Jesucristo Nuestro Señor fue condenado por Poncio Pilatos a morir en la cruz, torturado, azotado, coronado de espinas y crucificado por hombres malvados en expiación de nuestros pecados. Su muerte pagó los pecados. ¿Los de toda la Humanidad? La cuestión no es baladí y, alrededor de ellas han surgido numerosas doctrinas torcidas que ponen parte de la salvación en manos del hombre, hurtándosela a Dios.
Hemos de partir de que, desde la caída, el pecado se ha extendido a cada parte de la personalidad, los pensamientos, las emociones y la voluntad del hombre. No somos pecaminosos porque pequemos, sino que pecamos porque somos pecaminosos. Nada podemos hacer por salvarnos puesto que estamos en un estado de inhabilidad total, en un estado de depravación total. Todos estamos muertos en nuestros pecados (Efesios, 2:1-6 y Romanos, 5:12), a menos que hayamos nacido de nuevo (Juan 3, 1-8: 1 Y había un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los Judíos. 2 Este vino á Jesús de noche, y díjole: Rabbí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no fuere Dios con Él. 3 Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios. 4 Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez. 8 El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu).
El hombre no regenerado esta muerto en sus pecados (Romanos 5:12). Sin el poder del Espíritu Santo, el hombre natural esta ciego y sordo al mensaje del Evangelio (Marcos 4:11). El hombre sin el conocimiento de Dios nunca vendrá a reconocer esta doctrina a no ser que Dios le dé vida a través de Cristo (Efesios 2:1-5). La salvación es de Dios, nada podemos hacer si Dios no nos salva.
¿Nos otorga Dios ese conocimiento a todos? La respuesta es no: de forma incondicionada, antes de la creación, Dios decidió quiénes serían salvos y quiénes no. Antes de que ellos hicieran bien o mal, Dios eligió a algunos para ser Su pueblo y rechazó a otros. "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros" (Juan 15:16). Por ejemplo, ¿por qué eligió Dios a Abraham para su pacto? Solo Dios sabe el porqué de Su decisión. Entenderla, los porqués, se escapan a nuestra mente pecaminosa. Del mismo modo que el Padre eligió en quienes poner su libre amor, el Hijo fue enviado para limpiar el pecado en los elegidos.
No obstante la claridad de los textos bíblicos, han surgido posturas que contradicen esta interpretación, como el de las doctrinas consideradas como "Universalistas", que sostienen que Cristo murió para salvar a todos los hombres, con lo que todos los hombres serían salvos, o aquellas, según las cuales, Cristo murió en la cruz, pero aunque pago la deuda de nuestros pecados, su obra en la cruz no es eficaz hasta que el hombre se decida por Cristo y así de ese modo ser salvo.
Una y otra caen en un terrible error. Un hombre que es totalmente depravado no puede desear ser salvo, a menos que Dios le otorgue la fe y, a través de esta fe, la salvación. En caso contrario, él odia a Dios y no quiere ser parte de la muerte de Cristo. No se puede decir que Cristo murió por todos los hombres, ya que la Biblia dice que Cristo entregó Su vida por Sus ovejas, y sólo por ellas (Juan 10:11). La Expiación es Limitada a los elegidos de Dios. Cada uno de los pecados de las ovejas de Cristo está pagado. Esos y sólo esos pecados fueron pagados. Ese es el único Evangelio porque esa es la Biblia (Sola Scriptura), que nos enseña que Cristo murió por los pecados de aquellos que Dios le dio a salvar (Juan 17:9), por mucha gente, pero no por todos (Mateo 26:28), sino por la Iglesia Invisible de todos los tiempos, (pasados, presentes, y futuros), la suma total de todos aquellos quienes han sido elegidos, han nacido de nuevo espiritualmente y llevan con justicia el nombre "Cristiano" (Efesios 5:25).
Cristo expió pecados específicos de pecadores específicos; para hacer su iglesia santa. El no expió los pecados de todos los hombres, ya que no todos los hombres son salvos. Cristo murió por los pecadores y Él no va a perder a ninguno por los cuales murió. La expiación de Cristo es suficiente para todas las generaciones, pero eficiente solamente en los elegidos de Dios.
Las referencias bíblicas son innumerables pero estas son algunas de las más importantes:
Romanos 9:11: (Porque no siendo aún nacidos, ni habiendo hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme á la elección, no por las obras sino por el que llama, permaneciese;).
Efesios 1:4: Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él en amor;
Juan 17:6-9: 6 He manifestado tu nombre á los hombres que del mundo me diste: tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra. 7 Ahora han conocido que todas las cosas que me diste, son de ti; 8 Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son:
Mateo 26:28: Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados.
Mateo 1:21: Y parirá un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque Él salvará á su pueblo de sus pecados.
Juan 10:11: Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas.
Juan 15:13-14: 13 Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando.
Efesios 5:25: Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella,
Romanos 4:25: El cual fué entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación.
Romanos 8:32-34: 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
Isaías 53: 1 ¿Quién ha creído á nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2 Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca: no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fué llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 De la cárcel y del juicio fué quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fué de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fué herido. 9 Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fué en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca.
10 Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole á padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11 Del trabajo de su alma verá y será saciado; con su conocimiento justificará mi siervo justo á muchos, y él llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fué contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores.
Juan 6: 44-47: 44 Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí. 46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
Somos incapaces, nuestra propia naturaleza está totalmente inhabilitada y nos lo impide, de querer amar a Dios o de agradarle por nosotros mismos e, igualmente, no podemos pretender que el sacrificio de Jesús necesite de alguna ayuda nuestra. Simplemente no podemos hacerlo. La doctrina de la Expiación Limitada da la Gloria de nuestra salvación a Dios, muestra su soberanía y también el amor que tiene por su pueblo.
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Éste, la Expiación Limitada, es uno de los cinco puntos de quienes defendemos el sistema teológico calvinista como fiel a las Sagradas Escrituras y es solo una de las cuestiones que me gustaría tratar entre otras de cara al futuro. Tiene bastante sentido traerlo a colación puesto que fue la teología adoptada por el presbiterianismo. En las trece colonias, dos terceras partes de los habitantes de los futuros Estados Unidos eran calvinistas y en la Constitución americana se observa claramente la influencia puritana.
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España, tristemente, no subió al carro de la Reforma, Dios no dispuso que fuera así. No obstante, los motivos de porqué debemos lamentarnos de esto iré, desgranándolos más adelante.
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