecieres á los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas. 14 Y no te apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni á diestra ni á siniestra, para ir tras dioses ajenos para servirles.<br />15 Y será, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. 16 Maldito serás tu en la ciudad, y maldito en el campo. 17 Maldito tu canastillo, y tus sobras. 18 Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.<br />20 Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano é hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas presto á causa de la maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado. 21 Jehová hará que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra á la cual entras para poseerla. 22 Jehová te herirá de tisis, y de fiebre, y de ardor, y de calor, y de cuchillo, y de calamidad repentina, y con añublo; y perseguirte han hasta que perezcas. 23 Y tus cielos que están sobre tu cabeza, serán de metal; y la tierra que está debajo de ti, de hierro. 24 Dará Jehová por lluvia á tu tierra polvo y ceniza: de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas. 25 Jehová te entregará herido delante de tus enemigos: por un camino saldrás á ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos: y serás sacudido á todos los reinos de la tierra. 26 Y será tu cuerpo muerto por comida á toda ave del cielo, y bestia de la tierra, y no habrá quien las espante. 27 Jehová te herirá de la plaga de Egipto, y con almorranas, y con sarna, y con comezón, de que no puedas ser curado. 28 Jehová te herirá con locura, y con ceguedad, y con pasmo de corazón. 29 Y palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos: y nunca serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve. 30 Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la vendimiarás. 31 Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de delante de ti, y no se te volverá; tus ovejas serán dadas á tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate. 32 Tus hijos y tus hijas serán entregados á otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día: y no habrá fuerza en tu mano. 33 El fruto de tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y nunca serás sino oprimido y quebrantado todos los días. 34 Y enloquecerás á causa de lo que verás con tus ojos. 35 Herirte ha Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado: aun desde la planta de tu pie hasta tu mollera. 36 Jehová llevará á ti, y á tu rey que hubieres puesto sobre ti, á gente que no conociste tú ni tus padres; y allá servirás á dioses ajenos, al palo y á la piedra. 37 Y serás por pasmo, por ejemplo y por fábula, á todos los pueblos á los cuales te llevará Jehová. 38 Sacarás mucha simiente al campo, y cogerás poco: porque la langosta lo consumirá. 39 Plantarás viñas y labrarás, mas no beberás vino, ni cogerás uvas; porque el gusano las comerá. 40 Tendrás olivas en todo tu término, mas no te ungirás con el aceite; porque tu aceituna se caerá. 41 Hijos é hijas engendrarás, y no serán para ti; porque irán en cautiverio. 42 Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra consumirá la langosta. 43 El extranjero que estará en medio de ti subirá sobre ti muy alto, y tú serás puesto muy bajo. 44 El te prestará á ti, y tú no prestarás á él: él será por cabeza, y tú serás por cola. 45 Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido á la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó: 46 Y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu simiente para siempre.<br />47 Por cuanto no serviste á Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas; 48 Servirás por tanto á tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte. 49 Jehová traerá sobre ti gente de lejos, del cabo de la tierra, que vuele como águila, gente cuya lengua no entiendas; 50 Gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño: 51 Y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte. 52 Y te pondrá cerco en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y encastillados en que tú confías, en toda tu tierra: te cercará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra, que Jehová tu Dios te habrá dado. 53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el cerco y en al apuro con que te angustiará tu enemigo. 54 El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la mujer de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren; 55 Para no dar á alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá quedado, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56 La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó á sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija, 57 Y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que pariere; pues los comerá escondidamente, á falta de todo, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.<br />58 Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de aquesta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, JEHOVÁ TU DIOS, 59 Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu simiente, plagas grandes y estables, y enfermedades malignas y duraderas; 60 Y hará volver sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y se te pegarán. 61 Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruido. 62 Y quedaréis en poca gente, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud; por cuanto no obedeciste á la voz de Jehová tu Dios. 63 Y será que como Jehová se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará Jehová sobre vosotros para arruinaros, y para destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, á la cual entráis para poseerla.<br />64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella; y allí servirás á dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y á la piedra. 65 Y ni aun entre las mismas gentes descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; que allí te dará Jehová corazón temeroso, y caimiento de ojos, y tristeza de alma: 66 Y tendrás tu vida como colgada delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no confiarás de tu vida. 67 Por la mañana dirás: ¡Quién diera fuese la tarde! y á la tarde dirás: ¡Quién diera fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. 68 Y Jehová te hará tornar á Egipto en navíos por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volveréis: y allí seréis vendidos á vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.<br /><br />2 Crónicas 24:20: Y el espíritu de Dios envistió á Zachârías, hijo de Joiada el sacerdote, el cual estando sobre el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien de ello; porque por haber dejado á Jehová, el también os dejará.