Leer noticias como esta, aunque sea del mes pasado (no la he conocido hasta el día de hoy) en medios tan radicalmente ultraizquierdistas y anticristianos como "El Plural", dirigido por el propagandista del gobierno progre que padecemos en España, y ex-miembro del Opus Dei, Enric Sopena, es todo un placer divino, sobre todo comprobar lo nerviosos que pone a algunos humanistas cosas como estas.
La forma de dar la noticia (sesgada), en cuestión, no tiene desperdicio. Los entusiastas partidarios de una religión pagana y apóstata que legitima la muerte de miles de no nacidos cada año se dedican a llamar "integrista" a alguien como Sarah Palin, a raíz de unas declaraciones de la misma en el programa de Bill O´Reilly en Fox News, quien únicamente ha recordado algo evidente sin necesidad de ser un erudito en Historia contemporánea: los orígenes y la realidad cristiana de los EEUU: "Sarah Palin, ha vuelto a defender posturas integristas en la cadena de la que es colaboradora, la Fox del magnate Rupert Murdoch". Aznar, como no, tratándose de "El Plural", también tenía que estar por medio (cada cual tiene las obsesiones que tiene): "Palin ha demostrado por qué en enero pasado se convirtió en el fichaje estrella del grupo en el que también trabaja José María Aznar".
Olvidándonos un poco de esto y yendo a la cuestión, las declaraciones de Palin a O´Reilly, fueron recogidas en The Huffington Post el pasado 10 de mayo y fueron las siguientes:
Sara Palin: La ley americana debería estar “basada en el Dios de la biblia y los diez mandamientos.
Sarah Palin se unió a Bill OReilly de Fox News recientemente para condenar a los críticos del Día Nacional de Oración, diciendo que la creencia judeo-cristiana fue la base para la legislación estadounidense y debe seguir siendo utilizado como una fuerza orientadora para la creación de una futura legislación.
Según Palin, la reciente reacción contra el Día Nacional de Oración es una prueba de algunas personas están tratando de promulgar una transformación fundamental de “América” y volver a examinar “y reescribir la historia” a fin de cambiar la nación cristiana lejos de sus raíces espirituales.
Palin aconseja: “Volver a lo que nuestros fundadores y nuestros documentos fundacionales significa –son muy claros- crear la ley basada en el Dios de la Biblia y los Diez mandamientos.
¿“Lo que asusta a la gente infernalmente es que se hable acerca de la fundación de América basado en la fe”? Palin continúo. “Es que la visión del mundo que implica a algunas personas tener miedo de ser capaces de discutir acerca del origen de nuestra Fundación, y de ser capaces de hablar de Dios en la plaza pública, eso es lo único que a lo que puedo atribuirlo”.
Las palabras de Palin son muy importantes respecto al conformismo que muestren muchos cristianos en el sentido de pensar que la vida cristiana se reduce al domingo en la iglesia y creer que el resto de la semana no hay que pensar en como honrar a Dios incluso en los pequeños actos de la vida cotidiana o cosas como que la política y la vida pública no va con nosotros. Cuando el humanismo dice que desde los púlpitos no se gobierna (aunque en España se refieran a los católicos al decir esto) están señalando claramente que, para ellos, los cristianos no tienen nada que decir en lo público y ante la pasividad seguirán afirmando esto sin replica.
Con Palin siempre he tenido sentimientos encontrados: por un lado la veo de principios firmes pero por otro lado la veo a veces un tanto demagógica en las formas. No la veo como candidata a la presidencia de EEUU, creo que le faltan muchos herbores, pero algunos puntos ha ganado.
Para los analfabetos de "El Plural", sería bueno saber que un ejemplo de norma jurídica inspirada por principios cristianos y bíblicos fue, precisamente, la Constitución de los EEUU. La Biblia nos enseña que, tras la caída de Adán, la primera transgresión, el hombre se encuentra incurso en el pecado original, desde nuestros primeros padres nos ha sido transmitido. El ser humano, aunque pueda hacer buenos actos, tiene, a causa de esto, una natural inclinación al pecado. Siempre está expuesto a corromperse debido a que, en origen, es un ser pecaminoso. Los cristianos creemos esto, aunque a los no cristianos pueda parecer algo un tanto humillante o, incluso, aberrante para el ser humano. Estamos en ámbitos morales diferentes.
Precisamente por esto, los cristianos que participaron en la redacción de la Constitución americana, a través de su lectura literal de la Biblia, desarrollaron la idea de que había que desconcentrar el poder, dividirlo para evitar concentrar mucho poder en pocas manos y poder controlarlo. Mucho poder en pocas o en una sola mano engendraba despotismo y corrupción, por lo tendente al pecado que es el hombre.
Esto diríamos que, influyó, incluso más, en la Declaración de Mecklenburg de 1775, la antesala de la Constitución, que fue probada por una serie de diputados todos ellos presbiterianos, y muchos de ellos incluso presbíteros de la iglesia. A fin de cuentas, aplicaron el principio de separación de poderes que regía en sus iglesias.
Sinceramente, aplicar principios cristianos y bíblicos a las normas jurídicas no derivaría en el totalitarismo o en una teocracia estilo iraní, como pretenden dar a entender estos progres de salón (dar, lo que se dice dar, en realidad no dan para más). Es más, tendríamos una sociedad más libre. Porque, ¿qué separación de poderes tenemos en la humanista España, por ejemplo? Prácticamente nada. Ejecutivo, legislativo y judicial son como vasos comunicantes más que poderes separados. El judicial, que debe estar en perpetua vigilancia de los otros dos, tiene un órgano de gobierno, el Consejo General del Poder Judicial, cuyos miembros se eligen en gran parte mediante un cambalache político en el Congreso.
Y ello, a pesar de cómo están calando los vicios europeos en los EEUU, país que, pese a esto, aún aguanta como una reserva de dichos valores liberales y cristianos.
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