<br /><br />Proverbios 13:11: Disminuiránse las riquezas de vanidad: Empero multiplicará el que allega con su mano.<br /><br />Isaias 65:11-16: 11 Empero vosotros los que dejáis á Jehová, que olvidáis el monte de mi santidad, que ponéis mesa para la Fortuna, y suministráis libaciones para el Destino; 12 Yo también os destinaré al cuchillo, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero: por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oisteis; sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que á mí desagrada.<br />13 Por tanto así dijo el Señor Jehová: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; 14 He aquí que mis siervos cantarán por júbilo del corazón, y vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis. 15 Y dejaréis vuestro nombre por maldición á mis escogidos, y el Señor Jehová te matará; y á sus siervos llamará por otro nombre. 16 El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.<br /><br /><strong>Artículo IX<br /><br />Afirmamos que el obtener ganancias y producir riquezas en el proceso de servir al mercado con bienes y servicios es algo bueno y moral cuando se busca llevar a cabo de acuerdo con los principios bíblicos.<br /><br />Negamos que la rentabilidad que resulta de servir al mercado libre en concordancia con los principios bíblicos sea inherentemente mala o nada más una expresión de egoísmo.</strong><br /><br />Deututeronomio 8:18: Antes acuérdate de Jehová tu Dios: porque él te da el poder para hacer las riquezas, á fin de confirmar su pacto que juró á tus padres, como en este día.<br /><br />Proverbios 12:11: El que labra su tierra, se hartará de pan: Mas el que sigue los vagabundos es falto de entendimiento.<br /><br />Eclesiastés 2:24: No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma vea el bien de su trabajo. También tengo yo visto que esto es de la mano de Dios.<br /><br />3:13: Y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.<br /><br />4:9: Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.<br /><br />5:18-19: 18 He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte. 19 Asimismo, á todo hombre á quien Dios dió riquezas y hacienda, y le dió también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce su trabajo; esto es don de Dios.<br /><br /><strong>Artículo X<br /><br />Afirmamos que una función del gobierno civil es crear una infraestructura y un clima de justicia y orden en el que los individuos son alentados a crear, desarrollar y producir productos y servicios útiles a la humanidad, a las criaturas y al ambiente de la tierra.<br /><br />Negamos que sea función del gobierno civil manipular, dirigir o controlar la economía o la productividad de sus ciudadanos.</strong><br /><br />Éxodo 20:15: No hurtarás.<br /><br />Deuteronomio 1:16-17: 16 Y entonces mandé á vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el que le es extranjero. 17 No tengáis respeto de personas en el juicio: así al pequeño como al grande oiréis: no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios: y la causa que os fuere difícil, la traeréis á mí, y yo la oiré.<br /><br />16:18-20: 8 Seis días comerás ázimos, y el séptimo día será solemnidad á Jehová tu Dios: no harás obra en él.<br />9 Siete semanas te contarás: desde que comenzare la hoz en las mieses comenzarás á contarte las siete semanas. 10 Y harás la solemnidad de las semanas á Jehová tu Dios: de la suficiencia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido. 11 Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita que estuviere en tus ciudades, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que estuvieren en medio de ti, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para hacer habitar allí su nombre. 12 Y acuérdate que fuiste siervo en Egipto; por tanto guardarás y cumplirás estos estatutos.<br />13 La solemnidad de las cabañas harás por siete días, cuando hubieres hecho la cosecha de tu era y de tu lagar. 14 Y te alegrarás en tus solemnidades, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que están en tus poblaciones. 15 Siete días celebrarás solemnidad á Jehová tu Dios en el lugar que Jehová escogiere; porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos, y en toda obra de tus manos, y estarás ciertamente alegre. 16 Tres veces cada un año parecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la solemnidad de los ázimos, y en la solemnidad de las semanas, y en la solemnidad de las cabañas. Y no parecerá vacío delante de Jehová: 17 Cada uno con el don de su mano, conforme á la bendición de Jehová tu Dios, que te hubiere dado.<br />18 Jueces y alcaldes te pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio. 19 No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. 20 La justicia, la justicia seguirás, porque vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da.<br /><br />Salmos 125:3: Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la suerte de los justos; Porque no extiendan los justos sus manos á la iniquidad.<br /><br />Proverbios 29:2: Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra: Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.<br /><br />Romanos 13:3-4: 3 Porque los magistrados no son para temor al que bien hace, sino al malo. ¿Quieres pues no temer la potestad? haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; 4 Porque es ministro de Dios para tu bien. Mas si hicieres lo malo, teme: porque no en vano lleva el cuchillo; porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo.<br /><br />Efesios 4:28: El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.<br /><br /><strong>Artículo XI<br /><br />Afirmamos que la prosperidad económica crece a partir de la libertad del individuo de trabajar y recibir para sí mismo las recompensas de su trabajo, y que la historia demuestra que esto es verdad.<br /><br />Negamos que el gobierno civil tenga la habilidad de producir riqueza duradera a través de la producción organizada, o por la implementación de principios Marxistas, comunistas o socialistas. Negamos además que exista algún ejemplo en la historia donde la producción organizada por el gobierno civil, o donde los principios Marxistas, comunistas o socialistas hayan beneficiado, en el largo plazo, a sus pueblos o la producción de riqueza.<br /></strong><br />(No se dan referencias Bíblicas para el Artículo XI porque la apelación de prueba es el testimonio de la historia, no la Biblia.) </span></em><br /><em><span style="font-size:130%;">.</span></em><br /><em><span style="font-size:130%;">.</span></em>Javierhttp://www.blogger.com/profile/04044791681335429437noreply@blogger.com0